Este jueves, las fuerzas israelíes combatieron con milicianos de Hamás en las afueras de la Franja de Gaza, mientras que el número de muertes palestinas ha superado las 9,000.
Después de casi cuatro semanas de guerra desencadenada por el ataque de Hamás contra Israel, el conflicto armado se prolonga y las familias de aquellos que se encuentran atrapados en la guerra buscan desesperadamente noticias sobre sus seres queridos.
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Al compartir su testimonio con BBC News, Ahmed relató que despertó de golpe el día que inicio la guerra. A pesar de ser alguien que solía dormir profundamente, sintió que algo andaba mal.
Desde Londres, donde vive, había estado revisando religiosamente el grupo de WhatsApp de su familia desde el inicio de la guerra. Era difícil comunicarse con su padre y hermanos, ya que Israel cortó la electricidad en la Franja de Gaza. Pero dos días antes, había recibido un mensaje de su hermana Wallah; su casa había quedado afectada por una bomba.
"Las ventanas y puertas de la casa estaban todas rotas, pero lo importante es que Dios nos salvó. Estamos todos bien", escribió su hermana en el chat grupal.
"La casa se puede arreglar, lo importante es que estás a salvo", respondió Ahmed.
21 personas perdieron la vida cuando la vivienda familiar fue arrasada por un ataque aéreo
Esa madrugada, cuando Ahmed se despertó, el grupo familiar estaba en silencio. Él veía mensajes enviados por varias personas, pero que luego habían eliminado.
De acuerdo con el reportaje, llamó a un amigo en Gaza para averiguar qué estaba pasando y fue entonces cuando se enteró de que su familia estaba muerta.
En total, 21 personas perdieron la vida cuando la vivienda familiar fue arrasada por un ataque aéreo. Entre las víctimas se encontraban su padre, tres de sus hermanas, dos hermanos y 15 de sus sobrinos y sobrinas.
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De entre los niños, su sobrino de 13 años, Eslam, era el mayor y a quien Ahmed conocía mejor. Él era un adolescente que vivía en casa cuando nació Eslam. Su mamá lo cuidaba mientras su hermana estaba en el trabajo, por lo que Ahmed a menudo ayudaba a alimentar y cambiarlo cuando era un bebé.
Sin embargo, Eslam murió junto a sus pequeñas hermanas: Dima, de 10 años; Tala, de nueve; Nour, de cinco; y Nasma, de dos, además de sus primos Raghad, de 13 años; Bakr, de 11 años, las niñas Eslam y Sarah, ambas de nueve años; Mohamed y Basema, de ocho años, y Abdullah y Tamim, de seis años.
Ahmed nunca creyó que la guerra llegaría directamente a su familia. Su hogar se encuentra en el centro de Deir al-Balah, en una zona que nunca había sido objetivo antes.
"Pensé que era un momento aterrador para ellos, pero que estarían bien", dijo.
GPH