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El "Templo Satánico" y su impresionante auge de seguidores en EU

El gobierno de EU le ha dado el mismo estatus fiscal que una institución benéfica para que reciba donaciones, y quien dona deduce impuestos

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La organización que rinde culto al diablo en un Templo Satánico desde el 2013, ahora es beneficiada por el gobierno de Estados Unidos con el Servicio de Impuestos Internos (IRS) que otorga deducciones fiscales a los ciudadanos que donen dinero a esta organización y tiene el mismo estatus que las instituciones benéficas y que las iglesias, sinagogas y mezquitas, publicó el diario El País.

Aunque resulte y suene como una locura, en realidad no es exactamente lo que parece. A pesar de que sus seguidores visten en su mayoría de negro e invocan a menudo a Satán, no participan en sórdidos rituales, ni sacrifican bebés. Y para lo único que usan sus tridentes es para limpiar con ellos las playas y carreteras de sus ciudades por impresionante que parezca.

En realidad realizan un activismo bastante diferente con una fuerte carga de ironía. Defienden la libertad social y religiosa en un país que, en teoría, es oficialmente laico.

Si en estos momentos se atacan los derechos fundamentales de los ciudadanos en nombre de Dios, ¿la alternativa será adorar a Satán?, se preguntan. La suya es una surrealista defensa de la separación de la Iglesia y el Estado ante el cada vez más popular y agresivo discurso ultraconservador por parte de la religión, publicó el diario español.

Así lo plantea esta organización fundada por Lucien Greaves, que asegura haber pasado de tres a 50 mil miembros en tres años y cuyo crecimiento es gracias al documental Hail Satan? (¿Dios te salvará de Satanás?), dirigido por la cineasta Penny Lane y presentado en festival Sundance London.

“Ser ateo es aburrido. No tienes una iconografía ni una comunidad con la que puedas reunirte”, comenta uno de sus miembros en un momento de la película. La cineasta Lane rebaja varios enteros la ironía de estas palabras. “Lo que defienden es que ser ateo es una posición demasiado pasiva. En estos momentos de crispación, se necesita pasar a la acción y luchar por los derechos de todos”, comenta a EL PAÍS durante la presentación de la cinta en Londres.

“Si Eva no llega a caer en la tentación de la manzana, ¿qué clase de vida le hubiese esperado? Una de total servidumbre y sin libertad de elección”, comenta Jex Blackmore, que durante años ha sido portavoz oficial del movimiento “Cuando Jesucristo pasó 40 días en el desierto en ayunas, se presentó Satán para decirle: ''Eh, tío, no hace falta que hagas esto. Bebe un poco de agua, hombre”, comenta otro de sus miembros en el documental.

UN JUEGO QUE PONE DE MALAS A QUIENES NO SE TOMAN LA MOLESTIA DE ENTENDERLO

A medida que el discurso del Templo Satánico se ha ido haciendo más popular, más alarmas se han encendido en el sector más reaccionario de Estados Unidos. En los últimos años se han convertido en invitados habituales de las televisiones conservadoras, con la intención de trolear su programación.

"Juegan con símbolos, palabras e ideas que todo el mundo conoce y que relaciona con algo muy negativo. Hay estadounidenses que se toman muy en serio la dicotomía de cielo e infierno y de Dios y el Diablo. ¿Puede que su ironía nuble su verdadero mensaje? Seguro. Pero no creo que les importe mucho. No pretenden ser populares ni convertir a aquellos que no entienden lo que están haciendo”, defiende la directora.

Sus principios fundamentales, que son siete, rechazan toda forma de violencia, buscan luchar por lo justo y que “ninguna historieta espiritual” rebata a la ciencia, entre otras cosas.

“Supongo que siento la necesidad de contar nuestra historia desde otro punto de vista porque sospecho que nos faltan datos a la hora de analizar el pasado del país. Creo que no tenemos una perspectiva completa de las cosas. Además, me gustan ese tipo de películas que me hacen sentir estúpida; que al final me hacen pensar: ''Guau, no me puedo creer que me haya tragado esta mentira durante tanto tiempo''. Y es lo que quiero hacer sentir al espectador”, comenta la directora Lane

No es la primera vez que la cineasta reta los pilares fundamentales sobre los que se sustenta la sociedad estadounidense. Ya lo hizo en Our Nixon (Nuestro Nixon) y Nuts! (Chiflados)

Y así es como la gente se deja llevar fácilmente gracias a las fake news sin ir al fondo de lo que en realidad hay detrás.

Con información de El País