A sus escasos 7 años Cami, ha vivido en carne propia el sufrimiento de no estar con los seres que más ama, su familia de corazón, aquellos que le abrieron las puertas cuando las de sus progenitores estaban cerradas.
Lidia Florencio, madre de Diana Velázquez Florencio victima de feminicidio, recibió a Camila cuando tenía apenas un mes de nacida, pues su madre pretendía darla en adopción a un par de extranjeros, sin embargo, en 2022, cuando la niña tenía 7 años le fue arrebatada por los padres biológicos.
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“Camila es hija de mi hermana menor, ella desde que estaba embarazada no quería a la niña, su pareja sentimental la abandonó y ella decidió regalar a la niña, de la iban a llevar a Estados Unidos, yo le dije que me la dejara que yo podía darle el amor y cariño, ella accedió y me la dió cuando tenía un mes”, recordó Lidia.
Durante siete años, la madre biológica de Camila se limitó a visitarla un día a la semana y para la niña su familia fue la misma que la de Diana Velázquez Florencio asesinada en 2017 en Chimalhuacán.
La joven fue ultrajada y privada de la vida presuntamente por un par de mototaxistas luego de salir de su domicilio. Su cuerpo fue encontrado con signos de violencia por policías y más tarde trasladado al semefo como varón.
Ahora, Lidia apenas asimilaba la sentencia de 93 años que un juez dictó en contra de Jesús Alejandro, el responsable del feminicidio de su hija Díana, cuando alejaron de sus brazos a su otra hija.
“Camila no conoce a otra familia que no seamos nosotros, eso es violencia, cómo alejan a una niña del núcleo donde creció, donde está acostumbrada a estar, no pueden quererla porque nunca la han querido, primero la mamá nos la quito y de repente regresó el papá y hasta los apellidos le cambio, es indignante [...] No sé cuál sea la finalidad de quitarnos a la niña, aquí la niña sólo recibió cariño, educación, comprensión y sobre todo amor, un amor que desde el primer momento no tuvo con sus progenitores, porque esos no son padres”, aseguró.
Esta semana en los Juzgados Mixtos de Nezahualcóyotl con Residencia en La Paz, un juez les otorgó ver a la niña todos los viernes durante 1 hora y media.
Sin embargo, Lidia busca que la niña regrese a su casa, pues aseguró, que la menor no vive en condiciones adecuadas.
“La niña vive en una escuela, porque la mamá es conserje, ellos viven en la zona alta del municipio de La Paz, la escuela no tiene ni bardas, la niña se queda sola durante mucho tiempo, ella está en peligro”, finalizó.