Durante 2024 se han registrado 74 microsismos en la Ciudad de México, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN). De estos, 30 han ocurrido en septiembre, más del 40% de reportados.
20 de estos “pequeños” temblores ocurrieron en un solo día, el jueves 26 de septiembre y dos más la madrugada del 27 de septiembre.
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El más intenso ocurrió a las 00:39 horas y tuvo una magnitud de 2.9. Este temblor despertó a vecinos de colonias como Mixcoac, Patriotismo, Tacubaya, Escandón, Nápoles, Narvarte, Roma, Condesa, Del Valle, San Pedro de los Pinos, entre otras.
Más tarde, entre las 5:10 y 5:40 horas, se registraron cuatro microsismos más, todos en la misma ubicación, en el cruce de Periférico y Calle 10, en la colonia San Pedro de los Pinos.
A las 10:26 horas, otro con magnitud 2.4 sacudió varias colonias de la capital. En esta ocasión el epicentro fue cerca del cruce de las avenidas Insurgentes y Viaducto, en la alcaldía Miguel Hidalgo. A las 11:21 horas ocurrió un sismo más en la misma zona. Ocho minutos más tarde, un temblor más alertó a los capitalinos, muy cerca de la sede de la alcaldía Álvaro Obregón, en la Calle 10.
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¿Qué son los microsismos?
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) explica que en realidad no existe el término microsismo, sino sismos de baja magnitud.
Estos se caracterizan por ser sismos locales de magnitud menor a 3.5 y se originan cerca de la superficie terrestre (entre 500 metros y 2 kilómetros de profundidad), por ello no se activa la alerta sísmica.
La maestra Delia Bello, del SSN, responde a la pregunta de por qué hay sismos de baja magnitud en la CDMX: hace muchos años, cuando la Placa de Cocos se introdujo debajo de la Placa de Norteamérica, se formó una cadena de volcanes de Colima a Veracruz. Además de los volcanes, se formaron montañas y fallas.
“Las fallas son zonas de contacto entre dos grandes bloques de tierra que en algún momento generan fuerzas tan grandes que cuando estas se rompen o deslizan se generan ondas, estas ondas son los sismos”, explica la académica en entrevista con La Silla Rota.
En la Ciudad de México, afirma, existen varias fallas, regularmente pequeñas, entre las que destacan las de Mixhiuca, Santa Catarina, San Lorenzo Tezonco, Copilco y Plateros-Mixcoac.
Cuando estas fallas se rompen o se deslizan ocasionan ondas y, por consecuencia, los sismos.
“Después del sismo del 19 de septiembre de 2017 hubo un incremento de sismicidad en la ciudad, es cierto. Algunas fallas que permanecieron inactivas durante varias décadas empezaron a tener una mayor actividad”, señala Delia Bello.
“A veces, cuando hay sismos de gran magnitud, pueden llegar a activar fallas cercanas a donde es la zona del epicentro, entonces podría estar relacionado con eso, o simplemente eran fallas que ya estaban inestables y que, bueno, pues ya en algún momento rompieron y empezaron a tener esta secuencia sísmica”, añade.