Los impactos del cambio climático son ya un hecho y se resienten en todo el planeta y la Ciudad de México no es la excepción. Ante eso la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr) ha puesto en marcha desde hace cuatro años el llamado Reto Verde, para que la capital del país se adapte mejor al aumento de temperatura.
El objetivo es revegetar el suelo de conservación de la Ciudad de México, aumentar los espacios públicos con naturaleza, mediante la siembra de árboles y otras plantas para incrementar y mejorar la vegetación en las zonas urbanas, rurales y áreas naturales protegidas de la capital, explicó la directora de la Corenadr, Columba López Gutiérrez.
“Detener el cambio climático localmente no se puede, o sea, ya tenemos una huella ecológica todos. Entonces lo que tienes que hacer es desacelerar ese cambio climático, pero también es importante la adaptación. Entonces las semillas que estamos sembrando son de árboles que no han hecho mutaciones de enfermedades”, dijo la funcionaria a La Silla Rota.
“Al contrario, están resistiendo al manejo de la sequía, al manejo del estrés hídrico sobre todo en la Ciudad de México, entonces con este estrés a la hora de manejarlo de una manera más eficiente encontrándose semillas que son adaptables, nos ayuda a ir haciendo esto ahora, entre más árboles y más plantas existan lo que tenemos es un mayor consumo de dióxido de carbono y entonces una mayor producción de oxígeno”, agregó López.
Dijo que con lo que se siembre este año, 10 millones de plantas, se alcanzarán 40 millones de plantas desde 2018. Gracias a eso este año en la Ciudad de México ya ha habido 28 días de que no se han rebasado los niveles de los contaminantes, aseguró.
El Reto Verde estaba programado para iniciar el 12 de junio, pero comenzó a finales del mismo mes, debido a las altas temperaturas causadas por la tercera ola de calor que azotó a gran parte del país.
La importancia de los humedales
Al llegar a su encargo, Columba López encontró que los siete ecosistemas del suelo de conservación de la Ciudad de México, equivalente al 59 por ciento del territorio capitalino, estaban altamente dañados. Pero con el programa que además de sembrar plantas también cuida humedales, se ha revertido la situación que ayuda a conservar el agua y a que no aumente el calor.
“Es una parte sumamente importante para la cuenca que le llamamos endorreica porque esta cuenca tiene forma como de vasija, entonces tanto el aire como el agua y todo lo que se mueve aquí dentro está como encerrado, entonces en la parte alta, que es la de montaña, tenemos árboles y por dentro mantos acuíferos, y lo que hacen es conducir el agua que se colecta”, remarcó.
“La Ciudad de México era una zona lacustre muy importante, entonces los canales nunca deben de taparse, los canales de la zona de Xochimilco, Tláhuac y un poco de Tecómitl en Milpa Alta, que es una superficie muy pequeña, siempre deben de permanecer húmedos porque si se secan entonces lo que va a perder es la consistencia del suelo y pueden provocar ciertos reacomodos en la tierra”, advirtió la titular de la Corenadr.
Ahí es donde la Comisión de Recursos Naturales ha recuperado más de 60 kilómetros de canales, y en la cantidad de árboles reforestados se ha reforestado un poco más de 43 veces Chapultepec.
“O sea la reforestación que nosotros estamos haciendo y la conservación de los canales, lo que nos está permitiendo es que una vez que ya tienes agua pues hay vida, ¿no?”, dijo, orgullosa.
“Entonces lo que hay que ver aquí es que estos bosques, estas plantas lo que ayudan es a que se establezca el ciclo del agua, tienes el ciclo del agua, el cual humedece, tienes árboles, producen oxígeno, este lo ocupamos los seres humanos, pero también en esta gran cuenca que te decía”.
Se regula la temperatura
López abundó en su explicación sobre la importancia de contar con áreas verdes para que no se caliente la parte este de la ciudad o la parte del Zócalo, una de las más calientes de la ciudad.
“En la parte del centro de la ciudad tiene una temperatura mucho más alta que una parte de la montaña. Nos podemos subir a la montaña y hace mucho frío, puede haber cuatro o hasta seis grados de diferencia con la parte centro de la ciudad.
“Entonces esto lo que permite es que los vientos a la hora que se mueven pues regulan la temperatura y en la parte donde está la mayor carga de humanos, pues haya un equilibrio. Lo que es tener estos bosques, pues nos ayudan a regular la temperatura, a tener agua, a tener oxígeno, a que exista la biodiversidad, tan importante que tenemos en el mundo, tenemos el 2 por ciento mundial, entonces es una parte sumamente importante. El suelo de conservación es chiquito, pero bien valioso”, concluyó la funcionaria.
MRV