La emblemática estatua ecuestre del Rey Carlos IV conocida como “El Caballito”, localizada en la Plaza Tolsá de Calle Tacuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue vandalizada con un graffiti en la cara de su pedestal que da al poniente.
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El graffiti, de color blanco y delineado con color mirado, muestra la palabra MYK, posiblemente el mote de la persona que lo plasmó en este monumento histórico de la capital. Además abarca aproximadamente una cuarta parte de la base de la estatua.
Con esto, se ha causado daños al patrimonio histórico y cultural de los capitalinos, cuyo gobierno tendrá que intervenir nuevamente en la restauración de esta obra, la cual ya pasó por un proceso de restauración tras ser dañada en 2013 como resultado de un proceso inadecuado de limpieza con ácido nítrico.
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La estatua ecuestre del Rey Carlos IV y sus 200 años de historia
La estatua conocida como “El Caballito” fue creada por el arquitecto y escultor español Manuel Tolsá e inaugurada en 1803, en el centro del Zócalo capitalino. Sin embargo, tras la independencia de México se movió al patio de la antigua Universidad para su conservación.
En 1852, volvió a cambiar de locación, esta vez por la Plaza de la Reforma, en el cruce del Paseo de la Reforma y las avenidas, Juárez, Bucareli, Ejido (actual Avenida de la República) y la calle de Rosales.
Y en 1979 se trasladó una vez más. Desde entonces ocupa su actual recinto en la Plaza Manuel Tolsá, en la calle de Tacuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Daño irreversible a “El Caballito”
En 2013, luego de pasar por un proceso inadecuado de limpieza, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dictaminó que la estatua del Rey Carlos IV en la Plaza Tolsá presentaba “daños irreversibles”.
El daño por la aplicación de ácido nítrico alcanzaba el 50% de la estatua, según el dictamen del INAH. La estatua presentaba escurrimientos y manchas en numerosas áreas por el daño de su primera capa protectora, pues el ácido alcanzo la aleación de bronce.
En 2016, la restauración de la estatua fue tomada por especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH.
La restauración tomó más de siete meses y costó más de 5.5 millones de pesos, cantidad que se suma a los 2 millones que se gastaron en la primera etapa de valoración de daños. Los costos fueron cubiertos por el gobierno capitalino.
VGB