MOVILIDAD CDMX

Estacionamientos para bicicletas "fantasmas" en Insurgentes y Camarones, en el abandono

Dos biciestacionamientos de la Ciudad de México, uno inaugurado en 2024 y otro en 2020, permanecen abandonados pese a haber sido financiados para mejorar el espacio urbano.

Créditos: Raúl Estrella | LSR
A la fecha, tanto el biciestacionamiento de Insurgentes como el de Camarones continúan cerrados Créditos: Raúl Estrella
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Dos biciestacionamientos públicos de la Ciudad de México, construidos con recursos destinados a la mejora del espacio urbano, permanecen cerrados, sin mantenimiento y fuera de operación.

Se trata del biciestacionamiento de la Glorieta de Insurgentes, inaugurado en septiembre de 2024 y el biciestacionamiento de Camarones, abierto en 2020. Durante un recorrido realizado por La Silla Rota se constató que ambos están abandonados, llenos de basura, sin vigilancia y vandalizados. 

Biciestacionamiento de Insurgentes inaugurado “a las prisas”

El biciestacionamiento de la Glorieta de Insurgentes, con capacidad para 99 bicicletas, fue inaugurado en septiembre de 2024 como parte del proyecto de recuperación integral de la glorieta, cuatro días antes de que el entonces jefe de Gobierno interino, Martí Batres, dejara el cargo. 

La obra tuvo un costo de 14 millones de pesos provenientes de dos fondos gestionados por la entonces Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi): el Fideicomiso del Plan Maestro Zona Rosa (10 millones) y el Fideicomiso de Transferencia de Potencialidad (4 millones).

Sin embargo, ex funcionarios de la Secretaría de Movilidad (Semovi), consultados bajo anonimato, señalaron que el proyecto “se construyó a las prisas” para concluirlo antes del cambio de administración. 

Esto provocó que fuera inaugurado sin sistema de seguridad ni circuito cerrado de videovigilancia, equipo presente en otros biciestacionamientos de la ciudad.

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Raúl Estrella

La medida temporal fue asignar un elemento de la Policía Auxiliar para resguardar el lugar, con la expectativa, según las mismas fuentes, de que la nueva Semovi completara el equipamiento, una vez iniciada la administración de Clara Brugada. Eso no ocurrió y a los pocos días, el espacio fue cerrado.

La Silla Rota solicitó información en torno a esa obra a la actual Semovi, encabezada por Héctor Ulises García, y una entrevista con algún funcionario responsable, pero no hubo respuesta. 

Actualmente, el biciestacionamiento permanece sin operar, con los accesos cerrados, basura acumulada en los alrededores y un olor persistente a orines en la parte inferior de la glorieta. La estructura metálica mostraba suciedad y falta de mantenimiento.

Miguel, trabajador de un establecimiento cercano, afirma que “el estacionamiento nunca funcionó” y que en ocasiones es utilizado por personal de gobierno para guardar “vehículos o cosas”.

Ciclistas ignoran existencia de biciestacionamiento en Insurgentes

El abandono del lugar es tal, que incluso ciclistas que ruedan todos los días por la zona desconocían que en Insurgentes existía un biciestacionamiento

Raúl Estrella

Tal es el caso de Jorge, quien lleva más de cinco años trabajando en la zona y, afirma, nunca ha visto abierto el espacio.

“No sabía que aquí había un estacionamiento. Sería muy útil que funcionara, porque mucha gente viene en bicicleta y no hay dónde dejarlas. A mis amigos sí se las han robado. Yo la dejaría aquí sin problema”.

A unos metros del acceso principal, boleros que trabajan en la glorieta ofrecen el resguardo de bicicletas por una cuota voluntaria. Varios ciclistas entrevistados dijeron preferir este servicio ante la falta de alternativas formales.

Camarones: un biciestacionamiento abandonado cuyo costo nadie sabe precisar

El segundo caso corresponde al biciestacionamiento ubicado en las inmediaciones de la estación Camarones del Metro. Fue inaugurado en abril de 2020 durante la pandemia de COVID-19. Contaba con más de 120 espacios, cámaras de seguridad, vigilancia en sitio, iluminación y un tótem de herramientas. Su operación iniciaba a las seis de la mañana y concluía a las 00:30 del día siguiente.

El espacio fue construido como parte de las obras de mitigación de Plaza Destino Azcapotzalco y se ubica a unos metros de varias ciclovías, incluida la Metropolitana, que conecta Satélite con la capital.

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Raúl Estrella

"Tenía muy buen equipo, había vigilancia, policía y estaba muy bien cuidado. Lo usaban tanto los vecinos como trabajadores, desde tamaleros, panaderos y hasta repartidores. Era un espacio muy seguro, con cámaras, luz, y hasta una reja que lo rodeaba", afirma el activista Antonio Roa.

“Tú llegabas, te registrabas y un vigilante le tomaba una foto a tu bici y a tu identificación. Además te daban una ficha con un número de identificación, era muy seguro. Yo venía, dejaba mi bicicleta y me iba al Centro en Metro”, recuerda el ciclista.

La Silla Rota consultó a Vidal Llerenas, alcalde que impulsó la obra, sobre el costo del biciestacionamiento; no obstante, señaló que “no lo recuerda”, pero aseguró que “tampoco costó mucho”.

“No recuerdo el costo, te mentiría. Tampoco costó mucho porque ya estaba el espacio. Lo que se compraron fueron los racks”.

La actual administración de Azcapotzalco y los funcionarios de la entonces Seduvi tampoco proporcionaron a este medio información sobre el presupuesto utilizado.

“Salía muy caro administrar biciestacionamiento

A pesar de la inversión, el biciestacionamiento fue cerrado tras la llegada de Margarita Saldaña en 2021.

En entrevista, la exalcaldesa afirmó que tomó esta decisión ya que “la administración del lugar era muy cara”, pues se tenía, dice, que pagar el sueldo de tres turnos de personal de vigilancia para un biciestacionamiento que “casi nadie ocupaba”.

Asimismo, sostuvo que la alcaldía nunca tuvo posesión completa del biciestacionamiento ya que, al estar ubicado en un bajo puente (de la avenida Aquiles Serdán) la responsabilidad del espacio era de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi). 

Raúl Estrella

“Funcionaba de forma gratuita, no se cobraba prácticamente nada, pero no se usaba. Se tenía destinada a una persona de vigilancia y el número de bicicletas era muy bajo, 10 bicicletas a lo mucho”, afirmó la panista. 

No obstante, vecinos argumentan que el biciestacionamiento sí era utilizado, pero que de un día para otro, se suspendió el registro público para hacer uso de las instalaciones, por lo que se impedía a nuevos usuarios utilizar el biciestacionamiento

“La infraestructura era de primera, pero en enero de 2021 ya no te dejaban inscribirte para poder dejar tu bicicleta. Meses después, simplemente cerraron y lo dejaron morir, sin ninguna explicación”, denuncia Fernando Rivera, vecino de la colonia Clavería.

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Actualmente, Fernando se ve obligado a dejar su bicicleta en el estacionamiento de la Plaza Destino Azcapotzalco, que se encuentra a sólo unos metros del estacionamiento abandonado, donde le cobran 16 pesos la hora para poder dejar su bici.

“Seguramente la plaza vio rebasada su capacidad y empezaron a cobrar”, señala.

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Dos infraestructuras sin uso

A la fecha, tanto el biciestacionamiento de Insurgentes como el de Camarones continúan cerrados. 

Uno fue inaugurado sin sistemas de seguridad y dejó de operar días después; el otro funcionó con vigilancia y alta demanda, pero cerró tras el cambio de administración y sin que exista claridad sobre su costo.