Era un día cualquiera para Jasmine Carney, pues para aprovechar el día soleado salió con su abuela adoptiva de paseo pues habían planeado estar en una playa de Florida, Estados Unidos, a unos 30 minutos de distancia de su casa.
En un principio, la niña de 10 años, nadaba sin mayores preocupaciones en el mar hasta que sintió un enorme animal justo debajo de su cuerpo. Fueron escasos segundos de la contienda con un tiburón que la acechaba.
Stephanie Carney, su abuela, solo se dio cuenta del infortunio cuando la pequeña salió corriendo hacia ella. “¡Algo me mordió!”, gritaba con las piernas ensangrentadas mientras trataba de estar en una zona segura de la playa.
“Vi toda la sangre y fui a buscar a un salvavidas”, recordó Carney, en charla con el medio local ‘WPTV’.
Al prestarle los primeros auxilios, con la adrenalina del momento, el salvavidas llamó a la línea de emergencias, pues la mordida era profunda. Así que, en contados instantes, Jasmine fue trasladada en helicóptero hasta el Centro Médico Regional St. Mary’s.
Tras el gran susto y los gritos iniciales, con calma , la niña permaneció tranquila en la camilla del hospital, como si nada hubiera alterado su momento de descanso. En medio de las observaciones de los especialistas, atónitos analizaron la herida del pie derecho que estaba totalmente cubierta de arena y era bastante profunda.
“Ni siquiera podía ver nada porque había mucha arena”, expresó el doctor Nir J. Hus, cirujano que la atendió, en entrevista con el medio ‘People’. Eso sí, tenía algo muy claro: era una mordedura de tiburón que casi se lleva todo el pie.
De acuerdo con los especialistas, el animal le cortó el pie por la mitad. Por tanto, los huesos, tendones, vasos sanguíneos y nervios quedaron al descubierto luego de la limpieza de la arena.
“El tiburón la mordió en varios lugares del pie, no fue solo un mordisco. Creo que la mordió, la soltó, la mordió otra vez y luego la soltó. Al menos tres o cuatro mordiscos”, puntualizó el doctor.
La valentía ganó
La pequeña Jasmine fue toda una valiente, de acuerdo con los médicos, ya que otros niños en una situación así quedarían pasmados del miedo. Ella, por su rápida reacción, no dio cabida al temor cuando su vida estaba en riesgo y fue a pedir auxilio.
“Algo me mordió, parecía bastante grande y era gris. Me dolía, así que pensé, patéalo”, sentenció para el medio ‘WPTV’.
No recuerda cuántos segundos estuvo batallando en el agua contra el que habría sido un tiburón de punta negra, con un largo de 1.6 metros: “Traté de patearlo, quitar mi pierna y finalmente la soltó”, contó.
Aunque en un principio se exaltó, tan pronto llegó al hospital y vio a su hermano de seis años optó por sonreír y llevar con tranquilidad la situación.
“Mejor mantengo la calma porque sé que él no quería que me asustara; es el mejor hermano menor del mundo”, precisó.
Una recuperación exitosa
Tras la intervención de los médicos con 100 puntos y una cirugía de varias horas, fue que se pudo reconstruir el pie de Jasmine que fue atacado por el tiburón. Además, indicaron que debía seguir un tratamiento con antibióticos con tal de evitar las infecciones por la herida producida.
La menor salió del hospital en los primeros días de diciembre de este 2022, por lo que podrá estar en casa para las celebraciones navideñas, mientras vuelve a caminar en unos dos meses.
“Tendrá algunas cicatrices desagradables, no hay forma de evitarlo, pero volverá a la normalidad”, anticipó su médico para la revista ‘People’.
Eso sí, se siente muy orgullosa por la hazaña tanto que tiene una camiseta especial para ir al colegio con el mensaje ‘Shark Attack Survivor’ (Sobreviviente de un ataque de tiburón).