Los decretos que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó en su primer día de funciones no sólo han cambiado los planes de los migrantes de varios países, también han modificado el tiempo que las personas en movilidad a través de México planean quedarse en el país.
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Tras ocho meses de haber llegado a México, Jesús y su familia piensan en esperar el tiempo que sea necesario para poder entrar a los Estados Unidos, y es que, su familia que se quedó en Venezuela cuenta con él para conseguir el llamado “sueño americano”, para que después los ayudé a lograr lo mismo.
Mientras analiza qué hará, el migrante buscará un permiso para poder trabajar en México.
“Si ya hemos aguantado 7 u 8 meses aquí tenemos que seguir esperando ¿me entiendes? Lo que nos sirve es un permiso temporal por unos meses para trabajar”, dice el migrante venezolano.
Entre las cosas que Jesús, su esposa Naicris y su pequeño de dos años han soportado en el viaje a los Estados Unidos está el paso por la selva del Darién, las extorsiones de las autoridades migratorias en México y haber sido devueltos de la frontera norte hasta Chiapas; y nada de eso los ha hecho desistir.
Asentados en uno de los campamentos de migrantes de la Ciudad de México, la familia asegura seguirán viviendo en la pequeña cabaña de madera que han habitado desde hace meses, pero eso es en espera de llegar a los Estados Unidos.
“Nadie quiere quedarse en México”
En su camino a través de México, Nixon ha sufrido desde las extorsiones del personal del Instituto Nacional de Migración (INM) hasta estafas de parte de mexicanos que le ofrecieron trabajo, pero seguirá habitando en México mientras espera a que se abra una posibilidad para entrar a los Estados Unidos.
“Nadie quiere quedarse en México, todos queremos llegar a Estados Unidos, lo que pasa es que Migración nos perjudica a nosotros, no nos deja subir”, cuenta el migrante venezolano.
Nixon salió de Venezuela con su esposa Litmary y su hijo camino al norte, y aunque desean entrar a los Estados Unidos, su meta final es la de llegar a Canadá. Ya que están convencidos que en el país de la” hoja de maple” el racismo no es tan fuerte como en la Unión Americana.
Pero mientras están de paso en México, Nixon recuenta los abusos de los que ha sido víctima por parte de mexicanos.
“En todos los puntos de migración nos pedían plata, y la autoridad tiene pensado que nosotros venimos con plata pero nosotros les decíamos que no teníamos y si no les daba me bajaban del bus”, dice Nixon.
Ya estando en la Ciudad de México, el venezolano asegura que varios empleadores mexicanos lo han estafado, al ofrecerle un empleo pero al final de la jornada no le han pagado lo acordado o simplemente no le pagan, aprovechándose de su situación como migrantes.
“Dicen que me van a pagar 500 o 400 pesos y al final del día no me han pagado nada, juegan con la necesidad de mi familia. En la construcción y cargando contenedores, nosotros no estamos para que nos jodan”, dice Nixon.
La familia de Nixon al igual que la de su compatriota Jesús seguirán viviendo en un campamento de migrantes hasta tener una posibilidad de seguir su camino al norte.
“Por el momento esperar, muchos ya se han desesperado, ya quieren regresarse, yo de mi parte no pienso así, estoy esperando que haya una solución, más información, que regresen la CBP One”.
“Mi meta es sustentar las necesidades de mi familia, mi familia está en Venezuela”
Por 80 pesos, Álvaro corta el cabello en plena calle, en la colonia Vallejo. Las políticas de Donald Trump no lo agobian mientras que con su barbería pueda apoyar a su familia que se quedó en Venezuela.
“Mientras que esté cómodo no pienso agarrar para ningún lado, de momento mi meta es sustentar las necesidades de mi familia, mi familia está en Venezuela, entonces mientras pueda trabajar para enviarles para que ellos sustenten, ni Trump, ni Bin Laden me interesan”, cuenta el barbero venezolano.
Álvaro vive en una pequeña casucha al lado de un paso ferroviario de la alcaldía Gustavo A. Madero. Para este venezolano llegado a México hace un año, aquí ha encontrado lo que otros extranjeros buscan en los Estados Unidos: trabajo para enviar remesas.
Álvaro trabaja 12 horas diarias los 8 días de la semana para conseguir el mayor dinero posible y mandarlo a sus familiares en Venezuela.
Luego del regreso de Donald Trump y sus políticas antinmigrantes piensa en dos opciones: quedarse en México definitivamente o seguir a los Estados Unidos.
“Tú ves que estoy haciendo las cosas bien, que no estoy perjudicando a nadie, ganándome el dinero honradamente, que es la idea”.
El barbero dejó en su país a su mamá, su esposa, hija. No quiso arriesgarlas en el camino y emprendió la travesía sin ellas.
Álvaro no se dice afectado por las medidas que la administración Trump ha implementado, “no me ha afectado porque estoy como en mi casa como quien dice, en algún momento será para Venezuela, hasta que pueda sacar un permiso para estar aquí en México”, confiesa el migrante.
Al cuestionarle su sentir al ver como llegan otros extranjeros y continúan su camino a los Estados Unidos, Álvaro se limita a reconocer el valor de quienes siguen buscando conseguir el “sueño americano”, lo que le importa es que su familia en Venezuela le diga que están bien.