La organización Reporteros Sin Fronteras hizo un llamado a Pakistán para no deportar a los 200 periodistas afganos que huyeron de su país después de que el régimen Talibán recuperara el control del país en agosto de 2021, luego de que las tropas de Estados Unidos y la OTAN se retiraron tras la guerra.
La petición Reporteros Sin Fronteras se da luego de que Pakistán inicio una campaña contra extranjeros que permanecen en el país sin permiso de residencia, sobre cerca de 1,7 millones de afganos.
Como consecuencia de esta campaña casi 270.000 afganos han regresado a su país para evitar el arresto y la expulsión forzosa, sin importar que muchos han vivido hasta cuatro décadas en Pakistán.
Te podría interesar
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP EN ESTA LIGA
Entre los afganos que siguen en Pakistán hay unos 200 periodistas, así como unas 25.000 personas que están a la espera de ser reubicadas en Estados Unidos dentro de un programa especial de refugiados.
PUEDES LEER: Este es el lugar de México en el mapa de periodistas exiliados, según RSF
En tanto, la embajada de Estados Unidos en Islamabad ha entregado cartas a los solicitantes para protegerles de la deportación, pero las autoridades paquistaníes dicen que esos documentos carecen de valor legal.
Ante ello, Reporteros Sin Fronteros señaló el lunes a través de un comunicado que algunos periodistas afganos en Pakistán “han sido objeto de acoso y extorsión de policías paquistaníes, detención arbitraria, presión sobre arrendadores para que expulsen a arrendatarios afganos y procedimientos infinitos de solicitud de visas”.
“Deportarles a Afganistán les expondría claramente a un peligro mayor. Pedimos al gobierno paquistaní que evite detener a ninguno de ellos y que garantice su protección y seguridad en Pakistán”, dijo Reporteros Sin Fronteras.
Pakistán ha aseguraron que deportará a ningún periodista afgano que enfrente amenazas en su país, pero que sólo considerarían los casos de “periodistas genuinos en activo”.
Cabe mencionar que durante el régimen anterior del Talibán a finales de la década 1990, el grupo prohibió la mayoría de los periódicos, televisoras y radios en el país.