El pasado domingo 23 de octubre, el líder chino Xi Jinping fue elegido por los miembros del Partido Comunista Chino para encabezar su tercer mandato consecutivo desde que tomó el poder, y sin ninguna facción interna que pueda hacerle sombra; asimismo presentó a su nuevo Comité Permanente del Politburó, repleto de leales seguidores, consolidando así su lugar como el gobernante más poderoso de China desde Mao Zedong; si bien la prensa oficialista china celebró con gran alegría la reelección de Xi Jinping al frente del país asiático, otro era el sentir en las calles del país, y que les celebraciones eran poco más moderadas.
Las felicitaciones por este suceso no se hicieron esperar y entre las mas distinguidas felicitaciones que le llegaron al presidente Xi fue la de Vladimir Putin, quien dijo que espera seguir desarrollando una “asociación integral” entre sus dos países. “Los resultados del Congreso del Partido confirman plenamente su alta autoridad política, así como la unidad del partido que dirige”, dijo Putin a Xi, según la web del Kremlin.
Por su parte, el líder norcoreano, Kim Jong Un, también envió una carta de felicitación a Xi, según informó la agencia estatal de noticias KCNA.
Te podría interesar
Sin embargo, la concentración del poder en China en torno a la figura de Xi Jinping, augura un control social aún más fuerte y una arriesgada apuesta por la autosuficiencia tecnológica, según algunos expertos en el tema.
Según y en palabras del propio Xi: El nuevo equipo impulsara lo que él mismo denominó ayer una "revolución dentro del Partido" que lo haga "invencible ante todos los retos", partiendo de "la sobriedad y la perseverancia", hasta alcanzar la "modernización de China".
Asimismo, algunos analistas occidentales han podido percatarse que las proclamas de los últimos discursos del mandatario chino son proclamas extremadamente ideológicas que priman conceptos como seguridad nacional, unidad y autosuficiencia para afrontar lo que se consideran ataques externos.
Poder Absoluto
Y es que ser implacables es una de las grandes máximas de la formación para evitar corruptelas que conlleven a un descontento generalizado, algo que el propio Xi recalcó al apelar a la "unidad" y a una "gobernanza estricta".
"La democracia que funciona"
Durante sus intervenciones de esta semana, el mandatario habló de los "desafíos globales" y de responder a ellos impulsando "los valores comunes de toda la humanidad" asegurando que su sistema socialista también es "una democracia que funciona", mejor incluso que los países occidentales, a los que considera en declive.
La crisis de Taiwán también estuvo presente en el cónclave y se incluyó en los estatutos del Partido una resolución para "rechazar" una eventual declaración de independencia de la isla y "oponerse tanto a los separatistas como a quienes lanzan burdas provocaciones desde el exterior".
En lo económico-social, Xi quiso calmar las aguas y "oportunidades para todos" porque "China no se puede desarrollar sin el mundo, y el mundo también necesita a China".
Por el momento, las bolsas no parecen haber acogido con optimismo el resultado del Congreso, y el índice de referencia de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, perdió hoy un 6,4 %, por debajo incluso del nivel de algunas jornadas de finales de 2008.