“Venimos y gastamos, ahorita vamos a gastar otra vez y luego hasta cuando otra vez nos dan, porque el dinero se va y no nos alcanza”, reprochó Gregoria, adulta mayor de 96 años que acudió al Banco de Bienestar para tratar de cobrar su pensión, pero no pudo hacerlo, al igual que otros cientos de personas de la tercera edad que se han enfrentado a las dificultades de trasladarse y de regresar a casa con las manos vacías.
En silla de ruedas, andadera, bastón o muletas, adultos mayores llegaron hasta la sucursal del Banco del Bienestar que les queda más cerca para poder cobrar su Pensión del Bienestar, debido a que ahora ya no pueden cobrarla en otros bancos, lo que ha representado una nueva dificultad y un mayor gasto para ellos.
En un recorrido por sucursales del Banco del Bienestar en la Ciudad de México y el Estado de México, La Silla Rota constató que los adultos mayores se enfrentan a las largas filas en las que deben pasar más de 2 horas formados para ser atendidos, en muchos casos bajo el rayo del sol y sin un lugar para sentarse. A esto se suma que hay sucursales cerradas, por lo que los adultos mayores dan la vuelta en vano y terminan regresando a sus casas sin cobrar su pensión, aunque necesitan el dinero.
En algunos casos, la sucursal del Banco del Bienestar más cercana ni siquiera está abierta, como le pasó a Gregoria, quien acompañada por su hija Ángela acudió en silla de ruedas a la sucursal ubicada en el municipio de La Paz, en el Estado de México, pero se llevaron una sorpresa, pues estaba cerrada.
Debido a que doña Gregoria ya no puede caminar por su edad, tuvieron que pagar taxi desde la colonia La Floresta, hasta la sucursal más cercana, ubicada en la colonia La Magdalena, muy cerca de la carretera federal México-Texcoco. Sin embargo, al bajar del automóvil se encontraron que el cajero donde pretendían retirar el efectivo estaba cubierto con tablas de madera, acordonado con una cinta amarilla y resguardado por un agente de la policía.
“Ahorita tengo regresarme, qué más podemos hacer porque si no vamos de aquí para allá, por todos lados y luego que vamos a hacer”, lamentó Ángela.
La razón del cierre de ese cajero fue que el pasado 3 de marzo, un grupo de delincuentes trató de robar el efectivo estallando las instalaciones y dañando el sistema de cristalería, de la caja fuerte y de algunas puertas de cristal que cubrían el acceso. Pese a que el incidente ocurrió hace más de cuatro meses, las autoridades federales no han podido reactivar el servicio.
“No sabemos a dónde ir, le diría al presidente que funcionen los Bancos del Bienestar. No tenemos nadie a quien nos dé, yo vivo de lo que me da el gobierno, de mi pensión. Yo nunca he recibido una ayuda, yo siempre desde que ya no podía me jubile”, aseguró doña Gregoria, quien se dedicaba a vender billetes de lotería, pero ahora sólo se mantiene con su pensión.
“Si nos van a dar algo, sino para que uno viene a perder el tiempo, luego van y que aquí ponga su nombre, les digo yo, gastamos en los papeles, nos hacen creer y no nos dan nada… así estamos bien, aunque sea en la casa, lo que dios nos ayuden a comer”, expreso Gregoria.
Tratan de cobrar en otros bancos y no les dan el dinero
En otra parte del Estado de México, en el municipio de Tlalnepantla, se repite la historia, pues el 10 de julio delincuentes robaron la sucursal del Banco Bienestar que se ubica entre las calles de Berriozábal y Porfirio Díaz. Desde entonces las instalaciones de ese banco permanecen cerradas. Diariamente llegan cientos de personas a cobrar su Pensión del Bienestar, pero solo encuentran dos letreros: en uno se indica que no hay servicio, y el otro da opciones para poder cobrar en otras sucursales del mismo banco en Atizapán de Zaragoza, Vallejo, Naucalpan y Cuautitlán Izcalli.
"Luego encuentra uno muchos problemas, yo me fui a cobrar a una sucursal del banco HSBC y al ingresar mi tarjeta hizo el movimiento pero no me dio el dinero, por eso venía a aclarar y que me expliquen qué ocurrió", externo el señor Manuel Ávila frente a las instalaciones de Banco Bienestar Tlalnepantla.
En la sucursal de Banco del Bienestar de plaza Cristal Atizapán de Zaragoza, el servicio fue más continuo a pesar de los cientos de personas que acudieron. Ahí una empleada identificada como Mary explicó qué es lo que ocurre si los adultos mayores van a otro banco.
Señaló que esto no es recomendable porque ya no hay convenios con los otros bancos. "Lo que va a pasar si usted va es que le retengan su dinero, porque no hay convenio. Y si es así tiene que venir a Banco Bienestar y meter una solicitud para poder recuperar su dinero. Entiendo que por los cobros abusivos de las comisiones en los bancos privados es que se cancelaron los convenios", explicó la empleada.
“Estábamos mejor antes, no había colas”
Leopoldo Robles llegó a la sucursal del Banco del Bienestar en la calle Ignacio Ramírez, en la colonia Tabacalera, en el centro de la ciudad. La razón fue que no le han hecho su depósito de la Pensión del Bienestar para Adultos Mayores desde la semana pasada y por eso debió venir a ver personalmente qué estaba ocurriendo.
Don Leopoldo llegó en un taxi. Antes de bajar tomó sus muletas, las apoyó en el suelo y bajó. Las necesita para desplazarse porque le falta una pierna. Pero apenas estuvo un par de minutos. Al ver la larga fila que daba la vuelta dos veces para sacar dinero presentando la credencial del Instituto Nacional Electoral, mejor optó por retirarse.
“No sé a qué se debe que la gente esté formada por horas para recibir el apoyo del gobierno. Ellos argumentan que es el sistema”, dijo a La Silla Rota, sentado en el taxi, antes de retirarse.
En su caso, apenas en este mes comenzó a tener problemas. “Ahorita ni te dan acceso al banco ni nada de eso, te tienes que formar, quién sabe que requisitos te piden para cobrar en ventanillas, no hay sistema en el cajero, está complicado”, lamentó.
Acompañada de su hija, quien debe pedir permiso en su trabajo para ausentarse, la señora Esperanza se resguardaba en la sombra mientras su familiar se formó en la enorme fila de adultos mayores afuera de una de las sucursales del Banco del Bienestar en la Ciudad de México.
“Deja de trabajar para poderme acompañar, y le descuentan porque tiene que acompañarme”, explicó la mujer de 71 años sobre la situación de su hija que la acompaña. La mujer asegura que prefería el servicio anterior, cuando los beneficiarios podían cobrar su pensión en cualquier institución bancaria.
“La verdad estábamos mejor antes porque con la tarjeta que nos dieron íbamos al banco y no había tantas colas como hay aquí”, aseguró.
Otro de los adultos mayores que esperaba su turno para poder cobrar su pensión, es el señor Martín Ramírez Trejo, quien ayudado de un banco plegable, se turnaba con su esposa para esperar en la fila. No importa que tarden horas en pasar a ventanilla, la urgencia del dinero los orilla a esperar y soportar.
“Nada más esperar, o venir después, pero mucho tiempo después para que ya no haya mucha gente, sólo eso, pero como se necesita el dinero hay que venir a cobrarlo al momento”, dijo con resignación.
Ayudada con una silla de ruedas y acompañada de una de sus hijas, la señora Elizabeth llevaba esperando dos horas y media para su turno en ventanilla y aún faltaban más de 20 personas delante de ella. La mujer de 71 años es uno de los beneficiarios que prefieren pagar una comisión y retirar su pensión en un banco privado.
“¿Pues qué quieres que te diga? Así están las cosas y ni modo, sería muy bueno que fuera en otros bancos pero parece que hay problemas con las comisiones”, dijo con cierta resignación mientras se apoyaba de su silla de ruedas.
El señor Claudio Olivares llegó a la sucursal del Banco del Bienestar de avenida Eduardo Molina a las seis de la mañana del lunes, es la segunda vez que acude en este bimestre ya que le correspondía ir el miércoles pasado, pero no pudo ser atendido. Luego de casi cuatro horas de espera denunció que de las dos ventanillas que había funcionado, una cerró, porque al parecer la cajera fue a desayunar.
“Cómo es posible que se vaya a desayunar cuando nosotros estamos aquí sin tomar café desde las seis de la mañana y esta señorita cajera llegó a las ocho y media o a las nueve que empezaron a atender a la gente y ya se fue a tomar café, entonces todas esas cosas están muy mal”, denunció.
El hombre de 79 años pide que se mejore el servicio, más aún ahora que sólo se puede hacer uso de la tarjeta en el Banco del Bienestar.
“Si el Gobierno ya no paga, ya ordenó que no se pague en bancos ni se puede ir a ningún centro comercial a surtir con la Tarjeta del Bienestar porque ya no la aceptan porque supuestamente dijo el Gobierno que ya no se aceptan las tarjetas del Bienestar en los centros comerciales, entonces si quiere evitar todo eso pues que resuelva que ponga un Banco más grande del bienestar, que pongan más ventanillas para que se evite esta gente que estamos formadas desde las seis de la mañana, y hay personas que están bien, hay personas de más edad, hay personas discapacitadas que están aguantando todas estas anomalías ¡no se vale!”.
MRV