Tras la suspensión de Rusia del último tratado de desarme nuclear que quedaba vigente con Estados Unidos, este jueves 23 de febrero, el gobierno de estadounidense descartó que Rusia vaya a usar armas atómicas en la Guerra que libra contra Ucrania.
Pese a ello, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional del Gobierno de EE.UU., John Kirby, tachó de "irresponsable" que Rusia haya suspendido su participación en el tratado START III o Nuevo START.
"Seguimos sin ver indicios de que el señor (Vladímir) Putin esté dispuesto, quiera, tenga intención o incluso se esté preparando para emplear armas nucleares de ningún tipo en ningún lado", apuntó Kirby.
John Kirby, también mencionó que el hecho de que Putin haya suspendido su participación en el tratado START III "no significa" que vaya a lanzar un ataque con armamento atómico en Ucrania ni en ninguna otra parte, o que vaya a "iniciar una especie de confrontación nuclear".
Por su parte, los Estados Unidos, a través del Pentágono, informaron que la decisión de Rusia de abandonar el tratado, ellos no van a alterar su postura nuclear, y este jueves Kirby destacó que su país está "cómodo" con su estrategia de "disuasión nuclear".
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De acuerdo con Kirby, el tratado Nuevo START ayuda a ambos países a estar más seguros al imponer límites e inspecciones a sus respectivos arsenales atómicos. No obstante, "es cierto que Rusia había dejado de cumplir muchos aspectos de este tratado", apuntó Kirby.
El mismo portavoz estadounidense destacó las contradicciones del gobierno ruso, ya que poco después de que Putin anunciara la suspensión, "uno de sus responsables gubernamentales salió para decir que podía haber alguna forma de que siguiera en vigor".
"No está realmente claro para nosotros qué significaba exactamente cuándo (Putin) dijo que estaba suspendiendo su participación", indicó.
El martes de esta semana, Putin anunció la suspensión del cumplimiento por parte de su país del Nuevo START, aunque matizó que Rusia no abandona el pacto, sino que se limita a suspenderlo por culpa de Estados Unidos.
El tratado Nuevo START limita el número de ojivas nucleares de largo alcance que cada país puede tener desplegadas a 1.550, y fue firmado en 2010 por los entonces presidentes estadounidense y ruso, Barack Obama y Dmitri Medvédev.
También restringe el número de vehículos y sistemas de lanzamiento que pueden tener desplegados o en reserva Washington y Moscú, pero su pieza fundamental es el régimen de verificación que el tratado establece para asegurar que se cumplen estos límites.
En concreto, tanto Estados Unidos como Rusia pueden llevar a cabo hasta 18 inspecciones al año de los arsenales nucleares del otro sin dar apenas tiempo al país receptor para prepararse: los técnicos dan aviso 32 horas antes de llegar y después eligen el lugar que quieren examinar, que debe ser respetado por las autoridades receptoras.
Hace un mes, Washington acusó a Moscú de estar incumpliendo el tratado al no permitir que técnicos estadounidenses realicen inspecciones en territorio ruso.
VGB