Hace un año, La Silla Rota visitó las iglesias de Jesús María, en el Centro Histórico; el templo de Niño Jesús, en Coyoacán; la capilla de San Marcos, en el centro de Xochimilco, y el templo de San Lorenzo Mártir, en San Lorenzo Tlacoyucan, Milpa Alta. Ello, con el objetivo de ver los avances de su rehabilitación, debido a que los inmuebles tuvieron daños a causa del terremoto del 19 de septiembre de 2017 y forman parte del programa de Restauración de Monumentos Históricos, a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En esa visita en 2022, el templo de Jesús María, en la calle del mismo nombre, lucía grietas en el techo y sus paredes, y a la altura del coro se veía apuntalada la estructura; el templo de Niño Jesús, en Fernández de Leal, Coyoacán, estaba cerrado, debido a los daños en su interior, lo que obligaba a hacer las misas de la comunidad en el atrio; en el caso de la capilla de San Marcos, en la calle de las Rosas, su torre derecha lucía rebanada, pues la esquina se cayó, mientras que, en el caso de San Lorenzo Mártir, el campanario se veía roto.
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Un año después, la situaci??n es prácticamente la misma para los templos de Jesús María, Niño Jesús y la capilla de San Marcos. Sólo en el templo de San Lorenzo Mártir se observan algunos cambios.
Aunque permanece cerrado, ya hay trabajadores arreglando su campanario, su cúpula, así como en los daños interiores. Pero ahí los trabajos se aceleraron porque sus propios habitantes habían decidido repararlo por su cuenta, ante las demoras oficiales. El INAH, al enterarse, les pidió que se detuvieran y entonces el instituto comenzó a hacerse cargo.
Promesa de que reabrirán a fin de año
El padre Salvador Barba, director de la Comisión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis de México y enlace con el INAH de los trabajos de rehabilitación de templos que forman parte del patrimonio histórico y cultural, reconoció que sí hay retrasos en las obras de las iglesias afectadas por el sismo del 2017.
Lo atribuyó a la pandemia de la covid-19, así como a que desapareció el Fondo de Desastres Naturales y luego el proceso lo retomó la Secretaría de Hacienda, que sobre la marcha debió aprender al respecto, además de que el proceso de licitaciones y asignación de contratos retrasaron la rehabilitación.
Barba dijo que el compromiso es que los templos reabran en diciembre de este año para que las comunidades puedan usarlos.
“No los van a acabar, no, alcanza, pero sí los van a habilitar para que las comunidades puedan entrar”, dijo a La Silla Rota.
Reiteró que no quedarán como antes, sino que lo que se trata es de reparar los daños estructurales causados por el sismo.
“Hay una promesa incluso presidencial y ahorita no he andado mucho en tratos con los del INAH porque sé que están en friega. Están por comenzar obras en muchos lados”.
El año pasado, también en entrevista con La Silla Rota, Barba dijo que las autoridades le habían dicho que este año se entregarían las obras, pero él mismo preveía que esto se cumpliría hasta el 2024.
Gobierno capitalino presume avances, pero de otros templos
El 15 de agosto pasado, el jefe de gobierno capitalino, Martí Batres Guadarrama, informó que con el Programa de Reconstrucción del Patrimonio Cultural de México, la capital del país concluirá este año 146 obras de restauración de inmuebles culturales y templos afectados por el sismo de 2017, con una inversión de 479.5 millones de pesos.
Al asistir ese día a la conferencia matutina del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, realizada en Palacio Nacional, Batres informó que tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, en la Ciudad de México resultaron con daños 291 inmuebles culturales, de los cuales se han rehabilitado 145 con recursos que ascienden a los 194.6 millones de pesos. Uno de ellos fue la Catedral Metropolitana.
El presidente López Obrador, remarcó que el objetivo de su administración es concluir con la reconstrucción del Patrimonio Cultural de México durante este año.
Pero para la iglesia de Jesús María, la de Niño Jesús y San Marcos, eso todavía luce lejano.
Inicia INAH obras, pero por presión comunitaria
A inicios de este 2023 la comunidad religiosa de San Lorenzo Tlacoyucan, en Milpa Alta, ya estaba desesperada por abrir su iglesia, el Templo de San Lorenzo Mártir, corazón de sus festividades patronales. Dañada por el sismo del 19 de septiembre de 2017, desde entonces ha permanecido cerrada.
Aunque forma parte del programa de Restauración de Monumentos Históricos de propiedad federal afectados por el sismo de 2017, a cargo del INAH, luego de cinco años la comunidad no veía avances en la obra.
“La propia comunidad llegó el momento en el cual dijo ‘hay que hacerlo nosotros’. Ya había una empresa contratada por la mayordomía”, recuerda el enlace territorial del pueblo con la alcaldía, Joan Argüelles. “Ya lo estaban construyendo con recursos de la comunidad”, añade, en entrevista con La Silla Rota.
“Pero ¿qué cree? Después llegó el INAH y dijo ‘no, no es de esa forma’. Al tener conocimiento vinieron y dijeron ‘no pueden hacer esto, son monumentos históricos y patrimonio’. Entonces a base de eso le dieron seguimiento y volvieron a destrabar el recurso”, continúa el ex mayordomo del pueblo, entrevistado en su oficina, al lado del imponente y vetusto templo, hecho con piedras volcánicas.
Los trabajos del INAH para rehabilitar el templo comenzaron a finales de julio. “No lleva ni un mes”, precisa Argüelles, y se supone que la empresa lo entregará el 4 de diciembre.
La Silla Rota visitó el lugar en 2022. A diferencia de hace un año, ahora las torres y la fachada están tapadas, y parte del perímetro de la iglesia está rodeado de una valla de madera, para evitar que alguien se acerque a la zona y pueda ser dañado por alguna piedra u otro material.
Para subir a las altas paredes y trabajar en su restauración, se ve a un grupo de hombres sobre andamios, con cascos para proteger sus cabezas. En algún momento de la visita, otros trabajadores ascienden a la cúpula para pintarla de blanco.
Argüelles comenta que los trabajadores comienzan labores desde las 8 y media de la mañana y concluyen su jornada hasta las 6 de la tarde. Algunos de ellos se quedan en la oficina de Enlace para pernoctar ahí y continuar sus actividades al día siguiente. La comunidad está contenta porque por fin, después de más de cinco años, inició la rehabilitación, aunque deberá esperar hasta diciembre a ver las puertas abiertas del templo, y en tanto seguir con las misas en parte del atrio.
La construcción inicial del templo de San Lorenzo Tlacoyucan data de 1605, durante la primera etapa evangelizadora de los frailes franciscanos en la zona de Milpa Alta, de acuerdo con la ficha del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles. Tardó casi dos siglos en concluirse.
A mediados del siglo 18, se encontraba todo envigado. En 1773, cuando pasó al clero secular, es decir a un obispado, tenía nave con un altar mayor, cuatro retablos, púlpito y dos confesionarios, sacristía con dos lienzos y pila bautismal. En 1826 se construyó la torre campanario, que es la que quedó más dañada con el sismo del 2017.
De acuerdo con una lona pegada en las tapias que rodean la fachada, entre los daños que tuvo el templo, ocasionados durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017, están el colapso parcial del campanario, grietas en los muros laterales de la nave del templo, en los muros de la sacristía, en el tambor de la cúpula y bóveda y en el arco, donde además hubo desprendimiento de material constitutivo; y pérdidas de material en base de contrafuertes y de yesería en el arco toral.
Hasta el 23 de agosto de este año aún no era posible ver los trabajos que se realizan en el interior del templo.
Pero por fuera el mero hecho de que haya trabajadores, andamios, una valla y protección para las paredes, le da un aspecto distinto.
“Es un año de avances, ya se está dando la atención, ya está trabajando la empresa y los avances son notorios al paso de los días” afirma Argüelles.
- ¿Esta presión que hicieron, ayudó a que el INAH se apurara?
-Honestamente creo que sí ayudó mucho la participación del pueblo y finalmente están haciendo lo que les compete, contesta Argüelles sin ocultar su regocijo.
Las que siguen igual
La iglesia de Jesús María luce la misma belleza de hace siglos, pero también las cicatrices que no cierran por el sismo del 19 de septiembre de 2017, siniestro que dejó daños en su estructura. En el techo y a los lados se observan grietas por donde cabe una carta de baraja y que se extienden decenas de centímetros, visibles a varios metros.
También en la parte de atrás, donde está el coro, se observa aun una estructura de madera para apuntalar los daños que dejó el sismo en este recinto religioso ubicado en la calle que lleva por nombre el del templo, en el Centro Histórico de la ciudad.
Otro caso es la iglesia de Niño Jesús, en Coyoacán. Igual que hace un año, luce cerrada. Con dos medios arcos que rodean su entrada, para la cual hay que ascender unas escaleras por ambos flancos de la construcción, hay unas rejas que impiden el paso por ambos lados.
Además, hay unos plásticos que sirven de cintas de seguridad que ya lucen viejos, pero siguen ahí para disuadir a los visitantes a no subir, como si alguien se animara cuando la iglesia está con sus puertas cerradas.
Una persona que es vecina de la colonia dijo a La Silla Rota que el recinto religioso no abre desde el 19 de septiembre de 2017, aunque escuchó que para fines de este año podría reabrir. Pero en tanto eso pasa, si de verdad ocurre, las misas continuarán siendo en el patio de la iglesia, que luce como hace un año, con sillas para celebrarlas.
También fue visitada la capilla de San Marcos, en la calle Las Rosas 7, en el centro de Xochimilco. La escena es similar a la del año pasado. Una reja cerrada la rodea. El lado derecho de la capilla sigue como hace un año, con la esquina dañada, como si hubiera sido rebanada, sin cambio alguno al paso de 12 meses.
Una señora que camina y pasa frente a San Marcos, es consultada sobre si ha abierto la capilla.
“Yo de que la veo nunca está abierta. Siempre está cerrada, sólo en su fiesta la abren”.
También se buscó a alguien de la oficina que está en la calle lateral, pero como ocurrió el año pasado, tampoco nadie abrió.
"Están bien metidos, pero…"
El padre Barba explica a La Silla Rota que las obras de rehabilitación ya van empezando y reitera que el compromiso es dejar las iglesias sin daños estructurales este mismo año.
“Incluso están bien metidos, se repartieron para poder atender más, el INAH, directamente algunas iglesias; Sitios y monumentos otras; Obras de la Ciudad de México también está colaborando. Es un esfuerzo institucional que están en friega”.
“A veces las obras no se llevan tanto, sino que es el proceso de licitaciones y empresas especializadas, como es patrimonio, viendo en reuniones, analizando y la que se va destrabando la van realizando”, explicó.
Una iglesia que el año pasado visitó La Silla rota pero este año se complicó por las lluvias fue Santa Rosa Xochiac, pero el padre informó que, de parte de Sitios y Monumentos del INAH, su director Arturo Balandrano dijo que la atenderá este año.
El enlace de la arquidiócesis indicó que, aunque la rehabilitación se trabaja en varios estados, la capital es de las entidades con mayor retraso.
La Silla Rota buscó al área de Comunicación Social del INAH, pero no hubo respuesta, tal como ocurrió el año pasado.