El escritor español Javier Cercas, en su artículo en la revista El País Semanal, titulado "El final de la guerra”, resalta lo que él considera lo más inteligente que ha escuchado sobre la guerra de Rusia en Ucrania, y que lo han dicho los ucranianos de a pie, jóvenes y viejos: “no entiendo cómo es posible que en Europa aún haya guerras”, y remata que desde hace dos siglos, la guerra es un anacronismo, pero sigue ocurriendo y aunque se aspira a que termine de inmediato, “esta guerra podría ser sólo el principio, podría destruir una Europa tal y como la conocemos".
Ucrania ha conseguido una victoria significativa al impedir que Rusia conquistara todo su territorio desde aquel 24 de febrero de 2022, justamente hace un año; las victorias militares del ejército comandado por el presidente Volodomir Zelensky han evitado más divisiones dentro de Europa y ha hecho que no quede claro en qué terminará la invasión de la exrepública soviética cuando muchos internacionalistas advertían primero que sería una incursión rusa militar breve y después que Ucrania podría convertirse en “el vietnam ruso” en alusión a lo que vivió Estados Unidos o su nuevo “Afganistán”, recordando la fallida misión militar de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Adicionalmente, Ucrania ha enfrentado el esfuerzo bélico ruso en su máximo nivel de brutalidad, a la vez que Europa ha encarado con relativo éxito el chantaje de Putin de cortar el suministro de gas para romper la alianza de la OTAN durante el invierno, por lo que el Kremlin se ha quedado con pocas cartas para jugar aunque también con ventajas militares, de acuerdo con analistas.
Sin embargo, también ha habido muerte y desplazados de miles de ciudadanos ucranianos a diversos países de Europa.
Refugiados ucranianos registrados en cada país europeo
Aribel Contreras, especialista en asuntos globales por la Universidad Iberoamericana y el Instituto Matías Romero, calificó de terrible el 2022 a nivel global y advirtió que “estamos peor que el día en que inició, pues considerábamos que iba a ser un ataque que iba a durar poco tiempo, pero nos equivocamos”.
“El balance es negativo en todas las aristas, en una guerra nunca nadie gana y me parece que hoy podemos decir que ha habido puras pérdidas, además de las pérdidas económicas”, lamentó Contreras, también miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.
LOGÍSTICA, ALIMENTOS Y ENERGÍA: IMPACTOS ECONÓMICOS
Con el inicio de la pandemia de covid-19, el comercio internacional vio cortadas sus cadenas de suministro, lo que también presionó al alza los precios de bienes y servicios. Para la especialista, el impacto a nivel global de la intervención rusa en Ucrania vino a agravar esta situación. “Vivimos en todo el mundo con una especie de ‘tsunami económico’ con una crisis inflacionaria de casi dos dígitos donde ahora compramos menos que lo que podíamos comprar justo hace un año”.
“Estamos viviendo un mundo convulsionado con una gran cantidad de crisis en diferentes aristas donde vemos la crisis de los energéticos donde ahora nos cuesta más ir a cargar el tanque de gasolina, nos cuesta más los productos en el anaquel, porque desde antes del ataque de Rusia las cadenas de suministro estaban rotas por la pandemia; la guerra agudizó esa crisis en cadenas de suministro inclusive las alimentarias”, afirmó en entrevista con La Silla Rota.
También advirtió que una consecuencia de la guerra es la crisis alimentaria; “y cuando ponemos de manera conjunta tantas crisis, imaginémonos y cerramos los ojos y visualicemos esto como si fuera una licuadora, lo que tenemos como resultado es una incertidumbre constante con un nuevo escenario geopolítico mundial”.
¿POR QUÉ ESTALLÓ LA GUERRA UCRANIA-RUSIA?
Quizá la pregunta que más nos hacemos en prácticamente todo el mundo es ¿por qué estalló la guerra de Rusia contra Ucrania? ¿Por qué invadió el ejército ruso a su vecino Ucrania?
En el artículo “Putin’s laser stand. The promise and peril of russian defeat” (Soporte láser de Putin. La promesa y el peligro de la derrota rusa) en la revista Foreign Affairs enero-febrero escrito por Liana Fix, residente en el German Marshall Fund, y Michael Kimmage, profesor de historia en la Universidad Católica de América y miembro visitante del German Marshall Fund además de miembro del equipo de planificación de políticas del Departamento de Estado de EU, subrayan cómo para el presidente de Rusia la guerra en Ucrania estaba destinada a ser su mayor logro, una demostración de lo lejos que había llegado Rusia desde el colapso del imperio soviético en 1991. Se suponía que la anexión de Ucrania sería el primer paso para reconstruir un imperio ruso.
De acuerdo con un análisis de Europa Press, una de las claves se encuentra en la geografía política del continente. La expansión de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) hacia el este que es de influencia de Rusia no le gustó a Vladimir Putin, menos que la OTAN (aliados de Estados Unidos) se entrometan en los conflictos de las antiguas repúblicas soviéticas.
Desde la desintegración de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en 1991, las repúblicas se unieron en la llamada Comunidad de Estados Independientes, la CEI. Tres de los países miembros de la URSS (Estonia, Letonia y Lituania) no entraron a la comunidad y se unieron a la OTAN años más tarde.
Años después el CEI se empezó a desintegrar con la salida de Turkmenistán en 2005, Georgia en 2009 y Ucrania en 2018. Pero la OTAN sí se expandió hacia la influencia de Rusia. Primero con Alemania tras su reunificación y en 1999 entraron la República Checa, Hungría y Polonia. En 2004 se produjo la mayor ampliación, con Rumanía Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia y tres exrepúblicas soviéticas a orillas del Báltico: Estonia, Letonia y Lituania.
“Las manifestaciones de Putin en contra de la expansión de la OTAN hacia el este europeo han sido múltiples. Cuando declaró a principios de 2022 la independencia del Donbás, días antes de la invasión de Ucrania, declaró que se había ‘engañado’ a Moscú con las ampliaciones. A finales de 2019, en la cumbre celebrada en Londres con motivo del 70 aniversario de la alianza, las consideró una ‘amenaza potencial’ para Rusia. En el discurso que pronunció en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007, se preguntó dónde habían quedado las ‘garantías’ pactadas en los años noventa”, citó Europa Press.
Luis Antonio Huacuja Acevedo, responsable del Programa de Estudios sobre la Unión Europea de la UNAM, hizo un repaso para Gaceta UNAM donde explicó que a los pocos meses de llegar a la Casa Blanca, Donald Trump amenazó con retirar a Estados Unidos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la cual, además, estaba en horas bajas. Incluso el presidente francés Emmanuel Macron llegó a decir que la OTAN padecía muerte cerebral. Es en ese contexto donde China y Rusia aprovecharon los espacios que dejó Estados Unidos en la Era Trump.
CRIMEA Y EL DONBÁS
La situación en Crimea y el Donbás se remonta varios años atrás, cuando el expresidente ucraniano Viktor Yanukóvich suspendió en 2013 la firma del acuerdo comercial que había pactado su país con la UE y presentó una asociación con Rusia como contrapartida. Esto llevó a una revolución en Kiev que acabó con la destitución del presidente.
Con la escalada de la tensión, estallaron revoluciones en la zona del Donbás, en las provincias de Donetsk y Lugansk, donde separatistas prorrusos quisieron integrar los territorios en Rusia. En Crimea tuvo lugar un referéndum sobre la adhesión de la península a Rusia, con un 97% favorable de llevarla a cabo. Rusia firmó la anexión de Crimea a Rusia, lo que condujo a sanciones por parte de la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN.
Los conflictos de Crimea y el Donbás no son los únicos a los que se enfrentan los países de la región. Rusia también se ha implicado en los de Transnistria (Moldavia), Abjasia y Osetia del Sur (Georgia) o el del Nagorno-Karabaj, un antiguo conflicto que volvió a enfrentar a Armenia y Azerbaiyán en 2020.
GUERRA FRÍA 2.0 Y ¿TERCERA GUERRA MUNDIAL?
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, en su artículo titulado “The Global Zeitenwende. Cómo evitar una nueva ‘guerra fría en una era multipolar’”, publicado el 5 de diciembre de 2022 en la revista Foreign Affairs versión en inglés, escribió que la guerra de Putin ha puesto al mundo en el fin de una era y el inicio de otra y nuevos poderes han surgido y resurgido incluida una China económicamente fuerte y políticamente asertiva, donde diferentes países y modelos de gobierno compiten cada vez por mayor poder e influencia global.
Aribel Contreras advirtió que lo que el mundo vive actualmente es una Guerra Fría 2.0 donde si bien hay ataques militares en territorio ucraniano, el mundo también está dividido entre quienes apoyan a Rusia y quienes apoyan a Ucrania; además de los que prefieren no tomar partido.
Sobre una hipotética tercera guerra mundial derivada de la carrera armamentista o Guerra Fría 2.0 donde las distintas naciones toman partido hacia uno u otro bando en el conflicto Rusia-Ucrania, con varias potencias con aumentos presupuestales en compra de armas, Aribel Contreras advirtió que no sería una guerra como la conocemos a través de los libros de historia, sería una guerra totalmente diferente, donde la tecnología juega un papel fundamental, el aislamiento comercial y la propaganda a través de las redes sociales donde los medios de comunicación vuelven a jugar un papel preponderante
También resaltó que una tentativa e hipotética tercera guerra mundial, no sería como la primera y segunda guerra mundial derivada también de las tensiones geopolíticas de Rusia con Ucrania, además de China con Taiwán, Corea del Norte y Europa con la expansión de la OTAN con Estados Unidos a la cabeza.
“Ahora tenemos que hablar de ciber guerras, hay tecnología porque permite que la confrontación no precisamente tenga que ser a través de misiles o armas nucleares, sino que hay otro tipo de instrumentos donde se puede aislar a un país como es el caso.
Ana Luisa Trujillo Juárez, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), de la UNAM, opinó que el hecho de que Estados Unidos haya enviado armamento pesado a Ucrania no implicaría que el conflicto escale a nivel mundial, puesto que no sería favorable para nadie pues las economías globales son interdependientes.
“Tampoco creo que Rusia tenga capacidad para hacer frente a la OTAN como tal, ni que China quiera acompañar a Rusia en ninguna empresa bélica”, resaltó.
ESCENARIOS DE LA GUERRA
“Lo idóneo es no tener aislada a Rusia. Hay personajes como Henry Kissinger y Jürgen Habermas que lo han dicho: lo mejor es tener a Rusia cerca de Occidente que lejos, porque de lo contrario se le orilla a tener una relación mucho más sólida con China, en un momento en el que hay una disputa también por el comercio y la influencia global entre la nación asiática y Estados Unidos”, alerta el especialista de la UNAM sobre la Unión Europea, Luis Antonio Huacuja Acevedo.
De acuerdo con John Mario González, analista político e internacional colombiano; directivo de la Universidad Central de Bogotá y Oleksandr Slyvchuk, coordinador del Programa de Cooperación España y América Latina del think tank ucraniano Transatlantic Dialogue Center, si Ucrania gana la guerra sería una derrota para Vladimir Putin que comprometió demasiado capital político y militar en una guerra sin éxitos para mostrar.
“Es claro que se corre el riesgo de que Putin actúe de forma irracional o perturbada, al verse atrapado y humillado, y utilice armas nucleares tácticas o desate un apocalipsis, pero es poco probable que su uso cambie el curso de la guerra”, escribieron.
Un segundo escenario probable es, de acuerdo con los especialistas, el de un alto el fuego como punto muerto o una guerra a largo plazo, pues es consabido que no todas las guerras terminan con una clara victoria de un bando o en una mesa de negociación.
Sin embargo, una tregua o un alto el fuego en las condiciones actuales no sería el fin de la guerra, sino que le daría a Moscú tiempo para recuperarse y volver a atacar. Sería una especie de “acuerdo inmoral” que ocasionaría más sangre en el futuro.
“Un tercer y último escenario, que no se puede descartar, es el del triunfo de Rusia, teniendo en cuenta que todavía cuenta con capacidades militares destructivas, que incrementa a través de sus aliados Irán y Corea del Norte. Putin estaría tentado a cambiar el rumbo de la guerra vía su continuación e intensificación, toda vez que cualquier cosa que no sea la victoria podría significar su derrocamiento o muerte, con lo que aumenta su peligrosidad”.
Una victoria rusa podría implicar, igualmente, algún acuerdo de paz en el que Putin lograra añadir más territorio del previo a la invasión, por ejemplo, partes de Donetsk, Luhansk, Zaporizhia o Kherson, y lograra venderlo a los rusos como un triunfo.
“Si ganara Rusia no solo Europa sería diferente, sino que vendría una época de mayor inestabilidad. Los tiranos tomarían confianza para conseguir lo que quieran con el chantaje y la fuerza militar y las víctimas serían cualquier país”, concluyeron.
El análisis de costo-beneficio de Putin parece estar a favor de cambiar el statu quo europeo. Los líderes rusos están asumiendo más riesgos y, por encima de la lucha política cotidiana, Putin se encuentra en una misión histórica para consolidar la influencia de Rusia en Ucrania (como lo ha hecho recientemente en Bielorrusia y Kazajistán).
VICTORIA EN UCRANIA, ¿“POSIBLE” PARA PUTIN?
Liana Fix y Michael Kimmage publicaron en la revista Foreign Affairs a inicios del conflicto militar que si Rusia gana el control de Ucrania o logra desestabilizarla a gran escala, comenzará una nueva era para Estados Unidos y para Europa.
Describieron que los líderes estadounidenses y europeos enfrentarían el doble desafío de repensar la seguridad europea y no verse arrastrados a una guerra mayor con Rusia.
“Estados Unidos y sus aliados podrían encontrarse profundamente desprevenidos para la tarea de tener que crear un nuevo orden de seguridad europeo como resultado de las acciones militares de Rusia en Ucrania”, advirtieron.
HIPÓTESIS SOBRE UNA POSIBLE VICTORIA RUSA
Para Rusia, la victoria en Ucrania podría tomar varias formas. Podría implicar la instalación de un gobierno obediente en Kiev o la partición del país y Europa no será lo que era antes de la guerra. No sólo se habrá desdibujado la supremacía de Estados Unidos en Europa; también la sensación de que la Unión Europea o la OTAN puedan garantizar la paz en el continente.
Estados Unidos y Europa también estarán en un estado de guerra económica permanente con Rusia. Occidente buscará imponer sanciones radicales, que Rusia probablemente evitará con medidas cibernéticas y chantaje energético, dadas las asimetrías económicas.
¿Y SI PIERDE?
Con una hipotética y ahora probable derrota de Rusia, Liana Fix y Michael Kimmage, en su artículo de Foreign Affairs enero-febrero 2023, bosquejan tres escenarios básicos, y cada uno tendría diferentes ramificaciones para los formuladores de políticas en Occidente y Ucrania.
- Que Rusia acepte su derrota al aceptar un acuerdo negociado en los términos de Ucrania
- Que la derrota rusa implicaría un fracaso en medio de una escalada y el Kremlin buscaría prolongar la guerra en Ucrania mientras lanza una campaña de actos de sabotaje no reconocidos en países que apoyan a Kiev y en la propia Ucrania. En el peor de los casos, Rusia podría optar por un ataque nuclear contra Ucrania
- Que Rusia pierda la guerra y colapse el régimen de Vladimir Putin con sus ciudadanos dándole la espalda y un probable golpe de estado seguido de una guerra civil.