Micaela no utilizó un vestido blanco, decidió utilizar un suéter rosa y una blusa azul con holanes y encajes, una falda negra, medias beige y zapatos del mismo color.
Su cabello cano no tenía un peinado de salón, apenas dos trenzas como desde hace más de 50 años. Para su esposo, la decisión de la vestimenta no fue distinta. Pedro eligió botas cafés, un pantalón café, un suéter negro y el sombrero con el que trabaja el campo.
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Tienen 61 años juntos y este San Valentín, decidieron unirse por las de la ley y darse el “Sí” en una boda comunitaria organizada en la plaza cívica del municipio de Temoaya.
El español no es el idioma de la pareja, así que se hablan en otomí. Se prometieron hace más de medio siglo sostenerse la mano y ese fue el motivo por el que decidieron casarse por el civil.
“Vamos creciendo y sabemos que ya estamos en los últimos días, ella tiene 78 y hemos visto que los hijos luego se pelean hasta por la tierra, por eso decidimos casarnos, para darle esa seguridad a ella porque la ley dice que no tenemos derechos si no estamos casados, proteger a mi esposa por los pocos días que haya… además no me encontré a otra más bonita”, bromea Pedro mientras abraza a Micaela.
Mientras escuchaban los beneficios que ofrece el matrimonio civil, como los fiscales, de propiedad y hasta de pensión, se tomaron de la mano. En lo próspero y en lo adverso decidieron estar juntos, y eso incluye la recta final de la vida.
“Tuvimos tres años de novios y ya después nos juntamos, tuvimos seis hijos. Estoy muy contenta, ahora sí ya me casé de civil, es amor. Tenía 17 años cuando lo conocí, ahorita tengo 78”, declaró Micaela mientras intentaba taparse el rostro con el ramo de gerberas y nube que le regaló su eterno novio.
“Le pedimos a Dios que nos dé siquiera otros 20 años más. Sentimos agradable este día de San Valentín”.
Bodas comunitarias
Como Pedro y Micaela, 91 parejas más de edades varias decidieron sumarse a la jornada de Bodas Comunitarias que organizó el DIF de Temoaya para contribuir a una cultura de certeza jurídica.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 a nivel nacional, la cifra de divorcios se calculó en 28 por cada 100 enlaces debido a la pandemia de covid-19. Pese a lo anterior, para 2021 la cifra repuntó a 33. En función del contexto, según el Instituto, en 2011 por cada 100 matrimonios hubo 16 separaciones legales.
Al respecto, Pedro y Micaela lamentaron que pocas son las parejas de jóvenes que optan por aguantar juntas las embestidas de la vida.
“Ya se divorcian a cada rato, casarse esta fácil, mantenerse no, pero son los años, la vida y los momentos de risa lo que nos trajo hoy aquí, a decirnos que sí otra vez”.
Cuando el representante del Registro Civil pidió a las parejas darse las gracias por lo vivido y besarse, Pedro y Micaela sólo tomaron sus manos, se dieron un breve abrazo y sonrieron, para ellos, después de 61 años juntos, las palabras sobran excepto “Sí, acepto”.