Doña Vicenta hace lo que el gobierno capitalino no puede o no quiere: llevar agua potable a los vecinos de la colonia San José Obrero, en el pueblo originario de Santa Cruz Acalpixca, Xochimilco. Aunque debido a la complejidad de la zona, lo hace de una manera poco usual en la Ciudad de México, sobre el lomo de burros.
Esta colonia de Xochimilco se encuentra en un cerro de difícil acceso, con construcciones irregulares, donde en lugar de microbuses o taxis predominan los vochos y tsurus, pues son más resistentes para subir. Algunos vehículos ajenos a la colonia en cuanto empiezan a subir, comienzan a sufrir y a forzarse en la subida de la calle 2 de Abril, que en realidad tiene más forma de antigua carretera que va en pendiente.
Se trata de una vialidad ahora asfaltada, pero que hace unos 20 años era terracería, como algunas calles de la colonia todavía lo son. Durante ese tiempo transcurrido han llegado otros servicios como la energía eléctrica y el teléfono. Pero faltan el drenaje y el agua potable en las tomas domiciliarias.
“No tenemos agua porque es cerro”, dice doña Vicenta, entrevistada en la 2 de Abril, mientras ella y sus cuatro burros, Enano, Princesa, Pancho y Palomita se toman un descanso.
Doña Vicenta es la surtidora de agua en Xochimilco
Doña Vicenta, de 53 años es una de las personas que venden agua potable a sus vecinos de San José Obrero. Lo hace de lunes a viernes y diariamente realiza cuatro viajes con 16 garrafones de 20 litros cada uno, cuatro por cada burro.
Es un recorrido complicado, porque el agua la consigue del tanque de Santa Cruz Acalpixca y de ahí primero toma una bajada para después subir una pendiente a San José Obrero, a paso lento y el cual después del mediodía, con el calor primaveral como pesado acompañante hace sudar la gota gorda. Si se hace en agosto, que es cuando más demanda de agua tiene, el calor es menos, pero aumentan los viajes.
Doña Vicenta tiene cinco años dedicada a vender agua a sus vecinos. Cada garrafón de 20 litros lo cobra en 25 pesos. Además de ella también hay un hombre que usa una camioneta de caja descubierta para llevar agua o incluso algunos vochos también lo hacen, a petición de ellos.
Las pipas de agua tardan o son caras
A ellos se suman algunas pipas de agua enviadas por la alcaldía Xochimilco o particulares. Pero además del inconveniente de la tardanza de las enviadas por la alcaldía, y en el caso de las particulares por su alto costo, de mil 500 pesos, se suma que esa agua no es potable. La que lleva la dueña de los burritos sí es para tomar, dice ella misma.
En toda la colonia sólo hay una toma de agua potable. Es una ubicada a los pies del cerro, al inicio de la calle 2 de Abril, colocada de manera discreta, casi imperceptible. Al lado suyo, en una pared de piedra hay un mensaje escrito a mano. “Cuida el awa (sic), porfis”, dice el escueto pero contundente mensaje.
Esa toma es insuficiente para la colonia y lo que hacen los vecinos de más arriba es tener puntos de recepción del agua de las pipas, donde forman tambos de 200 litros y esperan que lleguen los tanques móviles a llenarlos.
Cuando eso ocurre viene otro problema, bajar o subir los tambos. A veces se hace con un vehículo. O a veces algún vecino cercano a la toma tiene una manguera con decenas de metros de extensión y la presta para bajar el agua por ahí, a cambio de una cuota voluntaria, para el refresco, como coloquialmente se dice.
Esa agua de la pipa es la que se utiliza para preparar la comida o la higiene personal. Algunos vecinos sí cosechan agua de lluvia que usan para otros menesteres, pero cuando es época de estiaje esa opción queda desactivada.
Tienen un pozo de Sacmex
Lo paradójico del asunto es que a las faldas de la colonia hay un pozo del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex). Pero el agua no llega a las casas.
Cecilia Santos Pérez es una de las vecinas que tiene su tambo formado en uno de los puntos donde la pipa descarga. Lleva 20 años de vivir en San José Obrero. Durante ese tiempo ha escuchado promesas de candidatos y de funcionarios que ofrecen llevarles agua a sus casas, pero eso sólo se ha quedado en palabras.
En su caso, dice que diariamente usa un tambo para la higiene de ella y su familia. Cuando la pipa no se consigue o tarda mucho, debe bajar a las faldas del cerro, donde está la toma o si no, comprarla.
Tienen todos los servicios, menos agua y drenaje
Por separado, doña Vicenta complementa lo dicho por Cecilia.
“Antes íbamos a pedir agua a la delegación, luego alcaldía, pero no nos hacían caso”.
Se le pregunta si esta colonia de Xochimilco ha cambiado desde que ella vive ahí, hace 35 años.
“Ha cambiado mucho, no había caminos ni luz, ahora son el agua y drenaje los únicos servicios que faltan”.
Después de la entrevista, doña Vicenta se dirige hacia el tanque de Santa Cruz Acalpixca, debajo de la colonia y enfrente del que alguna vez fue centro ceremonial, el cerro Cuahilama. Ahí, aprovecha para bañar a sus burros, que impasibles reciben el agua. Espera a que el de la camioneta llene sus botes, y entonces ella lo hace con sus 16 garrafones. Mientras, se le pregunta si sólo los de Santa Cruz Acalpixca pueden tomar de esa agua. Responde que sí.
Recuerda que en una ocasión llegó gente del vecino pueblo de San Gregorio Atlapulco, para llevarse agua en un camión, pero su esposo, luego de ser avisado, a las 2 de la mañana, llegó rápido, les pidió retirarse y no llevarse nada.
Explica que además de que lo que querían llevarse era mucho, pues llevaban un camión, los vecinos de San Gregorio no han sido corteses con los de Santa Cruz Acalpixca.
“Cuando vamos a lavar ellos no nos dejan”, dice, antes de volver a arrear a sus burritos para hacer otro viaje.
Zona complicada en Xochimilco
San José Obrero está enclavada en un polígono que comprende los pueblos Santa Cruz, San Gregorio y Santa María Nativitas donde, de acuerdo con el documento Atlas de Peligros y riesgos de la Ciudad de México, capítulo Xochimilco, publicado en 2014 por el gobierno capitalino, se tienen identificados peligros de caída de roca, derrumbe y flujo de lodo que abarcan otras 20 colonias. El mismo estudio también dice que en la calle 2 de abril se detectaron viviendas afectadas por fracturas en paredes, pisos y techos.
El estudio Alternativas viables para la provisión de servicios básicos en áreas periurbanas: Lecciones desde Xochimilco, Ciudad de México, elaborado por el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua, publicado en 2016, menciona que en Xochimilco, aunque el acceso a los servicios básicos tiene un porcentaje alto, es menor que en el resto de la Ciudad de México.
El estudio detectó que mientras entre 1980 y 2005 la cobertura del servicio del agua en el resto de la ciudad aumentó 4 por ciento, en Xochimilco retrocedió un 3 por ciento. Atribuyó el hecho a la dinámica poblacional de la demarcación: el continuo emerger de asentamientos en zonas de difícil dotación de agua potable, como laderas de cerros empinados o antiguas chinampas.
MRV