Desde hace casi un mes, comerciantes del mercado popular de San Agustín, en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, han tenido que bajar sus cortinas ante el incremento de agresiones y el hostigamiento de bandas dedicadas a la extorsión.
“Si nos da miedo porque tenemos que trabajar, pero algunos compañeros mejor ya no abrieron porque creo que de plano no quisieron”, dice un vendedor de dulces que se ubica dentro del mercado.
Y es que, a inicios del pasado mes de febrero, varios sujetos a bordo de motocicletas rodearon las instalaciones del mercado e ingresaron aparentemente armados para amenazar a los comerciantes.
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“Si vinieron varios, se metieron y empezaron a decir que ya había valido y empezaron a decir, pues varias groserías, pero lo que nos pidieron fue dinero, y después se fueron”.
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El mercado se ubica sobre la avenida Prolongación Chimalhuacán, casi en los límites con el municipio de Nezahualcóyotl, donde vecinos aseguran se carece de patrullaje y por las noches se reúnen bandas de presuntos delincuentes.
En el lugar, locatarios afirman que se les exige pagar una "cuota" de 500 pesos mensuales por negocio, por lo que varios han decidido cerrar sus cortinas itermitentemente.
“Aquí en la noche, pues prácticamente ya nadie pasa, está todo solo. Ahí adelante hay un módulo de la policía, pero casi nunca hay nadie o a veces está uno, a veces está una patrulla, pero ni siquiera está prendida”.
“Entonces la verdad, si está complicado aquí el tema de la seguridad, nosotros, pues seguimos trabajando porque, pues no hay de otra, es único sustento y, si no abrimos, prácticamente no tenemos nada que comer”, comentan los comerciantes.
Comerciantes de La Paz también sufren extorsiones
Otros vendedores ubicados en el municipio de Los Reyes, La Paz, colindante con Chimalhuacán, aseguran que las agresiones se han incrementado en los últimos meses en la zona oriente del Estado de México.
“Nosotros somos comerciantes, varias de nuestra familia se dedican al comercio y sí se ha platicado eso, que ya regresó eso de la extorsión acá, porque antes había bajado, pero apenas regresaron, no sé si sea verdad de que son delincuentes o nada más espantan”, dice una mujer que vende pollo dentro del mercado Juárez, en La Paz.
En esta región, autoridades de la Secretaría de Seguridad del Edomex, en conjunto con la policía municipal de Los Reyes, La Paz, han reforzado los operativos para detectar a los presuntos criminales que mantienen atemorizados a los comerciantes.
En estos puntos, personal de seguridad inició con la entrega de volantes a vendedores de mercados y negocios que contiene números directos enlazados al C4 para solicitar auxilio en caso de una agresión.
Pese a ello, algunos vendedores coincidieron que en la mayoría de los casos las víctimas no denuncian por temor a no contar con protección y ser abandonados por las autoridades, quienes presuntamente están ligadas con líderes criminales.
“Aquí casi nadie denuncia, la verdad porque pues no sirve de nada uno va al ministerio público y hace su denuncia, pero no hacen nada, no está la policía cuando se necesita, ni a los rateros agarran, menos los extorsionadores”, dijeron.
Para Cristina Dorantes, experta en temas de seguridad por la Universidad Autónoma del Estado de México, la falta de capacitación policial y la desaparición de algunas corporaciones ha influido en el incremento de la inseguridad y la consolidación de grupos delictivos en la zona centro del país.
“Es un problema de incidencia de la violencia y de la delincuencia, no solamente es la incidencia delictiva, sino también el aumento de violencia”.
“Se ha incrementado debido a la falta de seguridad que hay en las carreteras, justamente en la de México-Querétaro, México-Pachuca y México-Puebla que colindan con el Estado de México, en donde se está dando”, dijo.
Señaló que la espiral de violencia en el Estado de México coincidió con la desaparición de la policía federal de caminos en 2021, “porque a partir de entonces no hay seguridad en las carreteras donde les roban la mercancía”.
La situación es cada vez más grave en Edomex
La académica señala que, aunque la iniciativa privada ha intentado frenar estos delitos con ayuda de circuitos de cámaras de vigilancia, las herramientas digitales sólo ayudan a inhibir la delincuencia.
“Cada vez son más violentos, cada vez es más grave la situación, no solamente los bajan del tráiler y les quitan la mercancía. Ahora ya los desaparecen porque como se encuentran grabados por las mismas empresas y la iniciativa privada, ya han tratado de hacer algo porque no se sienten escuchados ante la problemática”, señaló.
“Aun cuando se lleven los videos a la fiscalía o a la policía o a la instancia de investigación, no se pone atención en eso solo inhibe, solamente nos ha permitido conocer a la ciudadanía como ocurre el fenómeno”, comentó.
Y es que datos del Semáforo Delictivo del Estado de México, tan sólo durante el primer mes del año se registraron 318 incidentes relacionados con el delito de extorsión en municipios mexiquenses. Toluca, Ecatepec y Chimalhuacán encabezan la cifras.
La capital mexiquense es la que más incidentes reportan, con el 14 por ciento; le sigue Ecatepec, con el 9 por ciento; Chimalhuacán, con el 7 por ciento; así como Nezahualcóyotl, con el 6 por ciento; Valle de Chalco y Naucalpan, con el 4 por ciento, respectivamente.
“Las extorsiones principalmente contra el comercio, y no solamente ocurre en el oriente del Estado de México, sino también en el sur del Estado, desde Villa Victoria, Valle de Bravo, Villa de Allende, colindando con Michoacán”, comentó la experta.
En estos casos se ha detectado la presencia de integrantes del grupo denominado la Familia Michoacana, que concentra el mayor control de municipios mexiquenses ubicados al sur de la entidad y donde se registran ataques al sector comercial.
“Cobran desde el huevo, el pollo, la carne, las tortillas para que ellos puedan ser los distribuidores de los productos que tienen los campesinos y la gente del campo, entonces es un problema que, si ha seguido creciendo y que lamentablemente no se combate”, agregó Cristina Dorantes.
Incluso, dijo, uno de los hechos más recientes que ejemplifican la violencia es el secuestro y liberación de los cuatro polleros levantados en la central de abasto de Toluca.
“Ese es el grave problema, todo esto ha crecido debido a la falta de una verdadera investigación, Pero a partir de que se va a la Policía Federal de Caminos, las carreteras ya no son seguras, pasan por retenes de la Guardia Nacional y a la ciudadanía hasta le da miedo pasar porque no saben si efectivamente son de la Guardia Nacional o del crimen organizado”, advirtió.