TLATELOLCO

Unidad Tlatelolco: al rescate de una emblemática colonia que enfrenta el paso del tiempo

La Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco, ícono de modernidad que celebra más de 60 años, se encuentra sumida en un profundo deterioro estructural y acosada por la inseguridad, la apuesta es el rescate con presupuesto público

Créditos: Cuartoscuro
Escrito en METRÓPOLI el

Tlatelolco es emblemático por los vestigios que aún resguarda y haber logrado que, en medio de éstos, se diera paso a la modernidad en el siglo XX. Alberga cultura, historia y un deterioro que cada vez hace más complicada la tranquilidad en la unidad habitacional.

Fue inaugurada en 1964 y se le conoció como el Conjunto Urbano presidente Adolfo López Mateos; es una unidad habitacional creación del arquitecto Mario Pani, cuyo objetivo principal fue regenera zonas informales con vivienda, servicios, comercios y áreas de esparcimiento que dieran a los habitantes una buena calidad de vida.

Casi recién estrenada, la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco atestiguó uno de los pasajes más dolorosos de la historia de México: la matanza de estudiantes aquél 2 de octubre de 1968. Aún con ello, la unidad siguió su vida y la unidad era emblema de orden y tranquilidad.

El 19 de septiembre de 1985, un terremoto sacudió la ciudad de México y castigó fuertemente a la unidad habitacional, entre otros, echándole abajo edificios y dejándola moralmente quebrada. Desde entonces, la zona se vino abajo en todos aspectos, siendo la inseguridad, el que más permea en nuestros días. Los edificios lucen viejos; las calles sin cuidado, las áreas verdes cada vez más olvidadas, entre otros.

Ante este crítico panorama, el Gobierno de la Ciudad de México ha anunciado un ambicioso plan de regeneración urbana con una inversión cercana a los 1000 millones de pesos para la restauración de 90 edificios, renovar espacios públicos y confrontar la delincuencia que asedia a sus más de 30 mil habitantes.

El ícono sesentón en declive que clama ayuda

La Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco, inaugurada el 21 de noviembre de 1964 y concebida por el arquitecto Mario Pani, fue en su momento un proyecto vanguardista que redefinió el urbanismo mexicano del siglo XX. Con 102 edificios y casi 12 mil departamentos distribuidos en un millón de metros cuadrados, el conjunto incluía una infraestructura completa de escuelas, clínicas, clubes sociales y un cine. Sin embargo, a más de seis décadas de su edificación, Tlatelolco muestra los síntomas del envejecimiento y la desatención, con fachadas dañadas, grafitis, basura, cascajo abandonado y presencia de roedores.

Los residentes reportan un declive generalizado: problemas en la infraestructura, elevadores y drenaje de edificios como el presidente Juárez, cuyos ductos están corroídos y los elevadores fallan constantemente debido a su antigüedad. El edificio Vicente Guerrero, por ejemplo, está catalogado de "alto riesgo" con columnas desprendidas y estructuras de acero con inclinación, esperando reparaciones desde hace años. Las fallas en las instalaciones eléctricas han sido causa de incendios, como los que afectaron los edificios Yucatán en 2023 y Zacatecas en 2019, este último con saldo de una persona fallecida y más de 300 evacuados.

Los altos costos de mantenimiento han superado la capacidad económica de los vecinos, quienes claman por la intervención pública. La unidad ha resistido sismos como los de 1985 y 2017, aunque con daños significativos que llevaron a la demolición de varios inmuebles y la reducción de pisos.

Inversión histórica para la rehabilitación estructural

Ante esta realidad, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha anunciado un programa de "Regeneración Urbana para la Transformación Ahora (RUTA) Tlatelolco mi Amor" con una inversión histórica destinada a la atención estructural de 90 edificios. Se ha detectado que al menos 27 edificios presentan algún tipo de daño estructural.

La intervención comenzará con una inversión inicial de 35 millones de pesos para realizar nuevos estudios de evaluación de los inmuebles. Brugada enfatizó la necesidad de actualizar los estudios previos, pues "no podemos basarnos en estudios pasados". Estas evaluaciones estarán a cargo de la Secretaría de Vivienda y el Instituto de Seguridad Estructural de las Construcciones, iniciando con un estudio preliminar para luego desarrollar un proyecto ejecutivo.

De los edificios con afectaciones, seis presentan daños estructurales graves: Ignacio Ramírez, ISSSTE 11, Chihuahua, José María Arteaga, Michoacán y Baja California. La reparación integral de estos inmuebles es la más costosa, estimándose entre 500 y mil millones de pesos, con un plazo de resolución de su condición de aproximadamente tres años.

Adicionalmente, se atenderán 11 edificios con afectación media, ocho edificios con afectación media, incluyendo Guanajuato, Veracruz, Tamaulipas, ISSSTE 12, Santos Degollado, Miguel Negrete, Coahuila y José María Chávez; estos también recibirán estudios especializados. Otros 13 edificios con afectaciones menores como Zacatecas, Guillermo Prieto, Guadalupe Victoria, Cuauhtémoc, 5 de febrero, Ignacio Allende, ISSSTE 7, 9, 19 Molino del Rey, Chamizal, General Anaya y Sitio de Coahuila, serán atendidos y recibirán constancias estructurales. Los 63 edificios restantes, que no presentan daños estructurales, participarán en jornadas de atención.

Tlatelolco: un asedio criminal y el desgaste social

Más allá de los problemas estructurales, la inseguridad es la principal preocupación de los habitantes de Tlatelolco. La unidad habitacional colinda con colonias consideradas peligrosas como Tepito, La Guerrero, La Ronda y San Simón, lo que agrava la situación. Vecinos denuncian constantes asaltos y robos, incluyendo el hurto de cables de fibra óptica y de luz.

Organizaciones delictivas como La Unión Tepito, Anti-Unión y grupos de origen colombiano y venezolano han puesto su mira en departamentos deshabitados, en venta o habitados por adultos mayores, buscando despojos y el control de la venta de drogas. El modus operandi incluye hacerse pasar por empleados de programas del Bienestar o policías para engañar a los adultos mayores. La desconfianza en la autoridad es palpable; algunos vecinos expresan que la policía podría estar "comprada" por los grupos delictivos.

De acuerdo con fuentes consultadas por La Silla Rota se han reportado invasiones de propiedades con fines de narcomenudeo, como el caso del edificio Ignacio Ramírez, donde un intento de toma por la fuerza de un departamento culminó en un incendio provocado por los invasores para evitar su detención.

El conjunto habitacional cuenta con solo ocho policías por turno para vigilar 90 edificios, más de 11 mil departamentos y una población de más de 30 mil habitantes, lo que resulta en una presencia policial limitada. Se han identificado 44 puntos de riesgo dentro de la unidad: espacios oscuros, solitarios, sin vigilancia y ocupados por personas en situación de calle.

El deterioro del espacio público también contribuye al clima social. La presencia de grafitis, basura y cascajo, sumado a ratas, es una queja constante.

Sitios emblemáticos como el Cine Tlatelolco, abandonado desde principios de siglo, y el hospital del ISSSTE "Dr. Gonzalo Castañeda", inoperante por 13 años, se han convertido en focos de robos, asaltos y narcomenudeo. Además, ha habido intentos de establecer "espacios 420" (para el consumo libre de marihuana), generando quejas vecinales por el consumo de cannabis en jardineras y por parte de algunos residentes y locatarios.

A pesar de los anuncios gubernamentales, algunos residentes, como el señor Arturo del edificio presidente Juárez, mantienen un escepticismo notable, basándose en experiencias pasadas de mantenimiento menor y pocas obras significativas desde el sismo de 1985.

Mejoras en el espacio público y servicios

Complementando la atención estructural, el gobierno de la Ciudad de México destinará 82 millones de pesos a obras y servicios generales. Este plan incluye la recuperación de 300 mil metros cuadrados de áreas verdes. Se mejorarán 22 mil 829 metros cuadrados de andadores y banquetas con una inversión de 29 millones de pesos, y se pavimentarán 13 mil 500 metros cuadrados con un monto de 16 millones de pesos. Para fortalecer la seguridad y habitabilidad, se invertirán más de 35 millones de pesos en iluminación, que se traducirán en la instalación de más de 100 super-postes y más de 2 mil luminarias.

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Con estas acciones, el gobierno capitalino busca no solo restaurar la infraestructura de Tlatelolco, sino también devolver la tranquilidad y dignidad a una de las unidades habitacionales más emblemáticas y pobladas de la capital, aunque el camino, como señalan los propios vecinos, será largo y lleno de desafíos para reconstruir la confianza y el bienestar social.

 

lrc