En el marco de la X Cumbre de Líderes de América del Norte, los gobiernos de México, Estados Unidos (EEUU) y Canadá condenaron y rechazaron los actos cometidos en el intento de golpe de estado suscitado en Brasil del pasado 8 de enero.
A través de un comunicado conjunto publicado por el Gobierno de México, las tres naciones norteamericanas reprobaron la invasión de simpatizantes del ex presidente, Jair Bolsonaro, a las áreas del Palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema.
“México, Estados Unidos y Canadá condenan los ataques del 8 de enero contra la democracia brasileña y el traspaso pacífico del poder”.
Además, reiteraron el apoyo hacia el nuevo gobierno de Brasil y hacia los aparatos democráticos que posicionaron a Lula da Silva como el actual mandatario del país sudamericano.
“Apoyamos a la República Federativa de Brasil en la salvaguarda de sus instituciones democráticas. Nuestros gobiernos apoyan la libre voluntad de las personas de Brasil”, expresa el comunicado.
Finalmente, compartieron la apertura para comenzar a trabajar en conjunto con el presidente de Brasil: “Esperamos con interés poder trabajar con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva para cumplir con nuestros países, el hemisferio occidental y el resto del mundo”.
¿Qué pasó en Brasil?
Al cumplirse una semana de la toma de protesta de Luiz Inácio Lula da Silva este domingo seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo, y la Corte Suprema, después de haber invadido antes el Congreso Nacional en actos golpistas contra el actual mandatario.
Los ventanales de la sede del Poder Judicial fueron rotos por los manifestantes, que ya ocupan los edificios de los tres poderes en el país, de acuerdo con información de la agencia EFE.
Centenas de seguidores del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro invadieron este domingo la sede del Congreso Nacional en una manifestación que pide una intervención militar para derrocar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El grupo, que defiende tesis golpistas, superó una barrera policial y subió la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado, y algunos entraron dentro de la sede legislativa.
Los extremistas, en su mayoría con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, también atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, que brinda seguridad al Congreso.