Atizapán de Zaragoza, Méx.- En el Valle de México, donde se consumen miles de litros de agua embotellada y en garrafón, emergen cientos de comercios que hacen de la venta del vital líquido un negocio incumpliendo con normas oficiales y poniendo en riesgo la salud de las personas consumidoras.
De acuerdo con a la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (Coprisem), en la entidad hay unas 3 mil plantas purificadoras de agua y de relleno de garrafones, así como 20 empresas que fabrican hielo, las cuales se encuentran registradas en un padrón de la dependencia estatal.
Sin embargo, son numerosos los negocios que sin cumplir con los requerimientos se establecen en locales adaptados en colonias populares, fraccionamientos de interés social e incluso en centros comerciales, en donde rellenan garrafones propios o de empresas reconocidas.
Tecnopura, es una empresa de relleno de garrafones con agua potabilizada que distribuyen particulares a miles de domicilios de Atizapán de zaragoza. Mario Méndez quien en su camioneta Ford 2010, diariamente lleva 150 garrafones a domicilios de Tlalnepantla y Atizapán de Zaragoza.
"Al cliente lo que pida. En ocasiones las personas nos piden garrafones Bonafónt, los cuales tienen la presentación color carne; sin embargo, el líquido y el costo es el mismo. Así que nos da igual llevar garrafones de E Pura que de esa otra marca, el costo es el mismo de 16 pesos por garrafón”. Explicó Mario.
En la avenida Sagitario de la colonia Lomas de Guadalupe, en Atizapán de Zaragoza, con un costo de 10 pesos se puede rellenar un garrafón en el local de Agua Pura, donde las personas llevan su garrafón y depositando sus 10 pesos sale el líquido de una máquina con 20 litros contados.
Las medidas con las que deben cumplir los garrafones
De acuerdo con la norma oficial NOM-201-SSA-1-2002, el garrafón debe pasar previamente por un proceso de lavado y desinfección, para luego ser llenado con agua purificada con distintos procesos y sustancias que eliminan bacterias dañinas para la salud.
Según la dependencia estatal los expendios a granel son un verdadero problema que pone en riesgo la salud de las personas, por la poca vigilancia operativa que está fuera de la norma oficial, y no hay una forma de saber, según la Coprisem, si esta forma de venta de agua ha provocado problemas de salud entre sus consumidores, ya que en ocasiones los malestares intestinales son adjudicados al consumo de comida y no al agua.
La Cofepris se encarga de verificar el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-201-SSA-1-2002, que establece las disposiciones y especificaciones sanitarias que deben cumplir el agua y hielo para consumo humano envasados y a granel. Esta Norma Oficial Mexicana es de observancia obligatoria en el Territorio Nacional para las personas físicas o morales, que se dedican a ese proceso.
Esa norma establece condiciones para la operación de una planta de envasado en cuanto a equipo, tubería, áreas de lavado y llenado, además de establecer reglamentación en el uso de las sustancias que se permite utilizar y la presencia máxima de contaminantes, microbiológicos, metales y desinfectantes.
No obstante, la Coprisem ha detectado distribuidores que usando garrafones de marca reconocida los rellenan de agua corriente de la llave, sin un proceso de desinfección y potabilización, y las venden en los domicilios particulares, sin los sellos y tapas que corresponden a las empresas registradas.
Los riesgos para la salud
La asociación civil “Agua en México, el Derecho de todos a agua de calidad”, expone en su página web https://aguaenmexico.com/ que estudios realizados en distintos lugares de la República, demuestran que el 70% de los recipientes en los que se vende agua potable contiene bacterias que pueden provocar diversas enfermedades gastrointestinales.
Añade la asociación que en el 50% de los contenedores se detectaron bacterias coliformes y E. Coli, con lo que se demuestra que los recipientes están contaminados con materia fecal y otras sustancias dañinas en mínimas proporciones.
Por lo que pide a la población verificar constantemente la fuente de hidratación que consumen ellos y sus familias, ello por el bienestar y salud de todos. “Cuida que sea agua segura, de calidad y certificada que cumpla con los estándares adecuados para el consumo humano”.
Por lo anterior y para defender el mercado formal, las empresas que cumplen con la norma oficial tratan de incidir para que la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) intensifique la supervisión, aplique sanciones e imponga un código de autorregulación que obligue a los negocios informales a adoptar normas y a operar con equipos y procedimientos avalados por la ley.
Para la Asociación Nacional de Productores y Distribuidores de Agua Potable el problema de la informalidad tiene ya casi una década por lo que es muy difícil calcular el tamaño total de la industria, pues hay muchas marcas regionales de las que no hay datos, pero que han crecido de forma sostenida en los últimos cinco o seis años. Ni las autoridades de la Secretaría de Salud (SSA), alcanzan a evaluar el tamaño real de la industria del agua.
Finalmente, establece la asociación en un análisis que el consumo del agua embotellada y de garrafón, se origina por el miedo. “La gente consume agua embotellada por cuatro razones: miedo al agua del grifo, conveniencia, sabor y estilo de vida.
MRV