En Japón, enviaron a cinco robots a la central nuclear de Fukushima Daiichi, para combatir el problema del agua altamente radiactiva que se almacena en varios tanques que rodean la zona, no han podido regresar de su misión y que han ‘muerto’ durante sus labores.
Una “pared de hielo” quedó sin terminar alrededor de la planta paralizada, con la cual se busca evitar que el agua subterránea se contamine.
Este viernes, se cumplen cinco años del terremoto que sacudió Japón y provocó un tsunami de 10 metros de altura que se estrelló contra dicha central nuclear, provocando diversas fusiones. Estos eventos dejaron 19 mil personas muertas o desaparecidas, así como 160 mil personas sin hogar ni medios de sustento.
La radiación en Fukushima no ha cedido y sigue tan potente que no permite llegar hasta donde se encuentran los amasijos de barras de combustible fundidas, que pesan cientos de toneladas.
Tokyo Electric Power Co (Tepco), operador de la planta, ha realizado avances como la eliminación de cientos de caminos de salida de combustible gastado en un edificio dañado.
Sin embargo, aún no cuenta con la tecnología necesaria para ubicar las barras de combustible fundidas en otros tres reactores.
La parte en la que se encuentran perdidas estas barras de combustible es inaccesible para los humanos, por lo que Tepco ha desarrollado robots, los cuales pueden nadar bajo el agua y sortear obstáculos en túneles y tuberías dañadas, en busca de dichas barras.
Sin embargo, cuando se acercan a los reactores, la radiación destruye su cableado y los inutiliza.
(Con información de agencias).
lrc