En la alcaldía Venustiano Carranza, cientos de familias se bañan, lavan ropa y sobreviven con agua contaminada con bacterias fecales. Desde las intensas lluvias del 10 y 12 de agosto, el agua que sale de las llaves del Residencial Vidai, en la colonia 20 de Noviembre, huele mal y, según un análisis realizado de manera independiente por una vecina, el agua está infectada con la bacteria E. coli.
“Nos estamos bañando con agua contaminada con caca”, afirma Isabel Fernández, vecina del condominio, en entrevista con La Silla Rota.
Las lluvias que azotaron la Ciudad de México esa semana provocaron inundaciones en calles y estacionamientos subterráneos de varias colonias de las alcaldías Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, entre ellas las del conjunto residencial, ubicado a unos metros del Parque Lineal Gran Canal, que también terminó cubierto de aguas negras.
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En el caso de Vidai Residencial, el agua de las coladeras colapsadas se filtró por la rampa vehicular y alcanzó las cisternas que abastecen a los más de 340 departamentos del conjunto. El complejo, dividido en tres etapas, depende de una cisterna central con capacidad para 750 mil litros. Tras la inundación, vecinos comenzaron a notar olores extraños al abrir las llaves.
"Las coladeras no se dieron abasto. El agua negra entró por la rampa de autos y alcanzó las cisternas", explica la señora Fernández. A partir de entonces, el agua se volvió sospechosa.
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“Sale apestosa, huele muy mal, pero hasta ahora no hemos tenido problemas en la piel”, señala la señora María Teresa Silva, también vecina del conjunto. De la misma forma, Juan Francisco Vázquez, quien vive en los edificios desde hace seis años, afirma que el agua tiene un olor a humedad, “como el de una toalla mojada”.
Sin embargo, para los cerca de mil 500 habitantes del conjunto, el riesgo no es solo olfativo, sino bacteriológico.
Análisis confirman E.coli
El 13 de agosto, tras las labores de desazolve y limpieza, la alcaldía Venustiano Carranza tomó muestras de agua tanto de las cisternas como de algunos departamentos para realizar un estudio microbiológico.
Los resultados, según informó personal de la misma demarcación a los administradores, estarán listos entre 10 y 15 días hábiles, ya que requieren cultivos especializados para detectar bacterias y otros contaminantes.
No obstante, algunos vecinos decidieron no esperar y realizaron un análisis independiente el cual lanzó resultados alarmantes: Todas las muestras contenían presencia de Escherichia coli, una bacteria que indica contaminación con materia fecal.
El reporte fechado el 18 de agosto y titulado “Control Bacteriológico - Análisis de Agua Vidai Residencial”, revela que tanto la cisterna principal como las tomas de agua en las torres A, C, D y E superan los límites establecidos por la NOM-093-SSA1-2010 y la NOM-127-SSA1-2021, que regulan la calidad del agua para consumo humano en México.
“Seguimos esperando el estudio que la alcaldía iba a mandar pero una vecina que es química-farmacobióloga ya lo hizo y el agua está contaminada con bacterias, en pocas palabras, con caca”, insiste Isabel Fernández, vecina del conjunto.
A la espera de un estudio oficial
Uno de los administradores del conjunto, René Rangel, reconoce que el agua pudo haberse contaminado durante la inundación, pero asegura que la administración no puede actuar hasta tener el resultado oficial. “No podemos vaciar la cisterna sin una base legal. El desperdicio de agua podría causarnos una multa”, explica.
“No es que estemos cruzados de brazos”, dice Rangel. “Pero cualquier decisión apresurada puede tener consecuencias, ya sea en salud o en costos. Tenemos que esperar un resultado oficial para tomar decisiones informadas, porque cualquier otra cosa es especulación o exageración. Si no confiamos en el dictamen de la alcaldía, ¿en cuál confiamos?”, dice.
Además de que la solución más obvia, vaciar y limpiar la cisterna, se presenta como una tarea casi imposible, ya que, la cisterna del conjunto tiene capacidad de 750 mil litros, el equivalente a 75 pipas de agua.
Ante todo esto, la administración de Vidai Residencial emitió un comunicado a los residentes donde se reconoce la posible contaminación del agua potable y emitieron una serie de recomendaciones a los residentes como evitar lavar frutas, verduras y cepillarse los dientes con agua de la llave.
Sin embargo, la vida en Vidai Residencial sigue. Algunos residentes hierven el agua antes de usarla; otros compran garrafones. La mayoría, simplemente, se adapta. “Nos adaptamos, en lo que llega la respuesta oficial”, dice Juan Francisco, vecino desde hace seis años.
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Contexto: La presencia de Escherichia coli en el agua potable no es un hallazgo menor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta bacteria es un indicador directo de contaminación fecal y puede causar desde infecciones gastrointestinales leves hasta diarreas severas, vómito, fiebre o, en casos extremos, complicaciones más graves en niños, personas mayores y personas con sistemas inmunológicos comprometidos.
De acuerdo con la NOM-127-SSA1-2021, la norma oficial mexicana que regula la calidad del agua para uso y consumo humano, la presencia de E. coli está estrictamente prohibida. La norma establece que en cada 100 ml de agua debe registrarse un valor menor a 1.1 NMP (Número Más Probable) o que E. coli sea no detectable, lo que equivale a una exigencia de ausencia total de la bacteria.
VGB
