El programa “Cosecha de lluvia”, diseñado para captar y almacenar el agua pluvial, impulsado y operado por la Secretaría del Medio Ambiente como una estrategia para enfrentar la escasez hídrica en zonas vulnerables, ha sido suspendido en plena temporada de lluvias. De acuerdo con la dependencia, será relanzado pero no hay fecha sobre cuándo será.
En la página de la Sedema el enlace del programa aparece el aviso: “¡Lo sentimos! Este programa social no se encuentra disponible por el momento!”
La decisión no tuvo explicación y expertos en el tema se sorprendieron. El programa, que buscaba beneficiar principalmente a viviendas y escuelas, es una forma de captación de agua de lluvias que luego de ser almacenada, puede usarse para regar plantas, para el baño y en algunos casos incluso para lavar trastes o la ducha. Hasta 2024 había llegado a 73 mil viviendas y 2 mil 300 escuelas, pero mientras sea relanzado, ya no habrá más casas y planteles que se sumen a sus beneficios.
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Al respecto, dos expertos en temas hídricos opinaron que es un mal momento para abandonar ese sistema de captación.
“Sería un golpe, puede que haya que ver el perfil del programa, quizá analizar o diversificar el financiamiento pero hacerlo a un lado sería lamentable”, dijo a La Silla Rota el investigador de la división de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM Xochimilco, Carlos Muñoz Villarreal.
Por su parte el responsable de Regeneración Física y Proyectos con Impacto Hídrico de Fundación Hogares, Luis Fernando García, quién se dedica a hacer proyectos de captación pluvial, explicó que con la cosecha de lluvia la ciudadanía puede aportar desde su trinchera doméstica a aprovechar la lluvias.
“Tenemos uno de los sistemas de abastecimiento más caros del mundo, traer el agua del Cutzamala cuesta lo mismo que la electricidad que usa la ciudad de Puebla. Si somos una metrópoli que nos podemos abastecer a nosotros mismos, no solo sería un beneficio económico sino uno ambiental y reputacional”, dijo a La Silla Rota.
El potencial del programa aun es grande, no sólo en lugares como viviendas y escuelas, sino incluso en superficies más grandes como unidades habitacionales, edificios y centros comerciales.
“Hay mucho por hacer y en algunos casos es una cuestión más costeable, con una tasa de retorno más larga y en otros casos no. También es más factible a nivel de grandes superficies; hay mucho por hacer todavía”, afirmó Muñoz Villarreal.
De acuerdo con evaluaciones del programa, reportadas por la Sedema hasta 2023, este recibió una aprobación del 98% de los beneficiarios.
CONTEXTO
La cosecha de lluvia se ha convertido en una opción para captar agua pluvial que puede ser almacenada durante los meses en que más llueve, para ser usada durante los cinco meses posteriores.
El primer esfuerzo de una administración capitalina por captar el agua pluvial fue el programa El agua a tu casa, durante la administración de Miguel Ángel Mancera, en el que se instalaban sistemas llamados Tlaloques, en honor a Tlaloc, así como purificadores.
Al llegar Claudia Sheinbaum a la jefatura de Gobierno, el programa se replanteó y en marzo de 2019 fue presentado como "Cosecha de lluvia". El objetivo era el mismo, captar la precipitación pluvial, a través del Sistema de captación de agua de lluvia, llamado Scall, que llegaba al techo y de ahí se canalizaba a un depósito.
De acuerdo con información de la Sedema, hasta el año pasado el programa había beneficiado a 2 mil 300 escuelas primarias y secundarias en donde según su matrícula y su infraestructura, se colocaban uno o dos sistemas de captación. Con ello se benefició a 1.3 millones de usuarios, entre alumnos y personal, con una inversión de 300 millones de pesos.
De acuerdo con la secretaría, de 2019 a 2024 se invirtieron mil 418 millones de pesos para los sistemas de captación de agua en vivienda.
En viviendas se instalaron 73 mil sistemas distribuidos en 11 alcaldías desde 2019. Al beneficiario o a la escuela el sistema no les costaba. Ellos hacían la solicitud, se analizaba, se revisaba el techo, donde se canaliza el agua, y si era viable, se instalaba.
Uso cotidiano
Hasta mediados del año pasado, el costo del equipo de un sistema de captación para escuela era de 25 a 30 mil pesos, y para vivienda de 18 a 22 mil. El agua recolectada en el sistema de captación puede alimentar a los tinacos de escuelas y casas y cuando cesan las lluvias puede durar cuatro o cinco meses. De acuerdo con información de la Sedema, se han captado 918 millones de litros por año entre 2019 y 2024.
La dependencia ha presentado evaluaciones internas del programa Cosecha de lluvia. El más reciente, en 2023, mostró que en cuanto a los usos que la población beneficiaria le da al agua cosechada, sobresale lavar la ropa, con 84%; para uso del baño 82%, y para lavar el patio, 80%.
En menor frecuencia se usa para el riego de las plantas, el lavado de los trastes, la ducha e incluso para el lavado de automóvil.
“Esta diversidad en los usos del agua cosechada demuestra cómo el Scall puede contribuir significativamente a mejorar las condiciones dentro de los hogares, proporcionando una fuente confiable y sostenible de agua para una variedad de actividades cotidianas. Dichos hallazgos respaldan la afirmación de que el Scall ha generado mejoras tangibles dentro de los hogares beneficiados al proporcionar una fuente adicional de agua para usos domésticos”, se lee en la evaluación.
Sólo un pequeño porcentaje, equivalente al 2%, lo califica como ‘regular’, según el informe de la Sedema.
Pese a ello, ahora no está disponible.
Vital, captar agua de lluvia
Para el investigador Carlos Muñoz Villarreal, contar con sistemas de captación de agua de lluvia, además de ayudar a tener disponibilidad de agua, diversifica las posibilidades de suministro, particularmente en las condiciones como las que tiene la Ciudad de México, que tiene problemas de reabastecimiento en el subsuelo y en los cuerpos de agua a lo largo del año.
“Entonces tiene beneficios ambientales y económicos y funcionales para el beneficiario. Hay ciertamente problemas relacionados con inversiones y con características operativas, pero es una posibilidad interesante que vale la pena considerar”, dijo.
Para Luis Fernando García la cosecha de lluvia no es solo captación pluvial, puede ser parte de tener otro plan con el agua y dejar de expulsarla de la ciudad o esconderla, como ocurrió con las políticas de entubar ríos.
“Debemos ir a un plan más grande de revivir los ríos de la ciudad y con la cosecha de lluvia podemos aportar desde nuestra trinchera doméstica con esta captación pluvial, con esta filtración y este cambio de cultura; no tenemos por qué enterrar el pasado, al contrario hay que abrazar y tomarlo como ejemplo al futuro”, concluyó.