La Línea A del Metro es una de las más lentas de la Ciudad de México, con tiempos de espera de hasta 10 minutos entre tren y tren, la causa de esto que sólo 11 trenes dan servicio de los 30 asignados para esa función. Más de la mitad de los trenes están fuera de servicio por falta de refacciones, señalaron trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (STC).
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De lunes a viernes, en esta línea deberían circular 17 trenes de seis vagones cada uno, sin embargo, solo hay 11 disponibles, en ocasiones 12, y algunos de estos solo de cuatro vagones. Eso provoca que el trayecto de 17 kilómetros tome hasta una hora y media en horas de alta demanda como la mañana o la noche.
Este lunes 14 de octubre, el servicio se interrumpió debido a que una catenaria (cables que dan alimentación eléctrica al tren) se atoró debido a que el tren se inclinó hacia un lado por un problema en la superficie por la que corre; de acuerdo con la fuente, eso se debió a problemas con el balasto (la piedra que da estabilidad a los rieles).
A pregunta de La Silla Rota sobre la cantidad de trenes en circulación, el STC respondió que el área de material rodante mantiene en rotación para mantenimiento sistemático 18 trenes, con los cuales se atiende la demanda de la Línea A, que es de 226 mil usuarios diarios, en promedio.
“La cantidad de trenes en referencia es suficiente para satisfacer la demanda de la Línea A, de acuerdo al polígono de carga que se calcula para cada una de las 12 líneas”.
Acerca de los trenes restantes señala que “se encuentran en proceso de refaccionamiento e inclusive en, en casos específicos, en análisis para ser dados de baja”.
Documentos del Metro que trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo hicieron llegar a La Silla Rota muestran que los 19 trenes de la línea que ya están fuera de servicio nueve superan el millón 800 mil kilómetros recorridos, mientras otro tiene ha rodado más de 2 millones 200 mil kilómetros.
Los trenes que fabrica la empresa española CAF pueden tener una vida útil superior a cuatro millones de kilómetros.
De acuerdo con testimonios de trabajadores, los trenes de la Línea A han dejado de funcionar porque carecen de piezas de repuesto o ya no pueden correr por las vías de esa vía.
Fotografías entregadas por los trabajadores muestran convoyes estacionados en los patios de la terminal Los Reyes a los que ya les han retirado puertas, parabrisas, asientos y piezas mecánicas.
Otros, empolvados, están en la lista para ser chatarrizados, esto es, usados como refaccionaria para habilitar los que aún están en servicios.
Cementerio de trenes
Del total de trenes estacionados en la terminal de la Línea A, 19 están considerados chatarra que no puede arreglarse, ya sea porque no hay dinero para comprar la pieza, falta la herramienta o simplemente porque el modelo del tren está descontinuado, dijo el trabajador.
Estos “trenes chatarra” son usualmente usados por el Sistema de Transporte Colectivo (STC) como un parque de refacciones; de allí sacan desde trozos de acrílico para paredes hasta partes de motor, frenos, cables, llantas y hasta ventanas.
Cuando un usuario abordar el Metro puede encontrar que la pared del vagón está parchada con otro color y todos los elementos del convoy pueden estar en situación similar, esto es, que tengan piezas recicladas de otros trenes, explicó el trabajador.
Desde hace años, los técnicos del Metro han reclamado el escaso presupuesto que se asigna a mantenimiento y reparaciones, aunque las autoridades rechazan que la acusación tenga bases.
El trabajador indicó que los técnicos tienen que hacer sus propias herramientas para las piezas milimétricas del metro en un torno o un esmeril porque el STC no se las proporciona.
Humo y fuego
Los usuarios reportan a menudo un olor a quemado, así como presencia de humo en las estaciones o hasta conatos de incendio.
El trabajador señaló que eso ocurre porque las zapatas de madera usadas para frenar, que deben ser sumergidas en aceite de cacahuate durante cuatro días no tienen la calidad necesaria y sólo se dejan en aceite una noche, lo que provoca el olor a quemado.