Lo que para miles de turistas es una señal para realizar actividades al aire libre, para los habitantes de las comunidades de las faldas del Nevado de Toluca es una advertencia para refugiarse: las heladas les impiden llevar a cabo sus actividades de manera regular. Encima de eso, el crimen organizado que opera la tala clandestina en el sitio les impide surtirse de leña como lo hacían antes, a eso se suma la pobreza y la tristeza.
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Alrededor de las 09:00 horas, doña María se levanta para darle de comer a sus animales, tres perros llamados Negro, Güereja y Canela, además de un gatito al que llama Viruta. Lo hace con tres suéteres –al menos– y con la idea fija: hoy no saldrá de su casa.
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Durante 88 años ha sobrevivido a las nevadas en la comunidad de Raíces, localizada a pocos kilómetros del Parque de los Venados, en el municipio de Zinacantepec, el primer paraje turístico del Nevado de Toluca.
En el Estado de México se estima que 126,000 personas viven en zonas vulnerables al frío, asentadas en 30 municipios. Tan sólo en la región Xinantécatl, donde habita María, 57,033 personas están expuestas a las bajas temperaturas.
Casi a regañadientes, María se levanta, se “enchamarra”, prepara huevo y lo comparte con sus peludos, pues ellos son quienes le hacen compañía.
Sonriente, aunque sin dientes ya visibles, en medio de su cara arrugada se denota la preocupación cuando voltea a ver la leña que tiene en un huacal, es poca.
“Antes nos dejaban traer más madera, ya no, apenas una brazada”.
En las faldas del Nevado de Toluca la tala clandestina ha aumentado y el control lo ha ido tomando el crimen organizado, así que los vecinos de las comunidades de la zona han disminuido su consumo de ramas y brazadas de leña.
Las temperaturas en Raíces alcanzaron los 0º centígrados con el frente frío número 11, así que decidió faltar a las clases de manualidades que toma en las instalaciones del DIF ubicadas en la comunidad de Loma Alta.
Raíces, una de las comunidades más afectadas
La comunidad de Raíces es quizá la más famosa de las que están en las faldas del Nevado de Toluca. Es paso obligado para los turistas y un par de decenas de los 571 habitantes se dedican a la venta de tacos, quesadillas y café, incluso un par ofertan a los paseantes suéteres, orejeras y guantes.
Pero doña María es y ha sido ama de casa, su esposo se dedicaba al cultivo de papa y avena, lo único que nace de la tierra en esta zona que está a más de 2,000 metros sobre el nivel del mar compuesta por las comunidades de La Peñuela, Raíces, Loma Alta, Buenavista, y la Puerta del Monte.
Ella, quien lleva el pelo corto para ahorrar tiempo y agua, en especial durante el invierno, lleva cinco años viuda. El cáncer de próstata acabó con la vida de su esposo, a quien tiene en un pequeño altar que adorna con las flores de papel anaranjado que aprendió a hacer en sus talleres de manualidades.
Se quedaron sin ayuda
Hasta antes de la pandemia de covid, las camionetas con integrantes de asociaciones civiles eran comunes en Raíces, les llevaban despensas, cobijas y ropa invernal desde las primeras nevadas a los habitantes, en especial a aquellos que sobreviven a las heladas que cortan la cara en casas de madera.
“Ni un kilito de azúcar, medio kilo de azúcar siquiera, ya no, ya no hay. Sí, antes sí, antes. Pero ahora como dicen ‘ya tienen sus casitas, yo creo que ya no necesitan’, bueno, yo oí por ahí, pero quién sabe”.
Pese a que propiamente el invierno y las nevadas no han llegado a Raíces o las otras comunidades de las faldas del Nevado de Toluca, el frío corta la cara.
Por ello, con su sonrisa avejentada por el paso de la vida dedicada a su casa y a su familia, María pide que no se olviden de quienes viven en la montaña.
Dentro de la casa de María hay una estufa de leña, ella lo conoce como fogón, y a su lado pasa los días en los que las condiciones climatológicas no le permiten salir de casa, pero chiquitea los pedazos de leña.
Se pone a tejer y a leer lo que tiene a la mano, platica con sus peludos y así sobrevive. Toma su olla de peltre y prepara frijoles y arroz, que se han convertido en la base de su dieta.
Hay refugios, pero no están activos
En el Edomex se cuenta con 57 refugios para la población vulnerable ante las bajas temperaturas; sin embargo, estarán activos después del 15 de diciembre.
Pero a la octagenaria no le gusta salir de su casa, pues ahí compartió la vida con su esposo y con sus hijos.
Se sabe en su hogar y evita irse a los refugios, prefiere tomar unas cobijas y dormir en el piso a un costado del fogón, pues ese cuarto que es cocina y a veces dormitorio, es de adobe, sí, pero está forrado con envases de tetrapack para evitar que el agua se filtre.
Así que, si cae aguanieve o nieve, María se refugia entre adobe y recuerdos para calentar las piernas y el alma, pues las carencias no se acaban y el frío, tampoco.