Hace más de una década, una mujer de la tercera edad intervino el “Ecce Homo”, un fresco del siglo XX ubicado en la iglesia de un pueblo de Borja, España. La restauración de la pintura que se encontraba casi en el anónimato quedó espantosa y en poco tiempo cobró fama en todo el mundo.
Cecilia Giménez, de 81 años de edad, una católica acomedida que tenía conocimientos de pintura y en alguna ocasión se había ofrecido para retocar un lienzo de la Virgen del Carmen, al mirar el deterioro por la humedad y el paso de los años del “Ecce Homo”, se ofreció para su restauración.
El “Ecce Homo” ("este es el hombre" o "he aquí el hombre" en castellano) es una obra del maestro Elías García que pintó para la iglesia de la Misericordia en 1930. La obra original consistía en una pintura en un muro interno del Santuario, de unos 50 centímetros de alto por 40 de ancho.
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La anciana comenzó la restauración de la pintura y antes de terminarla decidió tomar unos días de descanso, pero a su regreso, la obra ya era conocida entre otros motes como el "Ecce Mono", y ella estaba en la mira de todo mundo, a través de las redes sociales además de burlarse, decían que su trabajo era un atentado contra el arte.
El Instituto de Estudios Borjanos publicó en su boletín sendas fotografías con el antes y el después de la pintura. El Heraldo de Aragón se hizo eco y la noticia dio la vuelta al mundo.
De la burla a ser un atractivo
Al paso de los años, la polémica intervención de la pintura logró que la localidad zaragozana de Borja se convirtiera en uno de los principales atractivos turísticos de Aragón. Autoridades del lugar señalan que cada día se forman filas de gente que quiere pasar a mirar el famoso cuadro.
Señalan que el dinero recaudado se destina a la ayuda a ancianos sin recursos. Asimismo, señalan que Cecilia Gómez, quien intervino el "Ecce Homo" ahora de 91 años vive en la residencia de ancianos de la localidad,