SANTIAGO DE CHILE.- Cientos de personas volvieron este viernes a protestar a la mítica Plaza Italia de Santiago, cinco días después de que se decidiera en un histórico plebiscito cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) con casi un 80% de aprobación.
Portando lienzos y golpeando cacerolas, los manifestantes exigieron la liberación de las personas detenidas durante la ola de protestas que estalló en octubre de 2019, además de reformas urgentes que ayuden a paliar los efectos de la grave crisis económica que afecta al país.
Juan Manuel, jubilado de 74 años y participante de la demostración, aseguró que la victoria en el plebiscito "fue sólo el primer peldaño de una larga escala" y que ahora "se viene lo más difícil" en la elección de los constituyentes, quienes redactarán la nueva Carta Fundamental chilena en un plazo de dos años.
"Tenemos que seguir en la calle", comentó Manuel a Efe, "y ahora tenemos la misión de exigir la libertad de todos los presos del estallido".
Desde octubre del año pasado, la Fiscalía ha formalizado a un total de 5,084 personas por diversos delitos cometidos en las marchas, de los cuales 648 se encuentran en prisión preventiva y 725 ya fueron condenados.
Decenas de familiares de detenidos se concentraron en las cárceles y centros de justicia de la capital durante esta semana, para exigir cambios en las medidas cautelares, celeridad en los procesos judiciales y más visitas.
Además, hay más de 4,600 causas abiertas contra las fuerzas de seguridad por supuestas violaciones a los derechos humanos, pero sólo 75 agentes han sido imputados.
Parlamentarios de la oposición presentaron el pasado jueves un proyecto que buscaba indultar a quienes cometieron delitos graves durante el estallido social, pero fue rechazado por el Gobierno porque implicaría "justificar la violencia".
A diferencia del domingo pasado, donde la Policía chilena se replegó de Plaza Italia debido a la masividad de las celebraciones tras el plebiscito, esta tarde carros lanza aguas y lanza gases intentaron disuadir la concentración de manifestantes.
Nubes de gas lacrimógeno cubrieron el óvalo central de la plaza y sus calles aledañas, mientras las fuerzas antidisturbios de Carabineros formaron un perímetro alrededor de la zona integrado por decenas de efectivos policiales y más de una decena de vehículos.