WASHINGTON.- Ryu Hyeon-woo, exembajador de Corea del Norte en Kuwait, cree que el líder norcoreano, Kim Jong-un, no renunciará a su arsenal nuclear, pero puede estar dispuesto a negociar una reducción de armas para aliviar las sanciones internacionales que paralizan la economía de Pyongyang.
En su primera entrevista desde que desertó a Corea del Sur hace más de un año, Ryu Hyeon-woo dijo a la CNN que "la energía nuclear de Corea del Norte está directamente relacionada con la estabilidad del régimen" y que Kim probablemente cree que las armas nucleares son clave para su supervivencia.
Ryu también dijo a la cadena estadounidense que las anteriores administraciones de EU se habían sentido "arrinconadas" tras exigir la desnuclearización desde el principio en las negociaciones con el Estado norcoreano.
El exdiplomático, que adoptó el nombre de Ryu al mudarse al Sur, es uno de funcionarios norcoreanos de alto perfil que desertaron en los últimos años.
Ryu y su familia desertaron a Corea del Sur en septiembre de 2019, pero su situación solo se hizo pública la semana pasada. Decidido a darle a su hija adolescente una vida mejor, el exembajador dijo que él y su esposa planearon escapar durante aproximadamente un mes mientras vivían en Kuwait.
Ryu, también antiguo embajador en el Reino Unido, señaló que si los hubieran capturado, los agentes norcoreanos los habrían llevado rápidamente a Pyongyang para castigarlos, ya que la deserción se considera una gran vergüenza para el régimen de Kim y no se toma a la ligera.
Según explicó, el régimen norcoreano a menudo castiga a los familiares de los desertores para disuadir a la gente de irse, especialmente a los de los diplomáticos.
Aquellos enviados al extranjero a menudo se ven obligados a dejar a un hijo en casa como rehén, asegurando que sus padres no deserten, subrayó el exembajador.
"Creo que el hecho de que Corea del Norte mantenga un castigo familiar colectivo de tipo feudal en el siglo XXI es espantoso", dijo Ryu.
Ahora está preocupado por sus tres hermanos y su madre de 83 años que todavía están en Corea del Norte. "Solo quiero verlos vivir mucho tiempo", dijo el exdiplomático. "Cuando pienso que pueden ser castigados por lo que he hecho me duele el corazón", agregó.
(Luis Ramos)