El Cártel de Tláhuac se niega a desaparecer. Y las autoridades de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) se niegan a dejar de realizar acciones operativas y de inteligencia para extinguirlo. La detención más reciente y relevante de un líder de este grupo criminal es la de Julio César "N", alias “El Chato Venegas”, quien en 2020 comandó una “narco caravana” en el sur de Ciudad de México con sujetos fuertemente armados.
Aficionado a las peleas de gallos, tiene un historial criminal que incluye asesinatos, venta y distribución de droga, extorsiones, despojos de inmuebles y de terrenos, cohechos, así como “cobro de piso” por parcelas, según se desprende de su expediente policial consultado por La Silla Rota.
“El Chato Venegas” sembró el terror en la alcaldía Tláhuac, y aspiraba a ser sucesor de Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, líder máximo de la organización, muerto en una balacera la Marina el 20 de julio de 2017.
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Incluso, cobraba “derecho de piso” a comerciantes y se apoderaba de predios, para “cubrir los gastos” de la defensa del hijo del extinto jefe delincuencial, detenido en 2019, y cubrir la manutención de su familia.
La SSC no ha quitado el dedo del renglón. Busca, antes de finalizar este sexenio, desmantelar totalmente el Cártel de Tláhuac, uno de los objetivos prioritarios del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, al igual que la desarticulación de los demás grandes grupos criminales que operan en Ciudad de México.
Un hombre cruel
Los expedientes policiales lo pintan de pies a cabeza. “El Chato Venegas” es cruel, si sospechaba que alguien actuaba en su contra, que era su rival o que podía traicionarlo al interior del mismo cártel, simplemente ordenaba su ejecución o él mismo la realizaba.
A sabiendas de que la SSC le seguía los pasos, en 2021 decidió mudarse al estado de Puebla, desde donde daba órdenes, recibía a secuaces que llegaban desde Ciudad de México, y mantenía el control de sus operaciones delictivas no solo en Tláhuac, sino también en la alcaldía Iztapalapa.
Aunque su estrategia no le valió por mucho tiempo, pues el 2 de agosto de 2023, el secretario Omar García Harfuch hizo pública la aprehensión de Julio César, en un operativo efectuado el 13 de julio pasado por personal de la SSC y de la Secretaría de Marina, en Santa Ana Xalmimilulco, municipio de Huejotzingo, Puebla.
Encabezó narcocaravana en CDMX
Julio César "N" comandó un convoy de camionetas de lujo, escoltadas por motocicletas, vehículos tripulados por delincuentes fuertemente armados en la alcaldía Xochimilco, por lo que fue detenido e ingresado el octubre de 2020 en el Reclusorio Oriente.
Se le imputaron delitos contra la salud y portación de arma de fuego; sin embargo, quedó en libertad el diciembre de 2021.
Las autoridades consideraron ese acto como una provocación directa del Cártel de Tláhuac al gobierno de Ciudad de México, la cual por ningún motivo se iba a permitir.
Las expresiones de este tipo ocurren generalmente en entidades que son bastiones de los cárteles de la droga, como Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Baja California y Sonora.
Aficionado a peleas de gallos
Los colaboradores de este sujeto, también apodado “Carnale”, viajaban constantemente a Puebla para para reunirse con él para abordar temas de “negocios”. También lo visitaban para llevarle gallos de pelea a las que es aficionado.
De hecho, informes de inteligencia señalan que “El Chato Venegas” y sus cómplices acudían constantemente a peleas de gallos, principalmente clandestinas, para apostar miles de pesos.
Julio César se formó en las filas del Cártel de Tláhuac, el cual está identificado por autoridades como uno de los más violentos.
“Llegó a convertirse en jefe de una peligrosa célula que coordina diversas actividades delictivas entre las que destaca la venta y distribución de droga, venta y/o renta de parcelas y/o predios, despojos, así como la recaudación de recursos económicos obtenidos mediante diversas actividades delictivas realizadas. Principalmente en las alcaldías Tláhuac e Iztapalapa.
“Julio César ´N´ se caracteriza por su alto grado de violencia, ordenando ejecuciones de integrantes de grupos antagónicos; si llega a detectar a sujetos ajenos al cártel, él mismo y sus colaboradores se encargan de ejecutarlo, para continuar con el control total del territorio”, se lee en los reportes de inteligencia.
El presunto líder criminal también se encargaba de coordinar grupos armados para el despojo de predios e inmuebles, a fin de venderlos o rentarlos a fin de obtener ganancias.
Una parte del dinero obtenido fue destinado a “cubrir los gastos de defensa” de Luis Felipe Pérez Flores, alias “Felipillo”, hijo de “El Ojos” y para mantener a la familia de éste, luego de que fuera detenido en 2019.
“El Chato Venegas” recuperaba además los predios e inmuebles que eran vendidos por órdenes de otros líderes del mismo cártel de Tláhuac.
Los trabajos de inteligencia de la SSC indican que no sólo se dedicaba a la venta y distribución de droga a través de diversas células y de mototaxista, sino que cobraba protección a comerciantes, paradójicamente, “para que ningún otro grupo los extorsionara”.
MRV