Los microsismos en la Ciudad de México son pequeños temblores de baja magnitud, generalmente menores a 4.0 en la escala de Richter, que ocurren con frecuencia y suelen pasar desapercibidos o causar solo leves sacudidas. A diferencia de los sismos de gran magnitud que provienen de las costas del Pacífico, estos eventos tienen epicentros locales, principalmente en el poniente de la ciudad, en alcaldías como Álvaro Obregón, Benito Juárez y Miguel Hidalgo. Su origen se asocia a fallas geológicas activas dentro del subsuelo capitalino, donde el acomodo de esfuerzos tectónicos genera estos movimientos.
Aunque los microsismos rara vez causan daños estructurales, pueden sentirse con mayor intensidad en algunas zonas debido a la composición del suelo, especialmente en el antiguo lecho del lago de Texcoco, donde la amplificación de ondas sísmicas es más notoria. Su recurrencia ha generado inquietud entre la población, pero los expertos aseguran que son fenómenos naturales esperados en una región con actividad sísmica constante y que no están directamente relacionados con eventos de mayor magnitud en la costa.
El suelo en la Ciudad de México no deja de moverse y hallan nueva falla geológica lo que ha causado aumento de los microsismos en la CDMX, ¿estaremos preparados para lo que pueda venir?, quédate con nosotros, aquí te contamos todos los detalles.
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¿Qué descubrieron los investigadores de la UNAM?
Investigadores de la UNAM creen que la nueva falla geológica que han detectado en la zona de Barranca del Muerto en la alcaldía Álvaro Obregón, podría estar detrás del aumento de microsismos en la Ciudad de México.
A más de un kilómetro de profundidad, esta falla corre paralela a la ya conocida falla de Mixcoac, con una separación de apenas 800 metros. Sin embargo, lo más alarmante es su comportamiento ya que el 95% del deslizamiento ocurrido en esta falla ha sido silencioso, un fenómeno conocido como "slow-slip", lo que significa que el suelo se mueve lentamente sin generar un temblor inmediato.
El estudio de la UNAM, basado en análisis de microsismicidad, imágenes satelitales InSAR y datos geomorfológicos, reveló que en febrero de 2023 comenzó una serie de movimientos subterráneos, culminando el 11 de mayo de ese año con un sismo de magnitud moderada. Lo inquietante es que este tipo de actividad puede acumular tensión en la corteza terrestre y provocar futuros movimientos sísmicos.
¿La CDMX es un rompecabezas sísmico?
Los investigadores de la UNAM sospechan que la interacción entre las fallas de Barranca del Muerto y Mixcoac es consecuencia de la creciente actividad sísmica en la zona poniente de la Ciudad de México. De hecho, en los últimos dos años, se han registrado 186 microsismos, la mayoría concentrados en Álvaro Obregón, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Magdalena Contreras.
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Pero estas no son las únicas fracturas subterráneas que generan preocupación. También se han identificado otras fallas activas en la CDMX, como Mixhuca, Santa Catarina, San Lorenzo Tezonco y Copilco, cada una siendo parte del complejo rompecabezas de la red de microsismos en la capital.
¿Esto debería causar preocupación?
A pesar de que los deslizamientos suelen ser lentos y silenciosos, la acumulación de tensión puede generar enjambres sísmicos, pequeños temblores mínimos que pueden sentirse en la superficie y, en algunos casos, causar daños menores a estructuras. Monitorear constantemente estas fallas es fundamental para entender mejor los patrones sísmicos de la Ciudad de México y prevenir riesgos para la población.
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Los expertos advierten que, aunque los microsismos no suelen ser destructivos, su aumento es una señal de que el subsuelo de la capital sigue moviéndose y reconfigurándose.