El camellón de un eje vial y caballos rescatados de carretoneros, son las herramientas esenciales que la gente de la Escuela Ebrum usa para dar terapia equina a bajos costos, en una zona de la Ciudad de México donde los habitantes tal vez no podrían acceder a este tipo de servicios.
La escuela ofrece sus servicios en el camellón del Eje 3 Oriente, rodeada de colonias populares como San Felipe de Jesús, Nueva Atzacoalco y a unos minutos del municipio de Ecatepec.
Comúnmente, las personas que pasan por el camellón se sorprenden por ver un caballo en una zona tan urbana, entre algunos arboles y las estaciones del Metrobús. Pero tal vez la sorpresa mayor sea cuando descubren que es una escuela de equinoterapia con costos populares.
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“Es una escuela que manejamos todo lo que tiene que ver con el deporte ecuestre y nos hemos especializado en la equinoterapia, al ver las necesidades de la población y los costos tan altos que son el trabajo de un caballo, un instructor, las instalaciones, pues hacemos esta labor social”, explica Jorge Luis Rangel, director y fundador.
Todo comenzó cuando el padre de Jorge Luis Rangel sufrió un accidente y la equinoterapia se convirtió en una opción para su rehabilitación, fue así, que la escuela inició labores, respondiendo a la marginación de la zona.
“Aquí era una zona mucho más insegura, la seguridad ha cambiado mucho, fue por ello que me acerqué a Participación Ciudadana para ofrecer cursos, uno de expresión oral y otro de equinoterapia, y nos dieron la oportunidad, nos prestaron este espacio y no nos cobraron nada, incluso nosotros no cobramos, somos voluntarios”.
Pero no sólo han acercado este servicio a la ciudadanía, la gente de Ebrum ha rescatado caballos de gente que los explota y usa para trabajos como jalar carretas, dando una rehabilitación a los equinos.
“Yo creo que hemos rescatado más de 20 animales, inclusive algunos los hemos donados a otros voluntarios que después ponen sus centros de equinoterapia”.
Sobre el caso de la yegua Fiona, cuyo caso de maltrato salió a la luz tras un video en el que se le ve jalando una carreta con basura en calles del municipio de La Paz, en el Estado de México, el especialista cree que la mejor opción para los equinos es sacarlos de esa vida de trabajo.
“Si realmente quisiéramos respetar a los caballos, no los deberíamos de tocar, estar en estado natural, que nadie los moleste, ese es un verdadero respeto, todo lo demás que hagamos obviamente es utilizarlos como herramienta, y lo hacemos de esa manera. Nosotros rescatamos caballos, vamos con la persona que lo tiene y se lo compramos”.
Actualmente las terapias son brindadas por el fundador y su sobrino Dominik, apoyados por Bambino, un caballo que anteriormente fue usado para jalar carretas de basura. Luego de un entrenamiento, el animal ha dejado de temer el contacto humano y también ha recuperado su salud.
La escuela brinda apoyo tanto a niños pequeños como adultos mayores. Buscando cambiar la calidad de vida de los pacientes y de los caballos.
“Primero porque le pasó a mi papá está situación, segundo porque a mí me lo proporcionaron en algún momento, entonces, si yo puedo ayudar a la gente… Una vez me pasó que con un niño que estaba montado y no podía ni sostenerse y me miró con una cara de ‘ayúdame’, y se me hizo un nudo en la garganta ver su debilidad, y si no ayudamos a todos esos niños, por lo menos a uno”.