Las diputadas del Congreso de la Ciudad de México, Ana Villagrán, Daniela Álvarez y Gabriela Salido se salvaron de ser sancionadas por el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), por su participación en el sainete en que ante el Pleno, disputaban el micrófono contra la petista Circe Camacho y la morenista Marcela Fuente, en la sesión del 2 de marzo.
Fue la morenista Yuriri Ayala quien el 6 de marzo acudió a la Oficialía de partes del instituto, presentó una queja y acusó a las diputadas del Partido Acción Nacional de hechos que a su consideración son violatorios de la normativa electoral.
“Cometieron diversas agresiones verbales a las diputadas Marcela Fuente Castillo y Circe Camacho Bastida de los partidos políticos Morena y del Trabajo, impidiéndoles que hablaran e hicieran uso de la palabra”.
La queja señala que en la sesión se observa a la diputada Álvarez, quien le arrebata de manera violenta el micrófono en la Mesa de presidencia y secretaria a la diputada Fuente Castillo para que participara de la sesión y le impidió el ejercicio de su libre ejercicio del cargo.
“Aunado a ello hubo agresiones verbales y a manera de mofa (risas) por partes de las diputaciones de Acción Nacional, burlándose de la dicción de mi compañera representante Marcela Fuente Castillo, lo que representa un claro acto de violencia política y podría atribuirse al género debido a que el hecho de que es mujer no le permite desarrollarse como legisladora”, se lee en el expediente IECM-QNA/036/2023.
Incompetencia
Pero el Instituto Electoral de la Ciudad de México se declaró incompetente para sancionar la conducta de las legisladoras panistas y lo explicó así:
“Esta secretaría estima, de un análisis a los hechos controvertidos, que las conductas denunciadas no actualizan la competencia de este Instituto Electoral de la Ciudad de México, toda vez que están relacionadas con el desempeño de la función legislativa y por ende, encuadran dentro del derecho parlamentario, lo que propicia la necesidad de declinar su conocimiento al Congreso de la Ciudad de México para que, por conducto de sus autoridades competentes, conozcan de los hechos materia de la queja”.
El expediente y la conclusión fueron enviadas mediante un oficio a la Mesa Directiva del Congreso capitalino.
El sainete
El 2 de marzo la diputada Marcela Fuente presentó un punto de acuerdo en la sesión del Congreso capitalino, que buscaba cuestionar la gestión de la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón, por presuntas anomalías detectadas en un contrato con la empresa ABC Estudio SA de CV, por 12 millones 800 mil pesos para rehabilitar un edificio.
Sin embargo, la oposición detectó que la propuesta estaba mal elaborada porque el contrato en realidad era parte de la gestión de la predecesora de Limón, la morenista Layda Sansores, actual gobernadora de Campeche.
Ese día, cuando Fuente dejó su lugar como secretaria de la Mesa Directiva llegó la suplente, Gaby Salido, pero cuando Fuente intentó volver, empezó el jaloneo por el micrófono entre ambas, provocando que se subiera la coordinadora del PT, Circe Camacho para ayudar a la morenista.
Camacho buscó quitarle el micrófono a Salido y fue cuando la panista Ana Villagrán intervino y buscó quedarse con el aparato. Camacho volvió a la carga y se lo disputó a la también panista Daniela Álvarez, que se sumó, y luego la petista discutió con la vicecoordinadora panista, Luisa Gutiérrez Ureña y entre las tres buscaron adueñarse del micrófono, mientras Marcela Fuente criticaba a la oposición y que se estuvieran jaloneando, mientras Salido sólo observaba, ambas en tribuna.
El grupo parlamentario de Morena se quejó en redes sociales del incidente.
“Queremos visibilizar la violencia que ejercen día a día diputados del PAN contra la dip. @FuenteMarce. En Morena siempre vamos a estar en contra de la violencia, la cual se ha dado de forma reiterada”.
MRV