Tania Hernández es ingeniera en Geología por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y desde que terminó la carrera se dedicó a buscar trabajo. Como miles de mexicanos recién egresados, tocó puertas, pero la falta de oportunidades la llevaron a abandonar todo en México y buscar un futuro en Australia, lejos de su familia y amigos.
En entrevista con La Silla Rota, Tanía relató cómo empezó a construir una nueva vida en Australia, a donde se fue a picar piedra, pero en sólo seis meses ya pudo comprarse un automóvil. La joven de 31 años y originaria de Tultitlán, en el Estado de México, explicó que al salir de la universidad fue en búsqueda del éxito, ya que su sueño como estudiante de geociencias en ciencias de la tierra era dedicarse a la explotación petrolera.
Comentó que todavía en el sexenio de Felipe Calderón (2006 - 2012), las empresas petroleras y mineras iban a reclutar a los alumnos para llevarlos a trabajar. Sin embargo, en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012 – 2018) eso se acabó. Se terminaron así las oportunidades y fue eso lo que llevó a la joven ingeniera a buscar otras opciones en el extranjero.
Tania no es la única, ya que de acuerdo con datos de la Embajada de Australia en México, entre el 31 de agosto de 2021 y el 30 de junio de 2022, un total de 112 mexicanos se fueron a ese país por razones de empleo. Se trata de jóvenes entre 25 y 34 años, 61 mujeres y 51 hombres.
El sueño petrolero en Tabasco
Tania salió de la carrera en 2016 y fue a buscar el sueño petrolero a Tabasco en noviembre de ese mismo año.
“Mi amiga me hizo la invitación de irme a vivir a Tabasco con ella. Llegué a Tabasco con una mano adelante y la otra atrás. Fue la primera vez que me subí a un avión, con 200 pesos en la bolsa. Fue en la noche y al momento de despegar se me escurrieron las lágrimas. Era algo que veía inalcanzable”, contó.
Al llegar a Tabasco, Tania probó suerte en Pemex. le abrieron las puertas como becaria aunque su título universitario ya estaba en trámite, pero no recibía algún pago. Su amiga era quien la mantenía.
“Pemex no me dio ni un peso, me sentía como un eslabón perdido. Ahí estuve nueve meses, de noviembre de 2016 a agosto de 2017”.
Tania expresó que en Pemex tenían trabajando a ciudadanos colombianos, puntualizó que les daban la oportunidad a los extranjeros y no a los mexicanos.
“A final de cuentas ellos no tienen la culpa porque igual van tras un sueño y que bueno, lo lograron. Pero a los mexicanos nos pusieron trabas, porque ahí conocí ingenieros mexicanos que eran muy inteligentes y capacitados que no pudieron colocarse en Pemex”, criticó.
La batalla en el mundo laboral
Luego de regresar a su hogar en el Estado de México, tras su salida de Pemex, a Tania le ofrecieron ser maestra de matemáticas y física en nivel secundaria y bachillerato de una escuela particular en Coacalco. “Me pagaban seis mil pesos al mes y yo decía: ‘De eso a estar en la banca, le entro’”.
En el colegió privado sólo duró tres meses debido a que trabajar ahí estaba mermando su salud. Después un excompañero de la universidad la contactó para invitarla a trabajar como becaria en ICA (Ingenieros Civiles Asociados), aunque tenía que cambiar su lugar de residencia de Tultitlán a Cuajimalpa, Tania aceptó.
Inició de nuevo como becaria en ICA en el proyecto del Tren México-Toluca Tramo 2, con un sueldo de siete mil pesos mensuales. A decir de Tania, ganaba muy poco por el trabajo que realizaba; sin embargo, estaba feliz de estar aprendiendo y eso era una ventaja para ella.
Tania ascendió a Ingeniera de Diseño seis meses después de haber ingresado a la compañía, entonces ganaba un salario de 14 mil pesos mensuales. Estuvo dos años y medio en ICA, trabajaba de lunes a sábado, en un horario de 7:00 a 19:00 horas y concluyó su relación laboral cuando se terminó el proyecto en el que estaba.
“Sí estaba muy padre el ambiente laboral, pero dices ¿y dónde queda mi vida?, ¿dónde quedo yo?, ¿cuándo voy a tener tiempo para mí?, ¿cuándo voy a poderle dedicar tiempo a mi familia, si me traslado desde Cuajimalpa en la Ciudad de México a Tultitlán en el Estado de México?, eso era demasiado desgastante para mí y era muy complicado, muy pesado”, expresó.
Tania logró colocarse en una empresa ambientalista como supervisora ambiental dentro de la misma obra: el Tren México-Toluca. No obstante, sus ingresos fueron menores a su anterior cargo.
“Tengo 31 años, pero ese sueldo no me iba a alcanzar para comprar una casa, adquirir un automóvil, no tenía seguridad social. No tenía prestaciones, era mi sueldo íntegro”.
Ante las dificultades que enfrentan las nuevas generaciones Tania pensó en ir a probar suerte a los Estados Unidos; sin embargo, la pandemia de covid-19 echó abajo sus planes.
Australia, una puerta que tocar
Tania acudió a una agencia de estudios en el extranjero y compró un curso de inglés en Australia en 2020, mientras trabajaba para ICA. Asimismo, inició los trámites para adquirir la visa australiana y fue el 16 de agosto de 2022 cuando se la aprobaron. Ese mismo día renunció a su trabajo como supervisora ambiental. Para cubrir todos los gastos del viaje, Tania ahorraba gran parte de sus ingresos quincenales y gastaba sólo lo necesario.
Además de no haber estabilidad laboral en México, la dificultad de obtener aumentos de sueldo en las empresas y la situación de inseguridad en el país, fueron factores importantes que determinaron la decisión de Tania de abandonar el país. Por otro lado, se siente orgullosa de haber concluido la educación superior en el Instituto Politécnico Nacional.
Ahora que está en Australia, Tania expresó que se sintió decepcionada de las oportunidades que México ofrece a sus ciudadanos.
“México es una decepción total, y no es por ser una persona malinchista, simplemente he conocido a personas muy capaces, pero no hay oportunidades. Es decepcionante la situación que vive un mexicano día a día”, lamentó.
Los frutos de 6 meses trabajando en Australia
Después de estar radicando en Australia por seis meses, Tania mantuvo comunicación con La Silla Rota y señaló que las condiciones en las que ahora vive son mucho mejores que las que tenía en México. A su llegada comenzó a estudiar el inglés y en la primera semana pudo encontrar trabajo de niñera.
“Tenía que sobrevivir. Mi temor era quedarme aquí sin dinero y pagar renta de una vivienda, tener algo que comer y transporte, entre otros gastos que se generan en cualquier país. Ahí me pagaban 10 dólares por hora”.
No obstante, Tania pudo encontrar otro empleo al poco tiempo en un supermercado. Asimismo, logró entrar a trabajar a una fábrica como empacadora de salamis y si trabaja tiempo extra, el pago por hora es al doble, lo cual le permitió comprarse un automóvil modelo 2010 en tan solo un mes.
“¿En México cuánto tiempo te tardas en juntar el dinero para comprar un carro? Tardas muchísimo para juntar ese dinero, aunque no sea uno del año”, mencionó.
A pesar de que la escuela es cara en Australia, Tania aseguró que la calidad de vida en aquel país “te da para vivir bien”. Mencionó que los empleos son bien remunerados. Enfatizó que un obrero en Australia sale de vacaciones a otro país, “así es la comparación de vida entre México y Australia”.
La fuga de cerebros
Alma Maldonado, especialista en temas de educación en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN señaló en entrevista para La Silla Rota que con toda la política que existe en el gobierno de México se desincentiva el desarrollo científico y la apertura de espacios laborales.
Calificó como desesperante la situación porque no existen espacios para poder emplear a la gente que está formada profesionalmente, añadió que quienes cuenten con estudios de posgrado y se quieran emplear, no hay espacios, lo cual refleja de forma clara la situación que enfrenta México.
En este sentido, mencionó que la fuga de cerebros en México por la falta de oportunidades es una pérdida para el país, porque su educación, en el caso de Tania le costó al país, al haber estudiado en instituciones públicas.
“¿Para qué estamos formando tanta gente si no estamos ofreciendo posibilidades de trabajo, de empleo y de desarrollo para estos profesionistas? Sí termina siendo una tragedia”, expresó la especialista.
Respecto a la baja remuneración que existen en los empleos actualmente, la especialista destacó que eso depende también de la economía, pues cuando ésta se encuentra estancada o una economía dependiente de un solo recurso será limitada para ofrecer mayores posibilidades.
Asimismo, puntualizó que lo que quiere el mundo laboral siempre son cosas contradictorias. “Te van a decir que necesitan un profesionista flexible, pero disciplinado, que tenga resiliencia”. Por lo cual, señaló que las instituciones de educación superior se tienen que concentrar en ofrecer herramientas, recursos, aprendizajes que puedan ser utilizados por quienes estudian este nivel y que tengan la capacidad de poder adaptarlos.
Para combatir la fuga de cerebros en nuestro país, la especialista mencionó que el gobierno tiene que ofrecer oportunidades laborales, hacer una inversión mayor de recursos, ofrecer condiciones dignas de trabajo para aquellos que tienen estudios superiores, abrir plazas académicas, estrechar colaboraciones entre distintas instituciones para aprovechar al máximo los recursos con los que se cuentan.
Nota de la editora: Después de la publicación del reportaje, Tanía Hernández pidió hacer algunas precisiones sobre su testimonio, a continuación se publica su carta.
MRV