Amarrada en la calle, bajo una fuerte lluvia y con desnutrición significativa, así estaba la perrita Ginger cuando fue rescatada el 15 de julio de 2022 en la colonia Valle Centro, alcaldía Benito Juárez, sin muchas esperanzas de recuperarse. Pesaba entonces 23 kilos, tenía unos cuatro años de edad.
Han pasado nueve meses y atrás quedaron los malos tiempos; no solamente logró sobreponerse al maltrato humano y la adversidad, sino que ahora es una oficial incorruptible que ha sido dada de alta en las filas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Ciudad de México.
Ginger, así la bautizaron en la Unidad Canina de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) de la SSC, es una agente “muy perrona” que ha concluido su preparación y cuenta con la especialidad de rastrear explosivos; se encuentra lista para entrar en acción. En contraste con lo que puede ocurrir con canes que han sufrido una situación similar, la perrita de raza pastor malinois no muestra miedo. “Está echada pa´adelante”.
La SSC destacó que durante nueve meses la perrita recibió tratamiento, se recuperó e inició su adiestramiento. La oficial canina de raza pastor belga malinois demostró tener el comportamiento, temperamento y habilidades necesarias para aprender las tareas de un perro experto en rastrear explosivos.
“Además, su inteligencia, agilidad, destreza y disciplina, la llevaron a desempeñar ejercicios de adaptación como interacción con los lomitos especialistas en guardia y protección, rescate de personas en estructuras colapsadas y detección de enervantes”, comentaron autoridades de la secretaría.
Ginger ha acudido a operativos y ferias de seguridad para lograr la socialización con el sector estudiantil y población; al estar con multitudes, se muestra muy tranquila y contenta gracias a su nobleza, así como al cariño, cuidado y preparación que le dieron los oficiales bancarios.
También aprendió a trabajar con diferentes tipos de manejadores de la Unidad y detectar las indicaciones al escuchar la voz del policía para desempeñar su especialidad en vehículos, lugares cerrados abiertos y escenarios que ejemplificaban su actuar.
Amarrada, bajo la lluvia y desnutrida
El 15 de julio del 2022 se recibieron denuncias de que en la colonia Valle Centro, de la alcaldía Benito Juárez, estaba una perrita amarrada a una malla ciclónica en vía pública y con desnutrición significativa.
Una vez que recibió valoración veterinaria pesaba 23 kilos; sin embargo, Ginger ahora tiene un peso de 30 kilos, se muestra saludable y contenta para continuar con su entrenamiento en búsqueda de explosivos.
Permaneció tres semanas en las instalaciones de la Unidad Canina de la PBI y después de una recuperación asombrosa, en agosto de 2022 se determinó que estaba en óptimas condiciones para iniciar su entrenamiento para formar parte de este Grupo Especial.
Entonces los instructores y oficiales señalaron que Ginger demostró agilidad, destreza y adaptación al proceso de socialización junto con los demás perros policías de la PBI. La perrita mantuvo una rutina para acostumbrarse a sus paseos diarios y corrección de comportamientos.
Desde el primer día, fue valorada y llevada al veterinario, el cual determinó que su edad aproximada es de cuatro años. Presentaba desnutrición significativa con cuadro de diarrea. Una vez con el esquema de vacunación completo y el tratamiento adecuado, los efectivos bancarios la asearon y la alimentaron para que alcanzara un peso óptimo que hoy es de unos 30 kilos.
La PBI la rescató y le dio un lugar digno para vivir; fue ahí que se descubrieron sus aptitudes que le permitieron convivir con otros 11 agentes caninos. Ginger es ejemplo de nobleza, superación y valentía, todo lo contrario a las personas que la maltrataron y amarraron a aquella malla ciclónica de la colonia Valle Centro.
MRV