Seguro has escuchado alguna vez que en la Ciudad de México se pueden sentir todos los tipos de clima en un mismo día, pasando de un fuerte frío por las mañanas al intenso sol por las tardes e, incluso, a la lluvia por la noche.
Y es que la CDMX, ubicada a unos 2,240 metros sobre el nivel del mar, presenta un clima diverso influenciado por su altitud, topografía y ubicación geográfica; sin embargo, cada vez son más notorios sus cambios atmosféricos provocados por la contaminación y los efectos del cambio climático.
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Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México, se clasifica en la zona de clima templado subhúmedo, con una temporada de lluvias predominante durante los meses de mayo a octubre.
Durante esta temporada de lluvias, la CDMX experimenta precipitaciones que son vitales para la vegetación y el suministro de agua, al llenar las cuencas de los que la abastecen, como el Sistema Cutzamala; no obstante, también se enfrenta periodos de sequía que pueden afectar adversamente tanto el abastecimiento de agua como las condiciones ambientales.
Esta es la razón por la que, ante la falta de lluvias en la última temporada de 2023, el Valle de México iniciara un 2024 con problemas hídricos y cortes de agua en la mayor parte de la CDMX y el Edomex.
En cuanto a las temperaturas, la Capital puede experimentar olas de calor durante la temporada de verano. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las temperaturas máximas pueden superar los 30°C, lo que genera condiciones de calor intenso que impactan en la vida diaria de sus habitantes.
Además, ante los desafíos relacionados con la calidad del aire, factores como la alta densidad vehicular y las condiciones geográficas contribuyen a la acumulación de contaminantes atmosféricos, lo que resulta en episodios de mala calidad del aire que cubren a la urbe y pueden generar enfermedades respiratorias, según la Secretaría del Medio Ambiente local (Sedema).
Para hacer frente a estas situaciones, las autoridades implementan medidas como restricciones vehiculares y campañas de concienciación ambiental.
Temporada de ozono 2024
La temporada de ozono 2024 en la Ciudad de México se presenta como un desafío ambiental significativo, según un informe reciente de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), se proyecta que entre marzo y junio, la Zona Metropolitana del Valle de México experimente entre tres y ocho contingencias ambientales, acompañadas de cinco olas de calor. Estos eventos se enmarcan en la temporada climática "seca-caliente", caracterizada por altas temperaturas, radiación solar intensa, baja nubosidad y vientos débiles, condiciones que favorecen la acumulación de ozono.
El ozono, generado por la combinación de compuestos orgánicos volátiles y óxido de nitrógeno bajo la radiación solar, constituye una preocupación para la salud pública, especialmente para grupos vulnerables como niños, mujeres embarazadas y personas con problemas respiratorios o cardiovasculares. Las contingencias por acumulación de ozono son el resultado de factores atmosféricos y actividades humanas, como el transporte vehicular y las emisiones industriales.
Claves: olas de calor y contingencias ambientales
- El incremento de la temperatura ambiente puede desencadenar diversos eventos como sequías, incendios forestales, golpes de calor y enfermedades respiratorias.
- Los cambios en los patrones de lluvia pueden resultar en inundaciones, deslaves, escasez de agua y daños a la infraestructura urbana.
- La degradación de la calidad del aire representa un riesgo para la salud, especialmente para grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
- Según el Servicio Meteorológico Nacional (SSN), se anticipa la presencia de cinco olas de calor entre marzo y junio, con temperaturas superiores a los 30 grados centígrados en la Ciudad de México, lo que podría exacerbar la sequía en el centro del país.
- La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) prevé entre tres y ocho contingencias ambientales por ozono en la Zona Metropolitana del Valle de México. Estas contingencias, resultado de factores climáticos y actividades humanas, promueven la formación de ozono, un contaminante perjudicial para la salud respiratoria y cardiovascular.
- Se necesitan acciones conjuntas que involucren a las autoridades, la industria, el transporte y la sociedad. Esto incluye la adopción de energías renovables, la promoción del transporte público y la bicicleta, la expansión de áreas verdes y programas de educación ambiental.