Alicia es dentista y acudió a una tienda de calzada de Tlalpan a comprar material de odontología para su consultorio; como de costumbre estacionó su coche en Luis G. Inclán, una calle aledaña de la colonia Villa de Cortés, sólo tardó minutos y cuando regresó ya no pudo encender el motor. Fue víctima del robo de autopartes en la Ciudad de México.
Luego de varios intentos fallidos habló a su aseguradora y en grúa trasladaron su auto al taller mecánico; creyó que se trataba de un desperfecto, sin embargo, ahí le dieron la mala noticia: robaron la “computadora” de su Chevrolet Aveo 2014 en la alcaldía Benito Juárez, lo que finalmente le costó 20 mil pesos.
El de Alicia es uno de los miles de casos de robo de autopartes que se registran en Ciudad de México, un delito que está al alza en la administración de Claudia Sheinbaum. Tan solo en el primer trimestre de 2023 las denuncias por este ilícito aumentaron 42% en comparación con el primer trimestre de 2022, revela el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Ciudad de México indica que cuatro alcaldías encabezan el mayor número de robo de autopartes: Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero.
Mientras que en Iztapalapa, Cuauhtémoc y Álvaro Obregón se ubican algunos de los principales puntos de distribución y venta de las piezas robadas, así como en Gustavo A. Madero (en zonas como San Felipe de Jesús y Peralvillo).
Repunta el robo de autopartes
El SESNSP -que encabeza Claudia Luz Flores- únicamente tiene datos oficiales de la incidencia de robo de autopartes desde 2015. Ese año, en Ciudad de México -gobernada entonces por Miguel Ángel Mancera- se registró hasta la fecha el número más bajo de denuncias contabilizadas por este ilícito, con un total de 2 mil 563.
En contraste, durante 2022 se presentaron en la Fiscalía General de Justicia (FGJ) capitalina 8 mil 866 denuncias por robo de autopartes, lo que representa un repunte de 246% si se compara con 2015.
Aunque el “pico” en el número de robos de autopartes denunciados ante el Ministerio Público de la capital ocurrió en la pasada administración, en 2018 con 8 mil 962 carpetas de investigación.
El SESNSP señala que durante el primer trimestre de 2023, el Ministerio Público capitalino abrió 2 mil 752 indagatorias por robo de autopartes, de las cuales 984 corresponden a enero; 876 a febrero y 928 a marzo.
La cifra significa un repunte de 42% en comparación con el primer trimestre de 2022 cuando se registraron mil 931 denuncias por robo de autopartes; 621 en enero, 630 en febrero y 680 en marzo.
En Ciudad de México hubo 8 mil 886 denuncias en 2022, lo que representa un incremento de 7.5% respecto a las 8 mil 248 de 2021. En 2020 hubo 7 mil 375 (cifra más baja de este gobierno) y en 2019 el número llegó a 8 mil 262.
Fascias, faros, computadoras, lo más robado
Si bien el robo de autopartes no está clasificado como de “alto impacto social”, indudablemente afecta económicamente a las víctimas por el alto costo de las refacciones.
De acuerdo con informes de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), las autopartes más robadas son: fascias, faros, espejos, parrillas, cofres, llantas, rines y baterías.
Las “computadoras” también son de los objetos más buscados por los ladrones, tanto por su valor como la facilidad para quitarlas, como ocurre en modelos de Chevrolet, particularmente la submarca Aveo.
La compañía AhorraSeguros sostiene el robo de autopartes es un delito en aumento con especial impacto en las grandes áreas urbanas, donde año con año cuesta millones de pesos a los propietarios la reposición y reparación de las piezas sustraídas.
Calcula que desde 2015 sigue una alarmante tendencia al alza, “siendo la falta de denuncias y la descomposición social de muchas colonias las principales causas”, además de que la gente está dispuesta a comprar las refacciones en mercados informales con la idea de que ahorra dinero.
El caso de la doctora Alicia, a quien le robaron la “computadora” de su a Aveo a unos metros del Depósito Dental Villa de Cortés, se suma también a la cifra negra de este delito de impacto económico, pues ante la falta de confianza en la FGJ prefirió no denunciar al igual que muchas víctimas.
Pensó en hacerlo cuando en la agencia le dijeron que el costo del aparato “iba de 13 mil a 30 mil pesos, dependiendo del número de serie”.
Al final tuvo que pagar 20 mil pesos al “maestro” del taller mecánico donde le repusieron la pieza y colocaron un improvisado candado supuestamente para que “no se lo vuelvan a robar tan fácil”; pero la estadística oficial señala lo contrario: es un delito que repunta en Ciudad de México.
MRV