En 1963, José Luis Fabela Estrada decidió sumarse a las filas de socorristas, desde entonces, ha dedicado la mayor parte de su vida a salvar a otros, a atenderlos, a darle sentido a sus días a través de las miradas de agradecimiento. Es el veterano con más años de servicio en la delegación Estado de México.
El cabello cano y las arrugas en su frente discrepan con la energía que aún tiene y la lucidez de su mente. Cuando se le pregunta qué ha significado para él ser socorrista, la mirada se le ilumina.
“Son años de servicio”, así lo describe de manera humilde, pues además de servir, ha estado dispuesto a poner en riesgo su vida por salvar la de hombre herido, la de un pequeño en riesgo, la de una mujer al borde de la muerte.
“Son desvelos y amor al prójimo. Yo entré como socorrista a hacer la labor porque yo estuve dentro de la Acción Católica de la Juventud Mexicana, un compañero que era doctor en el barrio nos invitó a que perteneciéramos a la Cruz Roja, la mayoría de los que estábamos en la acción católica nos vinimos, pero nos quedamos tres nada más, después fui el único que me quedé”.
Tras un año de luchar por salvar vidas con apenas un tanque de oxígeno y suero, se le entregó una de las primeras credenciales en México que lo acreditaban como socorrista.
“Ahora hay un cambio radical, no teníamos material ni herramientas para trabajar contábamos con un poco de oxígeno, suero y nuestras manos se las encomendábamos a al Señor de allá arriba para poder salir adelante con la labor que íbamos a hacer”.
Al Comandante Fabela, como se le conoce en las filas de la Cruz Roja Mexicana en Toluca, le tocó lo mismo atender a atropellados, caídos, electrocutados y hasta infartados; a veces tenía que improvisar vendajes con su ropa o con la de las víctimas.
Durante 27 años, cada martes atendió la guardia nocturna pues de día trabajaba en su taller eléctrico-mecánico. Su tiempo libre ha sido desde sus 20 años, para la Cruz Roja Mexicana.
De socorrista en accidentes a veterano preventivo
Cuando de atender una emergencia se trata, la velocidad y la atención que brindan los socorristas a las víctimas puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, pero ello conlleva adrenalina y necesita de toda de destreza, así que cuando el cuerpo deja de estar a su ácima capacidad, es momento de retirarse.
Para el comandante José Luis Fabela, dejar la Cruz Roja Mexicana no era opción, por lo que se convirtió en veterano, ahora los fines de semana toma los signos de las personas que así lo desean en el centro de Toluca.
Pese a que ya no está en activo como socorrista, la gente lo reconoce en la calle por su labor, por lo que salvar vidas continúa siendo parte de sus días.
El comandante Fabela relató que hace dos semanas lo reconocieron en la calle y le pidieron que hiciera labor de para resucitar a una persona. Una vez que lo logró, las lágrimas le brotaron pues a sus 80 años, aún tiene la capacidad de vencer a la muerte y los obstáculos que esto conlleva.
Este sábado fue conocido como el veterano con más años de servicio en la delegación de Toluca de la institución no gubernamental que se dedica a atender emergencias, socorristas en toda la extensión de la palabra.
La Cruz Roja Mexicana entregó a nivel nacional 124 reconocimientos por trayectoria y labor humanitaria a socorristas, paramédicos, enfermeras, médicos y personal operativo de la institución.