“Un compañero lleva tortas y se va a venderlas en el Metro, otro compañero lleva dulces y se pone a venderlos, o gelatinas, o entre los mismos compañeros hay personas que tienen otro ingreso y ellas tratan de apoyarnos, de apoyarnos entre todos”, es la manera en que algunos de los trabajadores del Colegio de Bachilleres sobreviven a la huelga levantada la semana pasada.
El jueves pasado los 20 planteles del Colegio de Bachilleres de la Ciudad de México y partes colindantes del Estado de México estallaron en huelga, lo cual tiene sin clases a unos 90,000 estudiantes de dicha institución.
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Para los trabajadores huelguistas, como María Guerrero, auxiliar de servicios con cinco años laborando en un Bachilleres, espera que el paro no se prolongue, ya que sumado a lo difícil de obtener una planta de trabajo en el colegio, está el hecho de que estos días de huelga no reciben ingreso alguno.
“Lo ideal sería que no se prolongara ya que las peticiones en febrero pasado ya estaban acordadas pero no han respetado, pero de no ser así tendría que buscar un ingreso, vendiendo productos, poniendo un puesto de comida o en las calles”, dice la trabajadora del Plantel 2 Cien Metros.
“Yo llevo cinco años, entré en el plantel 8 y actualmente me encuentro en el 2 y es muy difícil entrar a una institución así ya que todo se maneja por plaza, entonces es difícil entrar”, dice la trabajadora.
Como María, existen otros trabajadores en huelga que estos días se han apoyado en sus familias, pero los hay quienes desde el jueves que inició el paro, han buscado la manera de obtener un ingreso.
“Afortunadamente hay muchas personas que cuentan con un segundo ingreso ya sea por su pareja o familiares que los apoyan pero quienes no, tienen que recurrir a vender algo, en los campamentos o cerca de los campamentos, en los metros”.
Entre las peticiones de los trabajadores en paro están el aumento salarial del 8.2 por ciento, la revaloración de la labor docente y la revisión salarial unificada. Sin embargo, la contrapropuesta por parte de autoridades del Colegio de Bachilleres de un 4 por ciento no ha sido aceptada por los huelguistas, por lo que el primer minuto del jueves 16 de noviembre se colocaron las banderas rojinegras en los colegios.
En el caso de María, las guardias en el plantel dos con los compañeros en paro se combinan con las labores del hogar. Estos primeros días de la huelga, las necesidades del hogar se han solucionado con el salario de su pareja, pero es algo que se puede soportar por pocos días.
“Si con dos sueldos apenas y alcanza para lo básico, ahora con uno solo y haciéndolo rendir… Pero esto es por nuestros derechos laborales”, explica la trabajadora del Colegio de Bachilleres.
La trabajadora señala que las negociaciones del movimiento están detenidas y se analiza un recuento de votos para analizar la continuidad de la huelga. Por su parte, las autoridades del Colegio de Bachilleres emitieron una contrapropuesta de un aumento salarial del 4 por ciento.
Guerrero sostiene que a pesar de lo arduo del paro, resistirá el tiempo necesario, tenemos que resistir lo que más podamos y seguir en la lucha constante y diario porque esto es una lucha diaria, para obtener todo lo que estamos demandando que no es más que lo justo”.
DJC