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"Montachoques en bici me quisieron extorsionar; tenían hasta un supuesto testigo"

Claudia fue víctima de intento de extorsión por montachoques; desde junio pasado, este delito se tipifica con entre tres y ocho años de prisión en la CDMX

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Escrito en METRÓPOLI el

Claudia Carrillo había escuchado de los montachoques, pero nunca imaginó que se enfrentaría a uno que iba en bicicleta. Tampoco imaginó que para apoyar al supuesto afectado, de nombre Leonardo Isaac, llegaría un supuesto testigo, y hasta una abogada que resultó balín. 

Aunque al final demostró que no atropelló a Leonardo Isaac mientras éste iba en su bici, perdió un día para hacerlo. Fue insultada por él, por el testigo, por la mamá del ciclista y hasta por la hermana, que hicieron acto de presencia al lugar y luego fueron al Ministerio Público

Claudia fue víctima de un grupo de montachoques, que no solo actúan con automóviles, sino también en motos y en bicicletas. Se dedican a hacer montajes o un choque o fingir contra un conductor al que eligen, y mediante amenazas, insultos e incluso a golpes intentan que las víctimas les paguen por el golpe. 

Claudia sufrió un intento de extorsión por un grupo de personajes que querían sacarle dinero. Ella compartió su experiencia con La Silla Rota.  

FUE AL SALIR DE SU TRABAJO

Todo ocurrió el 19 de mayo pasado. Ella salió de su trabajo en la Escuela de Homeopatía, en el Instituto Politécnico Nacional. Eran las seis de la tarde, comenzaba la hora pico vespertina y el tránsito se complicó, porque además hay una escuela de natación y un colegio. 

Salió del estacionamiento en su camioneta Avanza, de Toyota, se abrió para dar la vuelta en la calle Guillermo Massieu cuando escuchó a alguien proferir groserías. Pensó que se estaban peleando. Pero los gritos iban dirigidos contra ella y los lanzaba un hombre que después supo se llamaba Leonardo Issac, de 46 años.

{"quote":"“Era contra mí, era un monito en bicicleta, aun no entendía e incluso le pregunté si era contra mí, no fue en forma retadora”, relata."}

El hombre a gritos e insultos confirmó que era contra ella y la acusó de haberlo atropellado.

“Vieja estúpida, tarada, me aventaste el carro, ya me pegaste”, recuerda Claudia que le dijo. En su bicicleta la alcanzó y como la ventana estaba abajo, intentó meter parte del cuerpo y golpearla.

“Olía a alcohol y thinner”, recuerda ella.

Ahí tuvo miedo porque hace unos años sufrió un asalto a mano armada. Dio el volantazo para que el sujeto de la bici saliera, pero adelante había otro auto, no avanzó mucho y lo que hizo el de la bici fue bajarse de su vehículo y aventarlo y decir que la había atropellado. Su intención era que la bici quedara abajo del vehículo, pero pegó con la llanta de la camioneta y solo se enchuecó la rueda trasera.

SE APARECE TESTIGO

Pero enseguida apareció otro hombre, también en bici y que empezó a gritarle a ella desaforadamente “pinche vieja, lo quiere matar, ya lo arrastró cuatro metros”.

Claudia recuerda que Leonardo Isaac le pidió mover “su chingadera”, o sea su camioneta, con la esperanza de que, al hacerlo, dañara la bici. 

{"quote":"“Pero no me moví para que no pareciera que me di a la fuga, yo no debía nada”, añade Claudia."}

El hombre de la bici se puso más agresivo, insistía en que le pagara, la quería golpear, el testigo también le gritaba que le pagara y la insultaba, en el mismo tono que la supuesta víctima. 

“Vieja pendeja, lo quisiste matar”, le dijo. 

Claudia, nerviosa, le pidió a un hombre que estaba en la esquina que tocara un botón de pánico, se regresó a su camioneta, subió el vidrio, llamó a su seguro y espero a la policía. Cuando esta llegó, el testigo aumentó el número de metros que supuestamente ella había arrastrado al de la bici, fueron siete metros, dijo. 

(Foto ilustrativa. Archivo/Cuartoscuro)

LA MAMÁ SE SUMA A LOS INSULTOS

No solo eso, en cosa de minutos apareció otra señora. Era la mamá de Leonardo Isaac. Llamó asesina a Claudia.

Pero otras personas le dijeron a la policía que el de la bici había amenazado a Claudia.

Cuando llegó el ajustador del seguro del auto, también apareció la hermana de la supuesta víctima, que se sumó a los insultos. El testigo ya de plano aseguraba que fueron 40 metros los que la camioneta arrastró al otro hombre. 

Claudia ríe cuando cuenta eso. “Ahora sí que desde el estacionamiento lo arrastré. Pero lo cierto es que la bici no tenía raspones, solo el daño a la llanta cuando la aventó”. 

PIDEN DINERO Y UN PASE MÉDICO

La hermana se acercó al del ajustador y ofreció un arreglo: 300 pesos y un pase médico para revisar a su hermano si tenía una lesión.

Aunque Claudia no quería, estaba dispuesta a dárselos para liberarse. Como no llevaba efectivo, le comentó a su jefa, que estaba cerca, y ella se ofreció a prestárselos. Pero el ajustador le comentó que no iban a poder arreglarse porque la propia hermana le comentó que el hombre de la bici una semana antes había estado usando muletas, entonces no debía andar en bici. Pero ellos insistieron y Claudia dijo que no. Pero a su vez ya quería salir del problema. Entonces los montachoques, en voz de la hermana, aumentaron la cantidad a 500 pesos, ya sin pase médico.

A regañadientes, Claudia estaba a punto de aceptar cuando llegó otra mujer, una supuesta abogada, y a decir que no aceptaban nada porque la lesión había sido muy fuerte.

{"quote":"“El testigo dice que lo arrastré 40 metros, lo atropellé dos veces y regresé a rematarlo”, dice Claudia en la entrevista."}

La abogada pidió que se fueran al Ministerio Público. En la patrulla se fueron Leonardo Isaac, su hermana y su mamá, y ella llevó al ajustador y a otro policía. Fueron al MP ubicado en Congreso de la Unión, cerca del Metro Talismán, en Gustavo A. Madero. El policía le comentó que llegando ahí la camioneta se iría al corralón y ella quedaría detenida.

HASTA PIDIO SILLA DE RUEDAS

El supuesto atropellado al llegar al MP pidió una silla de ruedas, porque estaba lastimado.

“Obvio no había, pero se fue cojeando”, recuerda Claudia. 

Su hermana, su mamá y la abogada aumentaron su extorsión a 5 mil pesos. El ajustador se fue, pero llegó el abogado.

Ahí, en ese momento, sí le entró la desesperación, reconoce Claudia. Llamó a unos familiares, pero le dijeron que estaba ocupados. Mientras, la supuesta abogada se saludaba de beso con los abogados.

“Ya valí madres”, pensó.

Pero una amiga a la que también llamó, sí llegó y su abogado le prometió que todo saldría bien y que era claro el montaje, con eso de los 40 metros. Le ordenó no darles nada. 

Claudia estaba hambrienta y como además es diabética pidió comer algo y asegura que ahí los funcionarios del MP y los policías la trataron bien y le permitieron hacer llamadas sin restricciones.

Como el tiempo pasó y ella sintió frío, fue por su suéter y la supuesta abogada la iba grabando, hasta que un policía le pidió no hacerlo, pues no se iba a escapar. Luego llegó una sobrina de Claudia a acompañarla.

{"quote":"“Él (el montachoques) no tenía nada, el juez nos pidió arreglarnos, pero él se mantuvo en su postura de que lo quise atropellar. El juez pidió llevárselo porque tenía aliento alcohólico. Luego se lo llevaron al médico legista, en Xoco, y regresó con un vendaje, pero dijo que en lo penal no había ningún delito”, agrega. "}

(Foto ilustrativa. Archivo/Cuartoscuro)

AL NO HABER DELITO PENAL, LES PIDIERON CONCILIAR

Luego los pasaron al juez civil, para conciliación, pero como había cambio de turno, debieron esperar un rato. Ella ya estaba cansada. Ahí seguía el testigo visual. Pidieron buscar a la abogada, ya para conciliar, fueron por ella, la metieron a rastras y es cuando les aclaró que no era lo que decía ser. La amiga dijo que era de intendencia y por eso conocía a los policías, pero a Claudia no le constó.

El juez de lo civil les pidió arreglarse o si no pasarían ahí otras nueve horas. El supuesto atropellado dijo estar dispuesto. En el patio donde iban a hablar con Leonardo Isaac al respecto, él mejor se fue a reunir con su familia sin hablar con ella.

Claudia, enojada, le comentó eso al juez, que le pidió a un policía que lo metiera y resulta que Leonardo continuaba con su intención de meterla a la cárcel.

Al no arreglarse, el juez les pidió por escrito a ambos lo que pasó para mandar a peritaje, luego les pidió retirarse y regresar a las cinco de la tarde. 

{"quote":"“Mi abogado me asesoró, en el caso de él entró su mamá, pero le pidieron que se fuera y él ya no tenía abogado”, dice Claudia."}

FABRICADO

Al regresar a las cinco de la tarde ya no estaban ni el testigo, ni la supuesta hermana y menos la que se dijo abogada. 

{"quote":"“Él se fue con las manos vacías, solo me hizo perder el tiempo, sí me dobló un rato la voluntad. Hizo una seña de amenaza, pero solo eso porque yo ya no estaba sola. En cuanto salió la mamá le preguntó cuánto te dieron. Eso estaba más fabricado que nada”."}

Después de eso, días después Claudia pasó cerca de la unidad de medicina familiar 44 del IMSS, y notó que había una bici similar a la del hombre aquel, una Gospel. 

“Ay cabrón, es la bici de este menso. Él estaba sentado con el supuesto testigo, en la esquina”, afirma. 

Aclara que no era la misma bici sino similar, pues supo que para sacar la primera del corralón debía acreditar la propiedad, pero como no lo hizo, no se la pudo llevar. 

LO TIPIFICAN

El 6 de junio pasado, en sesión de periodo extraordinario, el Congreso de la Ciudad de México modificó la fracción cuarta del tercer párrafo del artículo 236 del Código penal capitalino para tipificar y castigar con entre tres y ocho años de prisión la conducta delictiva de los llamados montachoques y su actitud dolosa.


MRV