La historia del Metro de la Ciudad de México se remonta a mediados del siglo XX cuando el entonces presidente de la república mexicana Gustavo Díaz Ordaz un 19 de junio de 1967 colocó la primera piedra de la que se convertiría en la primera línea del STC, y con eso comenzaría la historia de uno de los sistemas de transporte público más grandes y concurridos del mundo así como también de los más económicos.
Debido al éxito que tuvo este nuevo medio de transporte público en la CDMX este proyecto comenzó a crecer, lo que trajo consigo crecimiento y desarrollo urbano a la capital del país.
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Después de la apertura de la Línea 1, el sistema de metro se expandió rápidamente. Nuevas líneas se construyeron en las décadas siguientes, cubriendo diferentes áreas de la ciudad. Actualmente, el metro consta de 12 líneas que se extienden por toda la ciudad y sus alrededores; sin embargo, en esta ocasión nos referiremos a la Línea 7 del metro de la CDMX y más puntualmente a la famosa estación Barranca del Muerto.
A pesar de que esta estación es de las más concurridas de la Línea 7 del metro de la CDMX ya que es terminal, muy pocas personas saben le origen de su tan peculiar nombre; si tu eres una de las personas usuarias de este medio de transporte y de la estación Barranca del Muerto a continuación te compartimos el origen de su nombre y como lucía dicha terminal en la década de 1980.
¿Cuál es el origen del nombre de la estación Barranca del Muerto?
De acuerdo a información de la página de Facebook llamada Historias de la Ciudad de México, el nombre de Barranca del Muerto se debe a que antes de la construcción de esta estación terminal en el lugar existía una barranca que tenía de ancho lo que ahora tiene la avenida con el mismo nombre y una profundidad que rebasaba los 15 metros.
Sin embargo esta brecha que se originó debido al nacimiento del volcán Xitle al sur de la capital del país, se convirtió en un fosa común ya que en los tiempos de los pleitos armados entre carrancistas y zapatistas los cuerpos de las personas caídas en batallas eran arrojados al fondo de la barranca, lo que dio origen tanto al nombre de la estación como a un sin fin de leyendas sobre el lugar.
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AJA