CAP-HAITIEN.- La primera dama de Haití, Martine Moise, pidió este viernes justicia para el asesinado presidente del país, Jovenel Moise.
"Fuiste abandonado y traicionado. Tu asesinato expuso (la) fealdad y cobardía", dijo Martine en la ceremonia civil en honor de Moise celebrada en Cap-Haitien, en el norte del empobrecido país caribeño, donde fue enterrado este mismo viernes.
La mujer aseguró que "el mayor pecado" de Moise fue "amar a su país. Defender a los más débiles frente a la codicia de otros",
"Fuiste brutalmente asesinado. Se ha conspirado contra ti. Te odiaban, te lanzaron veneno", dijo Martine.
Afirmó que "las aves de rapiña" que mataron a su marido el pasado 7 de julio "siguen corriendo por las calles. Ni siquiera se esconden. Están ahí observándonos y escuchándonos".
La mujer llamó a evitar que "la sangre de nuestro presidente se derrame en vano".
"No queremos venganza, ni violencia. No cederemos al miedo. Los miraremos (a los asesinos) directamente a los ojos. Les diremos que ya es suficiente", agregó.
La familia "está pasando por días oscuros", dijo Martine Moise, quien resultó herida de bala en el ataque armado a su marido en su residencia privada en Puerto Príncipe.
La primera dama habló durante 15 minutos sobre sus 25 años de relación con el difunto gobernante, al que descubrió como una persona "apasionada y decidida, amable, alegre y con gran carisma".
"Él se convirtió en mi himno y yo en su orquesta", dijo, relatando su vida en común y afirmando que nunca estuvo preparada para la muerte de su marido de esta manera.
Martine aseguró no entender "cómo la envidia de poder y la vulnerabilidad podían llevar a tal malicia contra" su marido.
"Siempre intentó hacer más y mejor", agregó Martine Moise, quien describió el sistema político haitiano como "podrido e injusto", al tiempo que aseguró que el gobernante quería "salir con las manos limpias y puras" de la Presidencia.
Jovenel Moise "se encontró de la noche a la mañana con todo el sistema delante. Se le trató con todo tipo de maldades", dijo.
De acuerdo con Martine, se han utilizado "todos los medios, incluyendo las redes y los micrófonos de los medios de comunicación, para destruir a su marido" como presidente.
"Jovenel, mi amor, qué será de mí sin ti. Vete en paz, vete con el sentido del deber cumplido. Deja que tu alma descanse en paz, nosotros nos encargaremos del resto'''', advirtió.
“Es un adiós pero no una despedida. No pensé que este cambio que querías hacer podría llevar a tu asesinato. Los oligarcas han ganado una batalla. Hemos perdido una batalla, pero la guerra aún no ha terminado", insistió.
EL ENTIERRO
El sepelio tuvo lugar después de una misa y una ceremonia en los jardines de la Habitation Village SOS, residencia privada de la familia Moise a las afueras de Cap-Haitien, a la que asistieron la primera dama, los hijos de la pareja, el primer ministro, Ariel Henry, funcionarios, allegados y simpatizantes de Jovenel Moise.
El presidente fue asesinado a tiros en su residencia en Puerto Príncipe en la madrugada del 7 de julio, en un ataque de un comando armado integrado por exmilitares colombianos que accedió a la vivienda presidencial sin hallar resistencia por parte de los guardias que deberían haber protegido la vida del presidente.
LAS PROTESTAS
Cap-Haitien se vio asediado por protestas con quema de barricadas que llevaron a la Policía Nacional a disparar munición y gases lacrimógenos.
Durante la homilía por Moise, se sintieron los gases en el punto en el que se celebraban las exequias, que dista unos 500 metros de la entrada de la residencia familiar que ha dado acogida al funeral.
También se escucharon tiros, mucho más evidentes al concluir el acto, en ráfagas de no menos de seis disparos cada vez, que la Policía hacía para abrir paso a las numerosas comitivas que salían de la finca.
La carretera a Cap-Haitien estaba bloqueada y era necesario tomar el camino hacia la capital para poder avanzar hacia la ciudad en un recorrido en el que los disparos no dejaban de sonar al paso de los vehículos, haciéndose muy patente el olor a pólvora.
El foco de la tensión en esta jornada se concentró en las inmediaciones del punto donde se desarrollaba la ceremonia, mientras que la ciudad permanecía en calma, después de que el jueves las calles de Cap-Haitien quedaran bloqueadas por barricadas en llamas que ardían por toda la ciudad.
ACV