Ha pasado 11 días desde que Javier Milei asumió el cargo de presidente de Argentina y en este tiempo ya registró una protesta masiva convocada por los principales sindicatos del país y sus primeros cacerolazos después de que adelantara 30 de las 366 medidas económicas que forman parte de su plan de “shock” para hacer frente a la crisis. En una entrevista radiofónica, Milei criticó a quienes están en contra de su gobierno y dijo que “puede ser que haya gente que sufre síndrome de Estocolmo”.
“Básicamente están abrazados y enamorados del modelo que los empobrece, pero esa no es la mayoría de los argentinos”, aseguró Milei a radio Rivadavia y agregó que “hay gente que mira con nostalgia, amor y cariño al comunismo también”. El presidente argentino insistió en que las medidas tienen como objetivo acabar con el déficit fiscal, que afirma es el causante de la inflación acelerada que sufre el país.
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Durante la entrevista, Javier Milei adelantó que “viene más, pronto se van a enterar” y señaló que llamarán a sesiones extraordinarias en el Congreso de la Nación y enviarán un proyecto de ley para la modificación del Estado. “Hemos detectado, entre leyes, regulaciones y demás normativas que dificultan el funcionamiento de la economía y una sociedad libre, cerca de 380,000 regulaciones. Queremos desmontar esa máquina de impedir”, mencionó.
Sin embargo, las medidas que ha anunciado el gobierno de Javier Milei en los últimos días han causado un gran descontento social. Entre la medianoche y la madrugada de este jueves, las calles de Buenos Aires escucharon los ya tradicionales cacerolazos que se han convertido en un símbolo de la crisis económica y que nacieron en 2001 contra el entonces mandatario Fernando De La Rúa, en donde las manifestaciones dejaron un saldo de 39 muertos y provocaron la renuncia del presidente.
“Medidas antipáticas” para frenar la inflación
Javier Milei también lanzó una advertencia a los legisladores en el Congreso que no apoyen su plan y les dijo que “quedarán en evidencia frente a los argentinos quién está en contra del progreso y quien es casta. Acá es ganar libertades, competitividad y bienestar en términos de mejores bienes a mejor precio”. Si bien dijo que algunas de las medidas eran “antipáticas”, insistió en que estas ayudarán a detener la inflación que en noviembre ya se encontraba en 160 por ciento anual.
Con información de EFE