Las inundaciones en la Ciudad de México continuarán en los próximos años y afectarán más a las zonas habitacionales que a vialidades, pronosticó Manuel Perló Cohen, investigador de la UNAM y extitular del Programa Universitario para el Medio Ambiente.
La razón es el gobierno capitalino se ha enfocado en invertir en la infraestructura para desazolvar las vías primarias para evitar que se inunden, pero se han descuidado las vías secundarias, que afectan a las zonas habitacionales, explicó el doctor en Planeación Urbano-regional por la Universidad de California.
El experto en materia hídrica, quien en su más reciente libro, “La ciudad sumergida”, analiza la relación histórica de la ciudad con el agua desde épocas prehispánicas hasta la contemporánea, consideró que hacía mucho se presentan lluvias tan intensas en la Zona Metropolitana del Valle de México.
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Esta temporada de lluvias, la más intensa desde 2013, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, las inundaciones han afectado principalmente a las alcaldías Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztapalapa, Iztacalco, Tláhuac, Xochimilco, y al municipio mexiquense de Netzahualcóyotl.
Perló Cohen recordó una de las inundaciones más graves en la capital, la de 1955, cuando se desbordó el Río de los Remedios, ubicado en los límites entre el Distrito Federal y el Estado de México, una zona que empezaba a crecer; 160 mil personas quedaron bajo el agua en ese momento.
No basta con desalojar el agua
El problema de las inundaciones en la Zona Metropolitana del Valle de México tiene varias facetas, y para resolverlo no basta sólo con desalojar toda el agua de la lluvia que cae durante una tormenta.
“Lo que pasa es que cae la lluvia en lugares distintos que tienen una estructura muy diferente, con hundimientos diferenciales, con sistemas de bombeo que a lo mejor no están funcionando adecuadamente, con basura y azolve. A ello hay que sumar que los vasos reguladores tampoco están muy bien habilitados, están muy descuidados, sumamente azolvados”, describió Perló.
Esos vasos reguladores no reciben muy buen mantenimiento, sólo son desazolvados cuando está a punto de empezar la temporada de lluvias.
“Eso no sirve de nada. Habría que empezar a desazolvar al término de la temporada de lluvias, al mes siguiente. Claro, alguien puede decir, ‘pero es que los presupuestos están diseñados para empezar a trabajar hasta marzo o abril del año que entra’. Si vamos a poner ese tipo de excusas para no hacer las obras, vamos a seguir padeciendo estos problemas”, criticó.
Infraestructura hídrica es vieja
Sobre la infraestructura hídrica, en su mayoría no sólo es vieja, de décadas, sino que registra hundimientos por la excesiva extracción de agua y eso forma una contrapendiente que causa estancamientos del agua avanza.
Una contrapendiente es lo que antes era una pendiente que llevaba el agua para resolver el problema en una zona de la ciudad, la llevaba a un gran colector que a su vez se comunicaba con un sistema de drenaje profundo, pero con un hundimiento con una tormenta o incluso una pequeña lluvia no fluye de manera natural y se queda ahí.
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“Hay una colonia, la Vicente Villada, en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, que fue una de las que más se inundó recientemente (el 27 de septiembre) y ahí la autoridad dijo que había tres problemas. Uno, la intensidad de la lluvia. Dos, que había mucha basura y tres, que el colector estaba en contrapendiente. El colector que ya existía no fue capaz de drenar esa colonia, por el hundimiento”, ejemplificó.
Otro fenómeno que se agudizó esta temporada de lluvias fue la proliferación de socavones, atribuible precisamente al envejecimiento de la red y a sus fracturas que en un momento dado hace que la tubería sufra una especie de degollamiento, se rompa y se salga el agua potable o la del drenaje, según sea el caso.
“No todas las vemos porque muchas veces solo vemos las fugas de agua potable”, dijo el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
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Pero esas fugas ocultas hacen su tarea de socavamiento del suelo y causan estas oquedades tan dañinas, que existen en varios puntos de la ciudad, de todos tamaños y profundidades y que se han tragado incluso un camión, como se registró el 13 de septiembre en la colonia Renovación, en Iztapalapa, explicó.