Holver Zelaya era un jugador de beisbol, todos en su equipo querían que bateara en la comunidad de Puerto Príncipe, en el municipio de Nueva Guinea de la Costa Caribe Sur de Nicaragua. A sus 36 años es de complexión corpulenta y mide 1.82 metros, de hombros anchos y quemados por el sol. Campesino que asegura haber sido un buen bateador en el béisbol y montaba a caballo mientras trabajaba en su finca.
De acuerdo con la plataforma Connectas, la vida de Holver quedó atrás, después de su jornada regresaba a casa donde lo esperaba su esposa y sus dos hijas. Sin embargo, Holver no puede montar a caballo y mucho menos jugar beisbol o trabajar. Eso quedó atrás, luego de que un paramilitar al servicio del Gobierno de Nicaragua disparó su escopeta y le rompió la médula espinal.
En este sentido, el 18 de abril de 2018 iniciaron las protestas contra el régimen sindicalista por una reforma al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y en respuesta, el Estado reprimió a los manifestantes. Al siguiente día las protestas se dieron en todo el país después de que se dieron a conocer los primeros muertos por disparos de arma de fuego, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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Tras los primeros muertos que hubo, la reforma al INSS dejó de interesarle a los nicaragüenses y comenzaron a exigir la renuncia de Daniel Ortega y todo su gabinete, incluida Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta.
Fueron cinco meses de manifestaciones reprimidas por el Estado y civiles armados al servicio del sandinismo las cuales dejaron muchos fallecidos, hasta que la policía prohibió todo tipo de manifestaciones. Hoy en día el saldo de la represión de Nicaragua es de 355 muertos, según la CIDH.
Por su parte, Holver fue uno de los nicaragüenses que se unió a las protestas en su municipio al apoyar el bloqueo de una de las carreteras principales de aquel país. Estos bloqueos fueron identificados como “tranques” y tenían el objetivo de evitar que grupos de policías y civiles armados simpatizantes del partido del gobierno entraran a reprimir en los poblados.
@MarkitoShango)
Dos meses después, el 12 de junio de 2018 fue el último día que Holver pudo sostenerse en pie. Abandonó el “tranque” de San Pedro de Lóvago, ahí estuvo con aproximadamente 20 personas más, sin embargo, se fue por la amenaza de que podrían ser asesinados por paramilitares, quienes se encontraban realizando la “Operación Limpieza”, que consistía en eliminar por la fuerza a los bloqueos que mantenían los manifestantes en todo el país.
No obstante, mientras Holver y otros nicaragüenses caminaban de regreso a su comunidad entre los árboles de las veredas, un grupo de paramilitares armados los sorprendieron les dispararon en una emboscada.
Recordó que tras ser atacado por los paramilitares quedó inconsciente y despertó varios días después en un sitio de Managua, capital de Nicaragua y ya no pudo mover sus piernas, no obstante, unos desconocidos lo llevaron a un hospital privado y ahí le quitaron el perdigón que lo dejó paralítico de por vida.
BV