El Gobierno del Estado de México reconoce en su Plan de Desarrollo 2023-2029, publicado el 15 de marzo en la Gaceta de Gobierno, que el robo de agua de la red hídrica estatal es un problema que ha crecido conforme se extiende la escasez en el Valle de México, delito que, aunque ya está tipificado en la entidad mexiquense, representa un "problema visible".
Y es que, según sus estimaciones, el "huachicoleo" de agua puede dejar a los criminales, ganancias de hasta 160,000 pesos mensuales, sobre todo en municipios de las áreas conurbadas que más padecen por la falta de suministro, ya sea por su falta de acceso a la red hídrica o por su cercanía con la Ciudad de México y la alta demanda del caudal distribuido por el Sistema Cutzamala, el cual enfrenta su nivel de sequía más bajo en la historia.
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Tan sólo en la capital mexiquense se ha dado a conocer que, de enero a marzo de 2024, se han atendido un total de 47 reportes relacionados con tomas clandestinas de agua, lo cual abre el panorama a la problemática trazada por el Edomex.
De hecho, el documento del eje de gobierno para el sexenio de Delfina Gómez Álvarez destaca que la escasez está potenciando el robo de agua como un potencial delito en expansión.
"Huachicoleo" de agua en Edomex
Fue en 2022 cuando el Congreso del Estado de México aprobó una reforma al Código Penal estatal para tipificar el "huachicoleo" de agua como delito grave, pues "se ha tenido una mala gestión de este recurso para las diversas actividades humanas, a través de un inadecuado tratamiento, un uso agrícola ineficiente, mala disposición final o reúso, y el cambio en los patrones de recarga de agua subterránea y retención de humedad en la capa forestal".
El Plan de Desarrollo 2023-2029 advierte que manipular, sustraer y distribuir agua potable de la infraestructura hidráulica sin contar con autorización, concesión, licencia o permiso, será sancionada con hasta ocho años de cárcel.
Esto, dado que la demanda de agua en el Estado de México se ha incrementado de manera insostenible, tanto en calidad como en cantidad, lo que contribuye a un abasto dispar entre los mexiquenses y al incremento de la emisión de Gases de Efecto Invernadero, acentuando los efectos del cambio climático.
No obstante, aunque el Edomex posee el 1.05% del agua dulce disponible del país, "el paradigma extractivo, lucrativo y no sostenible en la gestión del agua, adoptado a lo largo del siglo pasado" ha hecho que se agrave la situación en toda la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) dejando a la entidad 268 metros cúbicos de agua por habitante al año, cuando la media nacional es de 549.
Y es que, al ser también uno de los estados más poblados, la baja disponibilidad del líquido es más apreciable en municipios con un alto desarrollo de actividades económicas de la ZMVM, como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Toluca, Naucalpan y Tlalnepantla.