Atenea y Alma son solo dos de las miles de personas que han sido "expulsadas" de sus hogares en la Ciudad de México debido al implacable encarecimiento de la vivienda. Mientras la gentrificación se erige como el término más popular para explicar este fenómeno, especialistas advierten que la realidad es más compleja, señalando la falta de planeación urbana, la corrupción inmobiliaria y la desinversión en infraestructura como factores clave que convierten el derecho a la vivienda en un mero negocio y empujan a 23 mil hogares al año a buscar un nuevo lugar donde vivir.
Atenea tiene 36 años, vive sola con su perra y ha tenido que mudarse en al menos tres veces en la última década, no por elección, sino por la gentrificación: “Yo he sufrido el desplazamiento a causa de esta gentrificación que inunda nuestra ciudad”, cuenta la joven a La Silla Rota.
Artista plástica de formación y con un ingreso mensual que ronda los 20 mil pesos, ha sido testigo y víctima del encarecimiento de la vivienda en barrios populares o de clase media.
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Primero fue en la colonia Narvarte, donde vivía en un departamento que describe como “precioso” y por el que pagaba 6 mil 500 pesos al mes. Todo cambió cuando una inmobiliaria compró el edificio y le pidieron desalojar. En menos de un año, la renta se duplicó. “De 6 mil pasó a 13 mil pesos. Ya era imposible quedarme”, relató.
Su siguiente refugio fue en la colonia Moderna. Ahí logró un nuevo contrato por 8 mil pesos, pero el alivio duró poco. Los aumentos anuales, cada vez más agresivos, elevaron el precio a 12 mil pesos. “Y otra vez tuve que irme”, dice con una mezcla de resignación y coraje.
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Después intentó suerte en Portales, pero la historia se repitió. “Pagaba 7 mil 500 y al poco tiempo ya estaban pidiendo más de 12 mil. Así no se puede”.
Ahora vive en Tlatelolco. Es su último intento por permanecer en una ciudad que siente cada vez más ajena. “Es un lugar fantástico y aquí sí estamos organizándonos los vecinos para evitar que pase lo mismo”, explica.
CDMX expulsa a 23 mil hogares al año
Contexto: de acuerdo con el Proyecto del Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT), la ciudad “expulsa” más de 23 mil hogares cada año; sin embargo, se trata de una población que continúa laborando y consumiendo servicios básicos en la urbe.
Asimismo, de acuerdo con un estudio de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en los últimos 20 años, alrededor de 400 mil familias han sido expulsadas a la periferia de la Ciudad de México.
Este fenómeno se ha agudizado en colonias tradicionalmente populares como la Narvarte, Portales, San Rafael, Santa María la Ribera, Doctores y Popotla, donde el precio promedio del alquiler se ha duplicado en menos de una década.
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El incremento de rentas
Las zonas con mayor gentrificación, como la colonia Roma y Condesa, en un año presentaron un aumento en el costo de vivienda de entre el 42% y el 50%; en contraste, lugares de la periferia mantuvieron un crecimiento de entre el 6% y el 7%, apunta Sergio Vera, analista de Dinero.mx.
Este proceso, en el que personas con mayor poder adquisitivo desplazan a gente originaria, ha provocado, en una década, que 248 mil habitantes de la Ciudad de México emigren a la periferia. De este total, el 42% se estableció en el Estado de México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
En entrevista con La Silla Rota, Vera señala que se ha hecho un esfuerzo por dar seguimiento a este aumento del precio de la vivienda desde el año 2021 y que, de 2023 a 2024, se mostró la mayor alza de hasta el 50%; sin embargo, otras zonas presentan al menos un 15%.
Asimismo, apunta que esto ocurre en zonas menos céntricas, como la colonia Xoco o Pueblo de Xoco, donde se instaló la plaza Mitika.
“Las personas que tienen un salario promedio no alcanzan a cubrir las rentas en estas zonas. Tenemos identificado que, al menos, las más bajas en promedio son la Escandón y la San Rafael, por ejemplo, en zonas céntricas, con un aproximado de 14,800 a 14,600 pesos… pocos mexicanos están por encima de esta cantidad en su sueldo”, señala Vera.
Agrega que, en entidades como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), se recomienda que se destine solo el 30% del salario a la vivienda, ya sea en renta o hipoteca.
No lo pensó demasiado: empacó y se fue
Alma rentaba un departamento en Popotla, por 8 mil pesos mensuales, esto en 2016. “Lo fueron subiendo poco a poco, lo cual es normal, pero en 2021, después de la pandemia, me quisieron subir la renta a 16 mil pesos”, recuerda.
Se mudó a la colonia Ampliación Torreblanca, también en Miguel Hidalgo, donde encontró un espacio más barato, aunque en peores condiciones. “Era una casa vieja, tipo vecindad. Pagaba 6 mil 500”. Parecía un respiro, pero solo duró dos años. “Me quisieron subir la renta a 8 mil pesos de un año para otro. Ya no podía sostenerlo.”
Endeudada con el banco, sin posibilidad de seguir rentando en la ciudad, Alma tomó una decisión: regresar a Ecatepec, el municipio donde creció. “Volví cerca de casa de mis papás. Busqué un departamento cerca y encontré uno en 2 mil pesos al mes, con dos recámaras y estacionamiento”, cuenta. “Es decente, pero ahora me hago dos horas de camino para ir a trabajar, mínimo. Y eso sin tráfico ni bloqueos”.
Más que gentrificación
Aunque la palabra gentrificación se ha vuelto un término común para explicar el desplazamiento forzado por el encarecimiento urbano, especialistas advierten que, en el caso de la Ciudad de México, este fenómeno es apenas una parte del problema. La realidad, advierten, es mucho más compleja.
“Lo que estamos viendo no es un proceso puro de gentrificación, sino el resultado de años de falta de planeación, corrupción inmobiliaria y desinversión en infraestructura”, señala en entrevista con La Silla Rota Josefina MacGregor, directora de Suma Urbana, quien ha seguido de cerca las transformaciones urbanas de la capital en las últimas décadas.
Además, advierte, la ciudad ha crecido sin una planeación urbana adecuada. “Se han otorgado permisos discrecionales para construir grandes edificios en zonas donde no estaba permitido, elevando el valor del suelo y los impuestos prediales, pero sin mejorar los servicios básicos ni la infraestructura”.
La activista explica que colonias como Guadalupe Inn o Tizapán han visto incrementos de hasta cinco veces en el impuesto predial, mientras que las casas pierden valor al quedar rodeadas de edificios altos que generan problemas de movilidad y calidad de vida.
“El resultado es que muchas familias quedan atrapadas: no pueden vender para mudarse ni acceder a una mejor vivienda, pero sí deben pagar más impuestos y servicios más caros”, detalla.
¿Por qué es importante el tema de la gentrificación en CDMX?
Cuando zonas se "revitalizan" para atraer residentes con mayor poder adquisitivo (incluyendo extranjeros), suben los precios de renta y venta. Esto puede expulsar a vecinos de toda la vida que ya no pueden pagar. Es un fenómeno documentado en colonias como Roma, Condesa, Juárez o Centro Histórico.
La gentrificación puede romper redes comunitarias, tradiciones y modos de vida locales. Colonias con historia y cultura popular pierden comercios tradicionales y se transforman en enclaves turísticos o elitistas.
aj
