El 26 de marzo de 2012 Francisco Albavera Trejo, de 22 años, ingresó a las 6:40 horas a la estación Pantitlán de la Línea 1 del Metro de la CDMX. Cámaras de seguridad captaron su ingreso, pero de su salida no hay hasta la fecha ningún rastro.
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El día de su desaparición, su madre, Alicia Trejo, lo dejó a unas calles del Metro Pantitlán, en los límites de las alcaldías Iztacalco y Venustiano Carranza. Ahí se despidió de él y nunca más lo volvió a ver.
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“Lo dejamos a unas calles del Metro, recuerdo muy bien que se bajó y me dijo -nos vemos en la tarde, te quiero-. Todavía lo vi de espaldas caminar”.
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Ese 26 de marzo Francisco se dirigía al campus de UPIICSA del Instituto Politécnico Nacional (IPN), donde estudiaba el séptimo semestre de la carrera en Informática, sin embargo, sus compañeros reportaron que jamás llegó.
“La mañana transcurrió normal, él llegaba a las 2:30 a la casa, ese día no fue así. Si él llegaba tarde, trataba de comunicarse conmigo, de dejarme mensaje, siempre me mandaba mensajes de texto diciéndome que iba a llegar tarde, lo cual ese día no hizo”.
La angustia e incertidumbre apenas iniciaban para la familia Trejo. Un repentino mensaje recibido del propio celular de Francisco los alertó sobre una situación grave.
“Mi otro hijo contactó a un compañero de Francisco, preguntándole que dónde estaba, que si sabía algo. Mi hijo contacta a este chico y él le dice que mi hijo no fue a la escuela, pero que tienen un mensaje y me dan el teléfono de un chico que se llama Rodolfo David. Me comunico con él y me dice que a las dos de la tarde él recibió un mensaje que provenía del celular de mi hijo donde decía textualmente: “A tu amigo Paquito, lo tenemos guardadito, vamos a llamar a partir de las 12 para que empiecen a cooperar”.
Ese mensaje no solo materializó dolor y miedo, sino que significó el punto de partida de una travesía a la que Alicia ha nombrado como una “triste doble pesadilla” y que ha durado ya once años.
“A partir de ahí yo empiezo a hacer la búsqueda. Ese mismo día por la noche yo acudo a Fiscalía Antisecuestros a levantar la desaparición de mi hijo y ahí es donde empieza lo que yo llamo la triste doble pesadilla, porque primero es el tener desaparecido a mi hijo y la segunda es enfrentarme a la indolencia, a la incapacidad de las autoridades para atenderte. Uno llega totalmente consternado, no sabes a dónde dirigirte, qué hacer, fui presa de ese mal trato que tienen las autoridades”.
Lidiar con las autoridades fue el primer obstáculo con el que Alicia se encontró para la búsqueda de su hijo, pues, incluso, intentaron convencerla de que no hiciera la denuncia insistiendo en que su hijo se había ido por cuenta propia.
“Me recibieron en la recepción, eran alrededor de las 10 de la noche, iba yo acompañada de mi esposo y así muy prepotentes me dijeron que sólo podía pasar una persona. Ahí empezó el trajinar, no tienen mayor tacto para atenderte. Primero me interrogaron de todo a todo, quién era mi familia, cuántos hijos tenía y la persona me dijo -mire señora, yo quiero que antes de que yo pueda plasmar algo en un papel, primero usted haga un acto de conciencia y piense si su hijo no está hasta la madre de vivir con usted y que ese es el motivo por el cual su hijo se haya ido de la casa, porque además déjeme decirle que el mensaje que usted me dice que le enviaron a este compañero es un mensaje sin faltas de ortografía, esto no lo escribe un secuestrador-.
Alicia tuvo que esperar dos horas más en el Ministerio Público porque las autoridades se negaban a tomarle la declaración.
“La persona regresó y me dijo - ¿ya lo pensó bien señora?, a ver, dígame a qué se dedica su hijo realmente, en qué anda metido, quiénes son sus amigos-. Nuevamente me volvió a interrogar, me estuvo haciendo miles de conjeturas. Finalmente tomó la declaración de lo que yo le estaba diciendo”.
Después de ese trato hostil que Alicia recibió, personal del MP la mandó a su casa y le pidió que no hablara con nadie.
El siguiente acercamiento que Alicia tuvo con las autoridades fue con el entonces director del Metro de la CDMX, Francisco Bojórquez Hernández, quien la instó a ingresar una petición formal para tener acceso a las cámaras de vigilancia de este transporte.
“Toda una semana estuvimos revisando las cámaras del Metro, entradas, salidas, hasta que después de una semana dimos con el video donde se ve a mi hijo ingresar al Metro”.
En las cámaras del Metro quedaron registradas tres tomas de la última vez que se le vio a Francisco Albavera: en un pasillo de la línea 1, en la taquilla y una tercera toma donde se le observa bajar hacia el andén.
“Eran 6:40 de la mañana cuando él se ve ingresando al Metro, era tanta la gente que había en el andén que él se coloca en un muro para esperar el tren. Después, la cámara entra en un punto ciego, ya después no vemos, ahí perdemos todo rastro. Aunque se hizo un rastreo de toda esa línea, entradas y salidas, nunca podemos ver si salió, si abordó el metro. A partir de ese momento, nosotros no tenemos mayor rastro de él”.
Las semanas transcurrieron en medio de incertidumbre y dolor. La última novedad del caso ocurrió a los quince días de la desaparición de Francisco, cuando autoridades notificaron a la familia que el mensaje que salió del celular de su celular fue enviado desde el municipio de Lerma, en el Estado de México. Pero, este hallazgo, no movilizó a las autoridades, al contrario, le dijeron a la familia que seguramente su hijo se había marchado por cuenta propia hacia otra parte de la República.
“Ellos hicieron la conjetura, -señora, su hijo tomó el Metro en Pantitlán y se dirigió a Observatorio a tomar el camión rumbo a Toluca, rumbo a Guadalajara, no sabemos señora-. Lo que se hizo después de que se tuvo esa información fue ir a la Central Camionera para ver si había cámaras y ver si en algún momento se veía a mi hijo ahí. En la Central Camionera nos dijeron que no había cámaras. Entonces ahí se quedó ese punto, como una conjetura de que tal vez mi hijo pudo tomar algún camión”.
Debido a esa señal de alerta, la familia de Francisco realizó volanteos en Lerma y emprendió búsquedas en el perímetro, sin embargo, los esfuerzos fueron en vano, pues nadie pudo indicarles sobre el avistamiento del joven.
Ni el Centro de Apoyo a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA), ni la Fiscalía Antisecuestros querían colaborar con el caso.
“CAPEA decía que no, que lo tenía que manejar la Fiscalía Antisecuestros y ahí se echaron la pelotita”.
Alicia tuvo que emprender una huelga de hambre para que el expediente de su hijo formara parte de la Fiscalía de Investigación y Persecución de los Delitos en Materia de Desaparición Forzada de Personas.
“Tuve que realizar una huelga de hambre en el 2013, con la finalidad de que se creara una Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Ahora el expediente de Francisco forma parte de esta Fiscalía”.
A once años de la desaparición de Francisco Albavera Trejo su madre le envía un mensaje a donde quiera que se encuentre:
“Confío plenamente en el amor que él tiene por su familia, yo sé que él no está fuera de casa por decisión propia. Que su familia lo ama, que lo ha buscado desde el primer día y que seguimos buscándolo con la esperanza de traerlo a casa”.
Más de 5 mil personas desaparecidas en CDMX de 2012 a 2023
Francisco forma parte del mar de 5 mil 429 personas desaparecidas y no localizadas en la Ciudad de México del 1 de enero de 2012 al 5 de octubre de 2023, de acuerdo con cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) de la Secretaría de Gobernación (SEGOB).
Las alcaldías que registran un mayor número de personas desaparecidas en este periodo son: Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón y Venustiano Carranza.
Ernestina Godoy y Metro CDMX firman convenio para búsqueda de personas desaparecidas
Este 4 de octubre, Ernestina Godoy Ramos, titular de la fiscalía general de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) y Guillermo Calderón Aguilera, director del Sistema de Transporte Colectivo (SCT) Metro, firmaron un convenio de colaboración con el objetivo de coadyuvar en la búsqueda de personas reportadas como desaparecidas en alguna de las 195 estaciones que forman parte de dicho transporte.
De acuerdo con una investigación de EL PAÍS, en el periodo 2015-2019 se registró la desaparición de 153 personas al interior del Metro de la Ciudad de México. Información del diario señala que el 65% de las investigaciones se cerraron por la localización de las personas.
VGB