Familiares y amistades piden ayuda para localizar a Fernanda Valentina Trigos Gómez de 15 años, quien desapareció el pasado sábado 25 de febrero de 2023 en la colonia Paseos de Churubusco, alcaldía Iztapalapa.
La Fiscalía de la Ciudad de México activó una Alerta Amber por la desaparición de la menor de edad, sin embargo no se tiene mayor información sobre las acciones de búsqueda para encontrar a Fernanda Valentina.
Fernanda Valentina mide 1.60 metros, de complexión mediana, tez blanca, ojos medianos color café, tiene cara ovalada, nariz chata, cabello castaño oscuro y quebrado.
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El día que desapareció vestía una sudadera color negro con logotipo de Adidas al frente, las mangas con flores decolores, pants aeropostal color blanco, gris y rosa; tenis color beige y dos mochilas una color azul marino y rosa.
En caso de tener más información sobre el paradero de la joven se pueden comunicar al 5553455080, 5553455082, 5553455067.
La desaparición de niñas y mujeres no es un hecho aislado
Para las personas funcionarias de los ministerios públicos es más fácil decirles a los familiares de las mujeres, adolescentes y niñas desaparecidas “de seguro se fue con el novio” antes de iniciar una investigación o activar los protocolos necesarios, de acuerdo con un artículo de La Cadera de Eva.
Las autoridades suelen relacionar las desapariciones de las mujeres por problemas familiares, consumo de drogas o alcohol en lugar de entender la complejidad de la violencia machista que se vive en la Ciudad de México, comenta para La Cadera de Eva María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
El 16 de mayo de 2022 la cifra oficial de personas desaparecidas y no localizadas llegó a los 100 000 casos y no ha parado de crecer. El 24.7 % de los casos corresponde a niñas y mujeres desaparecidas y no localizadas, estas cifras no sólo retratan la desaparición en México, sino que detrás se ocultan otras violencias y delitos contra las mujeres, de acuerdo con el Diagnóstico de mujeres desaparecidas del IMDHD.
“El feminicidio, la trata de personas, el secuestro, el reclutamiento y utilización de las niñas y la violencia sexual, están cubiertos bajo la desaparición porque quien agrede busca seguir impune, continuar sin ningún señalamiento o mácula, logrando que cada día la violencia feminicida sea normalizada por la sociedad”, explica el diagnóstico.
En Puebla, Veracruz, Estado de México, Ciudad de México, Colima, Jalisco, Nuevo León y Guerrero se concentran el 56.13 % de los casos de desaparición en todo el país, estas entidades tienen vigentes Alertas por Violencia de Género. Esto significa que sus gobiernos han tenido que desarrollar estrategias y políticas particulares, sobre todo para prevenir este problema. Sin embargo, la implementación de protocolos no han dado los mejores resultados.
“Los avances en la implementación del Protocolo Alba, en la incorporación de la perspectiva de género y en la lucha contra los prejuicios y estereotipos basados en género para la atención de los casos, son mínimos. La desaparición de niñas y mujeres ocurre de manera persistente en contextos particulares, donde la vulnerabilidad aumenta ligada a la presencia del crimen organizado”, afirma el documento.
Investigación y búsqueda con perspectiva de género
En el caso de las desapariciones la aplicación de la perspectiva de género en los protocolos de búsqueda e investigación tienen el objetivo de analizar la violencia estructural que viven las mujeres por el hecho de serlo, ya que las características de la desaparición de niñas y mujeres se relacionan con la violencia machista. En la legislación y protocolos correspondientes, se establece que en los métodos de búsqueda e investigación se deben considerar las causas del crimen basadas en el sexo.
El Protocolo Alba establece que la perspectiva de género permite que en la ejecución de las labores de búsqueda e investigación “se eliminen las concepciones estereotipadas sobre la desaparición de las mujeres, que pudieran minimizar los hechos constitutivos de un delito”, de acuerdo con el Gobierno de México.
“El objetivo de este mecanismo reactivo es realizar la búsqueda inmediata para la localización de mujeres y niñas desaparecidas, con el fin de proteger su vida, libertad personal e integridad, mediante un plan de atención y coordinación entre las autoridades”, explica el Protocolo Alba.
Sin embargo, es un común denominador que las autoridades no quieren aceptar que la violencia hacia las mujeres es un tema más complejo, que rebasa los problemas familiares, de pareja, drogas y alcoholismo. Se justifican al no querer arriesgar a su equipo de trabajo, están coludidos o no quieren aceptar la realidad, asevera la coordinadora del Observatorio de Feminicidios.