La amenaza de una crisis hídrica en el Valle de México preocupa a expertos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). El "día cero", es decir, el instante en el que no habrá suficiente agua para satisfacer las necesidades de la población, podría ser una realidad en 2028. Esta alarma surge de la Red de Investigación en Agua (AgUAM), conformada por 180 expertos.
Actualmente, demarcaciones como Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Milpa Alta, Ecatepec de Morelos y Nezahualcóyotl ya experimentan signos de este inminente problema. El rector general de la UAM, José Antonio de los Reyes Heredia, junto con el coordinador general de AgUAM, Roberto Constantino Toto, resaltan la importancia de comprender la situación para crear estrategias que involucren a todos los sectores de la sociedad.
Recientemente, AgUAM presentó una radiografía del sistema hídrico actual, buscando promover soluciones. La problemática del agua no solo reside en tuberías obsoletas o en la gestión deficiente de aguas residuales, sino que factores como el cambio climático y el crecimiento poblacional no controlado también influyen.
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El coordinador de AgUAM destacó el paradójico desafío que enfrenta la región: buscar no inundarse, pero al mismo tiempo enfrentar la escasez. La investigación señala que una de las causas principales de la falta de agua radica en las fugas por el deterioro de la infraestructura. En 2023, se registraron 1,500 fugas en todo el Valle de México. El volumen de agua perdido equivale al extraído de los niveles freáticos más profundos.
¿Qué abona a que la CDMX se quede sin agua?
Las prácticas cotidianas de la población también exacerban la crisis. Acciones como dejar correr el agua mientras se lavan las manos o contaminar reservorios subterráneos con residuos contribuyen al problema. La expansión no regulada de la metrópoli también ha impactado negativamente, provocando inundaciones al impedir la filtración del agua al subsuelo.
Por su parte, la Red destaca la necesidad de una intervención gubernamental efectiva. La ausencia de políticas claras sobre el consumo de agua por individuo y la falta de reabastecimiento adecuado de mantos freáticos son preocupaciones esenciales. Delia Montero Contreras, investigadora, menciona que establecer regulaciones claras generaría una mayor conciencia sobre el uso responsable del recurso.
El cambio climático complica la situación al alterar los patrones de lluvia y sequía, dificultando las previsiones de abastecimiento. Con las presas locales vacías, se vuelve necesario transportar agua desde ubicaciones cada vez más distantes. Otros desafíos incluyen características geológicas, como la presencia de arcilla que impide la reabsorción de agua en el subsuelo.
DJC